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Edgardo Form
Un constructor
Ideales, realizaciones y futuro
PRÓLOGO
Carlos Heller
�Título: Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
Prólogo: Carlos Heller
Primera edición
Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos C. L.
Corrientes 1543 (C1042AAB) Buenos Aires – Argentina
www.imfc.coop
Director Editorial: Javier Marín
Responsable de la edición: Walter Alegre
Entrevista: Ana María Ramb y Walter Alegre
Diseño: Clara Batista
Corrección: Carlos Agosti / Ana María Ramb
Arte de tapa: Ernesto Pereyra
© 2017 – Desde la Gente – Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos C. L.
Hecho el depósito Ley 11.723
Libro de edición argentina
Ana María Ramb,
Edgardo Form : un constructor : ideales, realizaciones y futuro / Ana María Ramb ;
Walter Alegre. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Desde la Gente, 2017.
128 p. ; 20 x 14 cm.
ISBN 978-950-860-295-4
1. Biografías. I. Alegre, Walter II. Título
CDD 920.71
�Edgardo Form
Un constructor
Ideales, realizaciones y futuro
prólogo
Carlos Heller
��Prólogo
Carlos Heller
El libro que presento tiene como atributo esencial la transparencia que
caracteriza a Edgardo Form. El lector, que ya conoce al autor, no tendrá duda
de que es él quien se representa en esta expresión literaria. Y quien no lo conoce, a poco de ingresar en la lectura, se verá instigado por una sana curiosidad
sobre quién escribe y cómo lo hace.
En el índice, generalmente primer contacto del lector con la obra, emerge
un conjunto notable de temas y mixturas, políticas, económicas, culturales,
históricas, que interpelan al pasado, el presente y el futuro. Claro que el ejercicio al cual Edgardo nos invita, compartir de forma multifacética su biografía
como militante y dirigente cooperativista, lo enmarca en la perspectiva propia
del pensamiento crítico y transformador del Movimiento Cooperativo.
Es así como, desde el extenso y amplio reportaje inicial, despliega sus reflexiones cargadas de vivencias propias de la acción política, concebida ésta como
el plano más general del interés por las cuestiones colectivas de la sociedad.
Este libro no asume las formas puras de un ensayo y tampoco las de
análisis social y político. Se parece más a una secuencia de imágenes de todos
y cada uno de los temas que aborda. El desarrollo expositivo del texto es un
despliegue testimonial del ideario cooperativo más amplio y general y de su
aplicación concreta, con el valor agregado que le otorga esa innovación propia que nuestro Movimiento ha creado, la convicción de que la cooperación
puede y debe trascender su rol autosatisfactorio, y ofrecerse con entusiasmo a
la sociedad en general como una vigente herramienta de transformación de la
realidad. Con esta virtuosa perspectiva entonces, el libro se desliza por los más
variados andariveles del quehacer político y social, no solo de nuestro país,
sino de la región y del mundo.
La amplitud de lente que Edgardo utiliza no va en detrimento de la precisión en los contornos que delinea con sus reflexiones, descripciones, ironías,
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�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
metáforas y citas que recurren al teatro, al tango, a refranes del acervo popular
y a la herencia cultural que, como él dice bien, ha bajado de los barcos, pero se
ha enraizado en la América profunda. El pasado, entonces, es abordado con
un encastre en el presente y con una imaginación hacia el futuro. La utopía
perfuma toda la obra.
Un libro siempre nace y vuela desde el autor al lector. Es el lector quien
luego le da vida. En general esa vida nueva está inmersa en las asociaciones racionales y emocionales que la obra nos produce. En esta ocasión, estoy seguro
de que ese maridaje será placentero y fructífero.
No es cosa entonces de entretener al lector más de la cuenta, es mejor
convocarlo ya a internarse y disfrutar de los senderos que Edgardo Form nos
invita recorrer.
[6]
�Edgardo Adrián Form
Hoja de vida
Nacido el 18 de febrero de 1950 en el muy porteño barrio de Once (Balvanera), Edgardo Adrián Form acredita una trayectoria intensa y de renovados
bríos, alentada por altos ideales y sostenidas convicciones.
Con casi medio siglo de trabajo y militancia en el cooperativismo y la economía solidaria, actualmente preside el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos –del que fue gerente general en el período 2001-2015– y es vicepresidente de la Confederación Cooperativa de la República Argentina (Cooperar),
que presidió entre julio de 2009 y febrero de 2011, momento en que asumió el
cargo de Diputado en la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
para el período 2011-2015.
Representó al IMFC en diversas Conferencias y Asambleas de la Alianza
Cooperativa Internacional (ACI), tanto a nivel mundial como de la Regional
Américas, desde 1995 hasta el presente.
Integra la Junta Ejecutiva Nacional del Partido Solidario (PSOL) y su
Mesa Ejecutiva en la Ciudad de Buenos Aires.
Forma parte del Consejo de Presidencia de la Asamblea Permanente por
los Derechos Humanos (APDH).
Entre 1984 y 1986, fue subdirector de la revista Acción, órgano periodístico del IMFC, y desde entonces colabora periódicamente en sus columnas. Es
también colaborador permanente de la revista Acción y de otras publicaciones
cooperativas, entre ellas, La Sagrada Familia de Puerto Rico.
Desde comienzos de la década del 90, integra el equipo de editorialistas del
IMFC en los microprogramas radiales que se emiten en todo el país. Conduce
asimismo el programa Desde la Gente, dedicado a la economía solidaria, que
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�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
desde abril de 2010 se emite semanalmente por AM 770 Radio Cooperativa
y a través de otras emisoras, en el que cuenta con la colaboración de Liliana
Carpenzano.
Hay mucho más que decir, y eso se verá en el transcurso del diálogo que con
EAF entablamos a lo largo de una entrevista en tres etapas.
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�Entrevista a
Edgardo Adrián Form
Ana María Ramb y Walter Alegre
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
Los jóvenes años
Al comenzar nuestra entrevista el 9 de mayo de 2017, Edgardo Form señala
que en la fecha se cumple un nuevo aniversario de una jornada histórica para la humanidad: el Día de la Victoria. Y es que aquella medianoche de 1945 (a las 0.43 del
día 9, hora de Moscú, y las 22.43 del día 8, hora central europea), la Alemania nazi
capituló ante el Ejército Rojo. Así llegaba a su fin la Segunda Guerra Mundial.
–Para los rusos, es la Gran Guerra Patria, en la que los soviéticos aportaron más de la mitad de las pérdidas humanas en Europa, que fueron en
total unos 50 millones. Cada 9 de mayo, se organizan en Rusia espectaculares
desfiles militares, con la participación de los veteranos de guerra que todavía
sobreviven pese a su avanzada edad, se colocan ofrendas florales en la tumba
del Soldado Desconocido y el cielo se enciende con impresionantes fuegos
artificiales. Estuve el año pasado nuevamente en aquel país, esta vez con Rut,
mi esposa. Pudimos comprobar que, si bien Rusia se incorporó a la globalización capitalista, hay que reconocer que el recuerdo respetuoso de lo que fue
la guerra y la pérdida de millones y millones de vidas está presente. Nuestra
guía, una chica joven, a pesar de sus críticas al pasado soviético, dijo con énfasis: “Murieron en la Gran Guerra Patria 27 millones de soviéticos”. Nos
condujeron después hasta un lugar donde se inauguró una fuente con 142
grifos, como símbolo de los 1420 días que duró la guerra. Esa fuente arroja de
día agua cristalina para recordar las lágrimas vertidas y, a la noche, se pone de
color rojo como símbolo de la sangre derramada. Hay en Moscú un obelisco
de 142 metros, que representa los 1420 días de la guerra. O sea que el tema de
la guerra y las pérdidas humanas mantiene su vigencia.
Afortunadamente, no prendió en ellos la corriente negacionista, que pretende
instalar que los horrores del nazifascismo, incluso el Holocausto, fueron una fábula.
Volviendo a la hora actual, sabemos que la Asociación Cristiana de Jóvenes (una
institución que pondera los valores de la vida, es decir: la justicia, la paz y la solidaridad), le ha confiado a usted la presidencia del Comité de Desarrollo Social.
–Es muy grato para mí que me hayan confiado esta tarea. La identidad
cristiana de la institución no constituye una barrera para la participación plena de personas de otros credos y convicciones en sus programas y acciones.
Precisamente, por este fuerte vínculo que tengo con la YMCA Argentina,
Cooperar me encomendó las relaciones institucionales con diversas comuni[ 10 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
dades de fe. En tal sentido, voy a representar a la Confederación en la próxima
Semana Social, organizada por la Pastoral Social. Y junto con dirigentes de
Cooperar, hemos mantenido un encuentro con el Obispo Frank de Nully
Brown, de la Iglesia Evangélica Metodista, oriundo de la comunidad galesa
de la Patagonia… De Nully Brown: una excelente persona y con un enfoque
que tiene muchos puntos de coincidencia con nuestra visión de la sociedad,
de la economía y de la política. Esta es una de las tareas en las que estoy embarcado en la actualidad.
De modo que la impronta plural y abierta de YMCA coincide con la práctica
del cooperativismo…
–Sí. Además, cabe recordar que, a nivel mundial, la Asociación Cristiana de Jóvenes nació en Londres en 1844, el mismo año en que se fundó la
Cooperativa de los Pioneros de Rochdale. Nosotros, desde el Instituto, hemos aprendido a cultivar diversas relaciones, manteniendo siempre nuestra
independencia y nuestra identidad, pero con el afán de sumar y multiplicar
adhesiones en torno a una propuesta destinada a construir una sociedad con
justicia social, con fraternidad, con distribución equitativa de la riqueza. Y
para eso, desde el movimiento social, es indispensable, como decía hace un
instante, sumar y multiplicar voluntades, presencias, esfuerzos. Creemos que
desde el Cooperativismo, dados sus principios y valores, vamos a encontrar,
con toda certeza, puntos de contacto con distintas doctrinas de comunidades
de fe que necesariamente se sumarían a un proyecto emancipatorio, un proyecto superador de la realidad que vive hoy la Argentina. Voy a contar una
experiencia muy interesante que viví cuando ya estaba próximo el siglo XXI;
la relato como una anécdota. Por entonces, se celebraban misas ecuménicas
o macro-ecuménicas, con el reclamo del fin del pago de la deuda externa,
porque el año 2000 era el año del Jubileo. Y el Jubileo, en tiempos bíblicos, era
justamente la cancelación de las deudas. Eso figura en el Antiguo Testamento.
Entonces había toda una movilización, porque en ese momento la deuda era
una mochila de plomo, era la perversa deuda externa impagable.
Como va a ser la que ahora está adquiriendo el actual gobierno, dejando al país
de nuevo dependiente de la política del Fondo Monetario Internacional.
–Tal cual... Nos hallábamos atrapados en la política del Fondo, y en uno
de esos encuentros, frente al Banco Central de la República Argentina, estaba el recordado y querido coronel Horacio Ballester en representación del
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�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
CEMIDA (Centro de Militares por la Democracia Argentina), el secretario
General de la Asociación Cristiana de Jóvenes, Norberto Rodríguez y este
servidor, en representación del Instituto. Y Ballester dijo: ¿Se conocen ustedes? Bueno, yo ya era asociado de la YMCA pero, a partir de ese momento,
establecí una relación cualitativamente diferente con la Asociación Cristiana
de Jóvenes y, siendo asociado, me honraron con la incorporación al Comité de
Desarrollo Social. Entonces, quien presidía ese comité de voluntarios era el
periodista Washington Uranga.
Gran especialista en temas de la Iglesia Católica y del Vaticano.
–Conocedor como pocos, así es. Washington tenía una actividad muy intensa como periodista, viajes frecuentes; además, su papá transitó un período
de enfermedad muy severo que le obligaba a asistirlo, a atenderlo. Lo cierto
es que Washington tuvo que interrumpir su desempeño en la Asociación y,
a partir de entonces, presido el Comité de Desarrollo Social, cosa que ocurre
hasta el día de hoy. Y que también me honra.
Mantiene usted con la YMCA estrechos lazos de afecto.
–Es una institución por la que tengo un profundo cariño. Es de inspiración cristiana pero, a la vez, es ecuménica. No es una institución confesional;
es laica y muy democrática. Incluso tiene criterios como este: no estimula la
práctica competitiva de deportes. Si bien es creadora en el mundo del básquetbol y de otras disciplinas, en el caso de la Argentina no estimula al deporte competitivo, porque eso siempre da lugar a cierta deformación. Entonces
propicia el deporte amateur, como forma de cultivar el cuerpo y la mente:
Mens sana in corpore sano.
Es usted Maestro Normal Nacional, con algunos años de ejercicio en el aula.
¿Visitó ya la Escuela Itinerante?
–Si, efectivamente; hemos dado a los docentes en lucha toda nuestra
solidaridad. Se trata de un sentimiento y una presencia que tiene muchos
antecedentes. A modo de ejemplo, recordamos haber participado en la Marcha Blanca, durante el gobierno del doctor Raúl Alfonsín, nuestro apoyo a la
Carpa Blanca, una de las más extensas protestas que debió enfrentar el expresidente Carlos Menem, dado que, instalada frente al Congreso Nacional el 2
de abril de 1997, fue levantada al cabo de 1003 días…
Ante la sanción de la Ley de Financiamiento Educativo.
–En efecto. En una de nuestras visitas, llevamos una selección de libros de
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�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
Ediciones Desde la Gente. Y a la Escuela Itinerante, instalada este año también en abril, y también frente al Congreso Nacional, llevamos el testimonio
de nuestro respaldo al justo reclamo de los petitorios docentes en cuanto al
cumplimiento de la Ley de Paritarias y a otras reivindicaciones que tienen que
ver con la trascendente labor de formar a los futuros ciudadanos.
Sabemos que usted se recibió de maestro en la que fue fundada como Escuela
Normal de Profesores Mariano Acosta.
Conservo gratísimos recuerdos de la Escuela Normal porque, allá por el
año 66 y 67, en los dos últimos años (antes de recibirnos de maestros), habíamos organizado un grupo de compañeros para brindar asistencia a los chicos
de dos villas de la Ciudad de Buenos Aires: la Villa 31, donde tuve el honor
de conocer al Padre Carlos Mujica, y también la Villa Progreso, muy cerca de
Chacarita, y en ambos casos lo que hicimos fue apoyo escolar. En el caso de
la Villa de Chacarita, había allí una comisión vecinal muy bien organizada; el
día en que fuimos con otros colegas, ya casi próximos a recibirnos de maestros,
nos recibieron en una de las modestas, modestísimas casas de la Villa con una
torta y un cartelito que decía: Bienvenidos Queremos aprender. Lo recuerdo con
emoción y con cariño. Había promovido aquella cálida bienvenida Marilú
Pinasco, que estaba al frente de esa comisión: una compañera excelente, una
militante popular.
¿Y en el caso de la Villa 31?
–Hicimos por entonces un censo muy interesante para saber cómo era
la composición social de esa villa, que obviamente era mucho más pequeña
de lo que es hoy en día. Actualmente, se ha extendido de una manera formidable… En aquellos años predominaban, entre sus habitantes, obreros de la
construcción y muchas mujeres que trabajaban como empleadas domésticas.
Allí nuestro grupo comenzó a hacer una tarea múltiple: ofrecíamos apoyo
escolar a los niños, y comenzamos la alfabetización de adultos. Una tarea que
quedó trunca.
¿Por qué?
–Dimos unos primeros pasos, pero ocurría que nosotros éramos muy jovencitos, y los analfabetos eran señores que tenían más de 50 años. Entonces
había una brecha generacional difícil de contrarrestar. Por entonces empecé a
esbozar un bigote como para sumar un par de años… Y aún hoy sigo siendo
portador del bigote.
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�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
De todos modos, habrá sido una valiosa experiencia.
–Así es, esa fue una muy hermosa experiencia. Y después, casi coincidente con mi ingreso al Instituto Movilizador en el año 70 (que fue, para ser
más preciso, el 16 de enero de 1970), yo ejercía la docencia como maestro
suplente en una escuela parroquial que está en el Microcentro y depende de la
Basílica de Nuestra Señora de la Merced. Por entonces necesitaban maestros
varones, porque era una escuela para varones; había un solo maestro varón, el
resto eran maestras, mujeres ya bastante mayores. Un tío mío me facilitó el
contacto, y cuando me presenté, la monja directora, Sor Irene, me recibió con
mucho agrado; le mostré mi certificado de estudios (yo tenía buenas notas)
y de inmediato me incorporaron. Entonces yo venía con todas las novedades
pedagógicas como, por ejemplo, materiales didácticos de última generación.
Esa escuela contaba con materiales en abundancia, pero las maestras antiguas
no los utilizaban jamás. Me encontraba muy cómodo allí en el año 69.
Pero en 1970 ingresó al IMFC.
–Sí, en el año 70 ingresé al Instituto y, obviamente, entraba en el horario bancario de entonces, que era a las 11.45, coincidente con la última
hora de clase.
Entonces, ¿usted se retiraba de la escuela antes de su horario?
–Sor Irene, con mucha generosidad, me dijo: “No se preocupe, maestro,
el lunes a los chicos le vamos a dar en la última hora la clase de gimnasia, el
martes de música, el miércoles de religión… Entonces yo, en la penúltima
hora, me despedía: “Chicos, hasta mañana”. Y salía rumbo al subte. Sor Irene
era una monja muy sensata y simpática. No sé qué fue después de su vida,
porque estamos hablando de los años 70 y 71.
¿Cuántos años trabajó en el aula?
–Tres años de suplencia, no de forma permanente, sino intermitente. Después siguieron llamándome, pero ya estaba yo muy dedicado al Instituto.
¿Cómo llegó al IMFC?
–Llegué al Instituto mediante las siguientes circunstancias: allá por el año
70, el Banco Central de la República Argentina había emitido una circular
que establecía controles mínimos permanentes, digamos sistemáticos, a las
Cajas de Créditos Cooperativas.
Se trataba de una de las funciones del IMFC: brindar servicios de auditoría
externa a sus entidades asociadas.
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�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
–Claro, en ese momento el Instituto contaba con un equipo de auditores
que hacían su labor en las Cajas de Crédito Cooperativas. Necesitaban reforzar ese equipo. Entonces un compañero de estudios de la escuela primaria
y también de la secundaria me dijo: “Están tomando gente en el IMFC. Te
invito a hacer una entrevista con Floreal Gorini”. ¡Y me entrevisté con Floreal Gorini! Yo era un muchachito inexperto, aunque había tenido cierta experiencia de trabajo, por ejemplo, como cadete en un estudio jurídico, y había
dado también clases de Matemática, Física y Química, y por entonces me interesaba estudiar ingeniería, que después abandoné. Aquella breve experiencia laboral algo me ayudó en los comienzos, pero no había sido sistemática,
como la que exige una auditoría externa. Ahí tuve la posibilidad de realizar
un gran aprendizaje con un enorme maestro: Aarón Gleizer. Aarón Gleizer
era un sabio con una memoria prodigiosa, una bellísima persona con el cual
cultivé una relación excelente de respeto, de admiración, de compañerismo.
Ese fue mi inicio en el Instituto.
Junto con un hombre de grandiosa experiencia.
–Aarón había trabajado en el Banco Israelita, donde quedó cesante al
cabo de la gran huelga bancaria del año 59. Al poco tiempo, el Instituto requería profesionales capaces y, a la vez, comprometidos. Algunos de los que
entonces integraban el Instituto conocían a Aarón Gleizer y, por supuesto, lo
propusieron; creo que se incorporó por la década del 60 y siguió, por supuesto,
trabajando con toda su inteligencia y su brillantez, hasta su fallecimiento.
Lo recordamos llegando siempre puntual, y dedicado a su trabajo.
–Era un asesor brillante porque lo consultábamos a menudo, con la seguridad de saber que él tenía en su mente todos los números, todos los textos de
las leyes y todas las circulares del Banco Central. Algo sorprendente, un caso
único. Bueno, así fueron mis inicios.
También trabajó usted en estrecha relación con Floreal Gorini.
–Floreal tenía la virtud, entre otras muchas otras, de tener en su memoria
una especie de archivo de quiénes trabajaban y cuáles eran sus capacidades y
potencialidades. En octubre del 73 se funda Idelcoop, la Fundación Educacional del IMFC. Y necesitaban constituir en la Capital el Centro de Trabajo
Buenos Aires de Idelcoop. Entonces, un día me llama su secretaria y me da
una cita. Ya frente a Floreal, él me dice: “Edgardo, usted es maestro y nosotros
estamos por crear una fundación educacional, ¿a usted le interesaría participar
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�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
en ella?” Y yo le dije: “Claro, ¡por supuesto!” A partir entonces, a comienzos
del año 74, me incorporé a Idelcoop.
Visita a la Nicaragua sandinista
¿Cuánto tiempo estuvo en Idelcoop?
–Estuve a cargo del Centro de Trabajo Buenos Aires durante 10 años,
hasta 1984. Ese mismo año 84, durante tres meses colaboré con la Dirección de Cooperativas de Nicaragua, que por entonces estaba gobernada por
el Frente Sandinista de Liberación Nacional, porque un ex funcionario de la
OIT, Constantino Pereyra, que se incorporó al proceso nicaragüense y estuvo
como director de la Dirección de Cooperativas de ese país hermano de Centroamérica, estableció un vínculo muy fuerte con Idelcoop y con el Instituto,
motivo por el cual se gestó primero un viaje de Floreal Gorini a Nicaragua
para evaluar la posibilidad de constituir allí un Banco Cooperativo.
¿Pudo concretarse aquel objetivo?
–Floreal estuvo durante un par de meses haciendo todo un estudio, creo
que fue en el año 82. Emitió un dictamen. No había entonces condiciones
objetivas para instalar allí un banco cooperativo. Pero su asesoramiento fue de
gran utilidad para conformar un mapa de la incipiente y muy modesta economía solidaria de Nicaragua, que es uno de los países más pobres de todo
el continente.
¿La experiencia terminó ahí?
–No; posteriormente surgió la oportunidad, primero con fondos del BID
(que había conseguido Constantino Pereyra), de que dos funcionarios de la
Dirección de Cooperativas de Nicaragua vinieran a capacitarse a la Argentina,
concretamente, al Instituto y al Banco Credicoop. Y al término de ese proceso
de tres meses de capacitación, me designaron a mí para viajar a Nicaragua y
colaborar con la Dirección de Cooperativas.
Entonces estuvo usted realizando una labor docente también con estos compañeros nicaragüenses.
–Exactamente. Viajé a Nicaragua junto con aquellos dos que volvían a su
patria, y yo me instalé allí durante, aproximadamente, tres meses. En ese lapso
viví en una pensión donde compartían el alojamiento los colaboradores in[ 16 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
ternacionalistas. Había gente de Suecia, de Holanda, de EEUU, de Canadá...
Cultivé muchas amistades, incluso me hice amigo de un muchacho austríaco
casado con una norteamericana. Unos estaban en el tema de la salud, en el
cooperativismo agrario, yo estaba con la Dirección de Cooperativas. Al término de las jornadas de trabajo de cada uno, a la noche nos reuníamos todos los
internacionalistas a intercambiar experiencias; íbamos a comer a un lugar que
se llamaba “El Antojito”.
Las sobremesas serían más sabrosas que la comida.
–Eran, sí, sobremesas muy interesantes, de ricos intercambios. Toda gente
maravillosa, todos con voluntad de colaboración, de solidaridad con Nicaragua, que en ese momento estaba enfrentando a la Contra en la frontera norte
y en la frontera sur.
¿Qué pasó cuando terminó esa etapa?
–Bueno, a mi regreso de esa experiencia en Nicaragua, terminé mi ciclo a
nivel Idelcoop y me incorporé como subdirector de la Revista Acción, donde
permanecí un par de años, del 84 al 86, trabajando con otro querido amigo y
gran maestro que es Roberto Gómez, a quien aprecio entrañablemente. En
el 86 se produjo una vacante en la Gerencia de Relaciones Institucionales.
Josef Komet, que estaba en esa función, pasó a desempeñarse como gerente
de la Tarjeta Cabal, y entonces Gorini propuso que yo me incorporara a esa
función, de modo que culminé mi ciclo en Acción y empecé a trabajar en la
Gerencia de Relaciones Institucionales.
Floreal había acertado con usted…
–Me tenía en la mira. “Este muchacho puede darnos una mano”, dijo, y de
ahí en más estuve yo desempeñándome en el área de Relaciones Institucionales hasta 2001. Me habían designado para ocupar el cargo de subgerente general institucional; ese era el cargo formal. Y en 2001 con la jubilación de Juan
Fernández, que a la sazón era también gerente general, me nombraron en su
reemplazo gerente general del Instituto, cargo que ejercí hasta el 2015 cuando
el Consejo de Administración del Instituto me honró con la Presidencia. En
este punto, quiero dedicar un afectuoso recuerdo a Rubén Cédola, entrañable
compañero que me precedió como presidente del Instituto.
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�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
Epopeya del cooperativismo en dictadura
¿Cómo fue aquel momento tan comprometido, cuando las Cajas de Crédito
Cooperativas fueron asediadas por la dictadura del 76, hasta obligarlas a convertirse en bancos? La transformación en un contexto sumamente hostil habrá sido una
epopeya, porque de no lograr hacerlo, hubiesen tenido que cerrar.
–Eso fue en 1977. Recordemos que la Comisión de Asesoramiento Legislativo durante el gobierno dictatorial (más conocida por su sigla: CAL)
reemplazó al Poder Legislativo elegido por la voluntad popular, mantuvo cerrado el Congreso y elaboró, por iniciativa del ominoso ministro José Alfredo
Martínez de Hoz, un Proyecto de Ley de Entidades Financieras que, en su
primera versión, desconocía la figura cooperativa. Entonces, frente a ese desafío, en esa dura y difícil circunstancia, con una inteligencia notable y bajo el
liderazgo del querido compañero Floreal Gorini, la conducción del Instituto,
que estaba constituida por dirigentes probados, lúcidos, brillantes, estableció
una estrategia que consistió (como hemos hecho siempre en nuestro movimiento) en recurrir en primer lugar a los asociados, que son los destinatarios
de toda nuestra labor. Y se tomó la iniciativa de exigir, de peticionar por medio
de solicitadas publicadas a lo largo de una semana, y costeadas por los mismos
firmantes, que eran miles y miles de asociados, ahorristas y pequeños y medianos empresarios, en las que se solicitaba a la Junta de Comandantes que la
nueva ley incluyera la figura cooperativa.
–¿Qué respuesta tuvieron esas solicitadas?
–Produjeron un gran impacto, lo mismo que los miles de telegramas que
se le enviaron al ministro Martínez de Hoz para que recibiera a una delegación
del Instituto. Martínez de Hoz los recibió y con esa ironía peculiar de parte de
este siniestro personaje, dijo: “No hacía falta que gastaran tanto en telegramas,
me hubieran pedido la entrevista y se las hubiera concedido”. Por supuesto, de
inmediato la delegación encabezada por Floreal Gorini le planteó su inquietud y la necesidad de que la futura ley incluyera la figura cooperativa. Además
de los miles de asociados de pymes que firmaron aquellas primeras solicitadas,
hubo personalidades del mundo de la cultura, del deporte, intelectuales de
prestigio que pusieron su nombre en otras solicitadas, también con la misma
petición. Se logró entonces que la ley incluyera la figura cooperativa pero,
evidentemente, el gobierno y su ideólogo principal, Martínez de Hoz, apos[ 18 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
taban a que lo nuestro era inviable, porque después de sancionar la Ley, la Nº
21.526 (que, dicho sea de paso, a pesar de los años transcurridos de gobiernos
elegido en forma democrática, sigue vigente y aún lleva las firmas de Martínez
de Hoz y Jorge Rafael Videla), la Reglamentación que estableció el Banco
Central exigía capitales mínimos que superaban holgadamente los patrimonios de la Cajas de Crédito Cooperativas. Era el requisito sine qua non para
acceder a la forma de banco. Por supuesto, esto generó un gran debate, porque
las Cajas de Crédito tenían como rasgo distintivo la inserción territorial, la
inmediación con los asociados, con la comunidad. Crear un banco implicaba
un desafío gigantesco. En primer lugar por la propia actividad bancaria, que
era notablemente más compleja y exigente que la operatoria más modesta de
las Cajas de Crédito.
Había que hacer entonces todo un aprendizaje.
–Absolutamente. Entonces ¿cómo se encaró el desafío? Se apeló a poner
en práctica el sexto principio de cooperación, es decir, la integración cooperativa que accediera a la figura de banco, a partir de la consolidación de los
patrimonios a los capitales mínimos que exigía el Banco Central.
Se sabe que muchos asociados pusieron a disposición de ese procedimiento las
escrituras de sus casas.
–Es cierto. Como también sucedió también en otros momentos difíciles
y críticos de las Cajas de Créditos, como lo fue la dictadura del general Juan
Carlos Onganía, surgida con el golpe de Estado que depuso el 28 de junio de
de 1966 al entonces Presidente de la Nación, doctor Arturo Umberto Illia.
Pues bien, volviendo a los años 77-78, lo que se hizo fue, desde la conducción
del Instituto, reunir a los dirigentes de las Cajas de Crédito Cooperativas y
plantearles la nueva estrategia, que consistía en fusionar, a través de los mecanismos legales de las asambleas, un conjunto de Cajas de Créditos para reunir
los capitales mínimos exigidos. Por ejemplo, el Banco Credicoop es el resultado de la fusión de 44 Cajas de Créditos Cooperativas. Contarlo así suena sencillo, pero fue toda una gesta, porque hubo que persuadir, convencer y ganar
la confianza, la voluntad y la decisión política institucional de 44 Consejos de
Administración que tenían su propia historia. Es decir, mucha historia; por
ejemplo, la Primera Caja Mercantil, nacida en 1918; imaginen que en los años
77 y 78 ya tenía décadas de existencia. Pero los dirigentes de la Primera Caja
Mercantil, al igual que los de otras entidades hermanas, tenían un absoluto
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�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
compromiso y lealtad con el Instituto y respeto a la orientación institucional,
operativa, empresarial, porque el Instituto había demostrado ya en el año 66
su capacidad de liderazgo para defender los intereses del sector.
Por entonces el IMFC no solamente realizaba auditoría de las Cajas de Crédito cooperativas, sino que también era reconocido como lugar de pertenencia, de contención; una amalgama que consolidaba la unidad en momentos de riesgo. ¿Es así?
–Sí, porque el Instituto nació con grandes objetivos. Uno de ellos era la
difusión de los principios y valores del cooperativismo. En segundo lugar,
sin que por eso fuese de menor importancia, promover la creación de Cajas
de Crédito Cooperativas, con vistas a establecer toda una red de banquitos
populares que permitieran captar el ahorro popular y canalizarlo a través de
créditos en función del desarrollo de las economías regionales, de las pequeñas
y medianas empresas, de profesionales, cuentapropistas... Una red, coordinada
por el Instituto como entidad de segundo grado, que permitía encauzar los
recursos ociosos de unas regiones hacia otras, según las necesidades estacionales de la economía. Entonces, el Instituto actuaba como un Banco Central de
las Cajas de Crédito. Con los recursos que administraba (porque los efectivos
mínimos, o sea la porción de los depósitos que las entidades financieras no
pueden prestar porque necesitan resguardarlos para los requerimientos de caja
de los asociados, de los usuarios), el Instituto ¿qué hacía? Cuando un grupo
de asociados formaban una nueva Caja de Crédito, el Instituto les daba un
crédito para que alquilasen el local o compraran el mobiliario y se instalasen.
Además, el Instituto realizaba una labor pedagógica.
–En la época en que las Cajas de Crédito disponían de las letras de cambio cooperativas, que eran como el cheque cooperativo, el Instituto había
montado la Cámara Compensadora. Es decir que, como entidad de segundo
grado, el IMFC desarrollaba una actividad de carácter institucional de liderazgo, de orientación, y también de financiamiento, de organización administrativa, de auditoría externa para velar por la pureza de la operatoria e, incluso,
para enseñar la buena administración.
Aquí vuelve el Instituto a mostrar su prestigio e influencia sobre las distintas
cooperativas que conducía totalmente.
–Es que quienes estaban al frente de un conjunto importante de Cajas de
Crédito, lo hicieron por la propia labor del Instituto para promover la creación
de estas entidades. Inclusive el propio Instituto, en conocimiento de que había
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�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
dirigentes locales, ex funcionarios bancarios cesantes después de la huelga
bancaria de 1959, los incorporó como gerentes de Cajas de Crédito.
Esos trabajadores bancarios aportaron, seguramente, sus saberes, sus experiencias.
–Exactamente. Esa red de vínculos personales e institucionales también
contribuyó a la cohesión del movimiento a la hora de enfrentar desafíos gigantescos, como el que planteó la dictadura en 1977. Entonces, se constituyeron varios bancos cooperativos que, a lo largo del tiempo, por distintas razones
no pudieron prosperar y afirmarse; en esas circunstancias, la orientación del
Instituto fue procurar que el Banco Credicoop principalmente los absorbiera.
¿Cuál era la idea?
–La idea era constituir un banco para el Gran Buenos Aires, la megaciudad que comprende la Capital de la República y al conurbano bonaerense. Por
eso, las 44 cajas que fundaron Credicoop pertenecían a la Ciudad de Buenos
Aires y a su conurbano en la provincia, donde había una fuerte cohesión. Otro
banco importante, el segundo gran pilar, fue el Banco Udecoop con sede en la
Ciudad de Rosario, que luego se expandió a varias provincias de nuestro país.
Otros bancos, surgidos también de fusiones de Cajas de Crédito, evidenciaron ciertas debilidades estructurales que no resistieron la experiencia y fueron
vulnerables ante las crisis que fue teniendo el sistema financiero. Recordemos
que en el año 80, a raíz de la situación de la deuda externa, comienza una crisis
que arranca en México por la imposibilidad de afrontar esa deuda impagable,
“la perversa deuda externa”, como dijo Eric Calcagno.
¿Y luego vino el llamado efecto tequila?
–Sí. El efecto tequila que, allá por fines del 94/95, provocó que muchos
bancos se fundieran. Y llegó el momento en que, a causa del efecto tequila,
se produjo la siguiente situación: un conjunto importante de bancos que no
pudieron afrontar sus compromisos con los depositantes, tuvieron que recurrir
al redescuento del Banco Central a costa de vender el alma. Con esto qué
quiero decir: que vendían, digamos así, o transferían al Banco Central su naturaleza jurídica y entonces esas Cajas de Crédito, esos Bancos Cooperativos
se convirtieron en Cooperativas de Objeto Único como uno más de los accionistas de Bancos Sociedades Anónimas. O sea, desaparecieron con la figura
de Banco Cooperativo, ¿por qué? Porque acudieron al redescuento del Banco
Central. El BCRA les daba redescuentos.
Pero, ¿dónde se fusionaron estos bancos?
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�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
–Bueno, muchos de estos bancos fueron ajenos al Instituto. Pertenecían
a otras federaciones, como Febancoop. Hay que decir que todos esos bancos
desaparecieron. Y el único Banco Cooperativo genuino que se sostuvo en el
tiempo es el Banco Credicoop, fundado el 19 de marzo del 79, y que acaba
de cumplir 38 años. Es el que, con orientación siempre del Instituto, en momentos de crisis de otros bancos, también surgidos por iniciativa del IMFC,
los tomó a su cargo.
Se hizo lo que se llama fusión por absorción, con la finalidad, en primer
lugar, de preservar la presencia de la banca cooperativa en un conjunto de localidades que, de otra manera, hubieran quedado privadas de los servicios de
la banca solidaria. De modo que la expansión del Banco Credicoop obedece
en gran medida a la fusión por absorción de un conjunto de bancos más pequeños: el Banco Acción, de Mendoza, el Banco Oceánico en Mar del Plata,
el Banco Nordecoop en el litoral, etc. Hoy en día el Banco Credicoop tiene
más de 260 sucursales, muchas de las cuales, originalmente, pertenecieron a
otras entidades, y otras sí fueron creadas por este Banco en función de estar
presente en todo el país.
La batalla cultural
Sabemos que, mientras se libraban estas cruciales batallas en lo económico y por
la supervivencia del sistema cooperativo dentro de un sistema capitalista e, incluso,
dentro de una dictadura, el Instituto realizaba una labor cultural muy interesante.
–Así es. El Instituto, desde el inicio de su existencia en 1958, siempre
tuvo como preocupación y labor permanente la formación de los dirigentes,
de los funcionarios, del personal. Cuando se constituyó el Banco Credicoop
en el año 1979, por un lado hubo que homogeneizar pautas administrativas,
porque las diferentes Cajas tenían sus propios métodos, sus tradiciones. Entonces, como dijimos, hubo que homogeneizar, tarea que llevó un tiempo,
con el objetivo de establecer un lenguaje común, valores de funciones para
todos por igual, capacitación en la evaluación del riesgo crediticio, etc., todo
lo que hace a la actividad bancaria propiamente dicha. Por 1979, yo estaba
en Idelcoop; entonces Floreal me encomendó la tarea de adoctrinar y hacer
catecismo con el personal del Banco. Entonces una vez por semana, o semana
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�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
por medio en la Casa Central que funcionaba en Maipú 73, en cuyo salón del
sexto piso se convocaba al personal de distintas jerarquías, este servidor les
daba una charla sobre los principios, los valores, la ley de cooperativas, cómo
se constituía el Banco para que supieran de dónde venían y a dónde iban. Fue
una tarea muy grata, pasaron centenares de empleados por esas charlas, creo
que dejaron alguna semilla indispensable porque también ahí había que sumar las voluntades en un proyecto común, para que los trabajadores supieran
con claridad la naturaleza social, jurídica, institucional de la entidad donde
realizaban su labor. Ese fue un proceso muy interesante que se extendió entre
parte del 79 y el 80. El Banco con el tiempo constituyó después una Gerencia
de Recursos Humanos, con un importante equipo de capacitadores.
En su etapa fundacional, ¿el Banco Credicoop iba a tener otro nombre?
–Creo que iban a darle el nombre de un prócer.
¿Acaso “San Martín”?
–Sí: San Martín. Me parece recordar que del Banco Central dijeron: “De
ninguna manera, si no, el día en que tengamos que clausurarlo, ¡no vamos a
dar de baja a San Martín!”. Entonces se optó por un nombre que nos distingue, donde aparece la desinencia cooperativa Credicoop; pienso que fue un
hallazgo afortunado.
Recordemos que, aún en dictadura, el IMFC y las Comisiones de Asociados de
las filiales del Banco Credicoop organizaban actividades culturales como conciertos,
muy concurridos por los asociados y gente de la comunidad. Por ejemplo, recitales de
Mercedes Sosa y de Osvaldo Pugliese, entre otros artistas populares.
–Sí. Ahora voy a comentar una anécdota con el maestro Pugliese. Las
Cajas de Crédito gestadas a partir de la orientación del Instituto tenían, además de la sala de operatoria, un salón de actos para reunir a los asociados,
para dar charlas, y también para hacer actividades culturales. El año 76, en
vísperas del golpe de Estado que instauró la dictadura genocida cívico-militar,
se realizó en Buenos Aires el primer Seminario Iberoamericano de Educación
Cooperativa. Por entonces, como ya les dije, yo trabajaba como Coordinador
del Centro de Trabajo Buenos Aires. A ese Seminario concurrieron dirigentes
cooperativistas de distintos países del Cono Sur de América Latina, de España y también de Canadá. Un sacerdote canadiense que estaba relacionado
con el cooperativismo de su país fue convocado por la Embajada de Canadá
en Buenos Aires, donde le dijeron: “Mire, se vienen tiempos difíciles; es mejor
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�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
que se vuelva. Váyase”. Esos diplomáticos estaban bien informados. El último
día de ese Seminario (que se hizo entre el 15 y el 20 de marzo del año 1976)
realizamos en el Teatro Coliseo un homenaje a todas las delegaciones extranjeras. En ese acto iba a actuar con su orquesta el maestro Osvaldo Pugliese.
Resulta que por razones económicas no se había contratado un locutor. Y
ocurrió lo siguiente: estaba yo en mi butaca, sentado al lado del director de
Idelcoop, el doctor León Schujman; antes de que saliera a escena el maestro
Pugliese, Schujman me dijo: “Edgardo, vaya y preséntelo”. Para reunir coraje, me dije: “Pugliese, Pugliese, Pugliese”, como repiten los músicos antes de
actuar, para que los acompañe la suerte. Y entonces, con gran orgullo, comencé entonces a hablar ante un público enorme. El maestro estaba detrás del
escenario. Hasta que los presenté, a él y a su orquesta. Se descorrió el telón,
el maestro y sus músicos tocaron “La Yumba” y otros temas memorables. Fue
muy emocionante.
Muchos de los que estábamos entre el público, pensamos que usted era locutor
profesional. A partir de entonces, ha sido algo así como la voz oficial de grandes
acontecimientos.
–De hecho, a partir de ahí me tocó, sí, ser locutor de varios eventos. Inclusive cuando festejamos el 50º aniversario del IMFC en el Luna Park, me
honraron con la grata tarea de hacer la locución. Otra jornada para recordar.
Decía, entonces, que la actividad cultural del Instituto fue, desde el inicio, muy
importante. Incluso, aun antes de la aparición de Acción el 1º de abril del año
66, en blanco y negro, formato tabloide, como un medio periodístico que tenía
en primer lugar el propósito de informar a los cooperativistas, pero también
de ser un factor de cohesión, un factor de vinculación orgánica y cumplir el
papel de la prensa como organizadora. Eso se tenía muy en claro. El antecedente fue una revista que salía también con periodicidad, Cooperación y Crédito. Cuando apareció Acción, desde el comienzo adoptó el lema “En defensa del
cooperativismo y del país”.
Qué nombre potente: Acción.
–Muy potente, sí. Fue un acierto. Por supuesto, ya se sabe Acción fue evolucionando y es hoy una revista excelente, muy bien producida.
Otro hito en la tarea cultural del Instituto.
–Por supuesto. Y, ya más recientemente, siendo yo gerente de Relaciones
Institucionales del IMFC, realizamos ciclos de conferencias. Hubo uno, par[ 24 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
ticularmente interesante, sobre la Historia de los Movimientos Sociales en la
Argentina. La idea fue de Floreal Gorini. El ciclo abarcó varios momentos.
Por ejemplo, la Semana Trágica de 1919, y la Reforma Universitaria de 1918;
en ese tema tuvimos el honor de contar con un destacadísimo intelectual:
Gregorio Weinberg, quien dio una conferencia magistral. Hoy en día, el texto
de su conferencia está a disposición de los lectores en la Biblioteca del Centro
Cultural de la Cooperación porque, hace poco, revisando papeles en mi biblioteca, encontré la carpeta con ese texto, que incluso tiene anotaciones manuscritas de Weinberg. Es un material muy valioso y merece ser compartido.
El año próximo cumple cien años la Reforma Universitaria, y el investigador
que quiera trabajar el tema puede consultarlo. Weinberg era una bella persona,
y una inteligencia brillante.
¿Qué otras personalidades participaron de ese ciclo?
–Don Humberto Volando, dirigente de la Federación Agraria Argentina,
habló sobre el Grito de Alcorta de 1912. Floreal habló de la huelga bancaria
de 1959 y del Instituto. A partir de ese momento quedó para nosotros la
definición de que el Instituto forma parte de la historia de los movimientos
sociales de la Argentina.
Hubo otros ciclos igualmente exitosos.
–Con el actor Walter Soubrié, recordado compañero, organizamos diálogos abiertos o conferencias con personajes del mundo artístico; para hablar
de humor convocamos a Enrique Pinti, a Horacio Fontova, entre otros. Hubo
un ciclo itinerante con la primerísima actriz Inda Ledesma, que interpretaba
un unipersonal admirable; Inda era una artista extraordinaria… De modo que
siempre hubo interés y preocupación por la cultura, y en la parte que me tocó,
colaboré con el mayor entusiasmo. En la vieja sede de Rivadavia 1944, de la
que salimos con destino a Maipú 73, que fue la sede inicial de la Casa Matriz
del Banco Credicoop durante el tiempo que se construyó el Centro Cultural
de la Cooperación, se desarrollaron distintas actividades culturales.
En los años 70, antes de la dictadura, conocimos hermosas salas teatrales en dos
Cajas de Crédito Cooperativas. Vimos en escena obras que inspiraban la conciencia
crítica en el espectador sobre la realidad política y social contemporánea. Recordamos
haber visto Los bajos fondos de Máximo Gorki (obra que, puesta en valor presente, mantiene aún vigencia) en la sala Raúl González Tuñón, de la Caja de Crédito
de Villa Mitre, hoy filial del Banco Credicoop.
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�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
–Sí, de Villa Mitre, en Donato Álvarez 2137. Y la sala de Saavedra Cooperativa, del barrio homónimo, en la calle Paroissien, llevaba el nombre del
pintor Lino Enea Spilimbergo. Recuerdo que durante un tiempo hicimos
algunas actividades con el actor Héctor Tealdi, en 1995 merecedor de un Premio Estrella de Mar, galardón que gentilmente nos cedió; lo tengo en mi oficina. Junto a él, la actriz Perla Santalla también obtuvo su premio como actriz
de comedia. Casi enseguida, los dos organizaron e interpretaron un homenaje
a Raúl González Tuñón en aquella sala de Villa Mitre.
Desde la Gente
En 2016, Ediciones Desde la Gente cumplió 25 años de vida. La iniciativa
de su creación, presentada por Mario José Grabivker a Floreal Gorini, entonces al
frente del IMFC, tuvo todo su apoyo. ¿A qué atribuye usted la permanencia de este
sello en el tiempo?
–La propuesta fue poner en circulación una cantidad de ideas, del pensamiento de intelectuales que, en general, responden con pluralismo a un
sentido popular, social, de justicia, equidad y solidaridad. Esa es otra de las
cualidades que distinguen a la colección: reunir excelencia literaria de autores
argentinos y latinoamericanos principalmente, para estimular la lectura y la
elevación cultural, con el precepto martiano de “ser cultos para ser libres”.
Desde su formación en 1991 hasta hoy, Desde la Gente distribuyó tres millones de ejemplares, publicó 275 títulos en los que participaron unos dos
mil autores representativos de la cultura nacional, latinoamericana e incluso
mundial. Por ejemplo, cuando Ray Bradbury estuvo en el país y llegó hasta
aquí, obsequió a DLG un dibujo hecho por él y pidió publicar en nuestro
sello y con exclusividad su hasta entonces único libro de poemas, que publicamos en castellano. Se editaron antologías personales de David Viñas, Haroldo
Conti, Abelardo Castillo, Luisa Valenzuela, Stella Calloni y muchos otros
grandes escritores. En el caso de la antología de Juan Gelman, fue necesario
imprimir 17 mil ejemplares.
Fue una apuesta audaz, en la década del 90, cuando prevalecía la noción de “el
fin de la historia” y trataba de imponerse el discurso único.
–La calidad de lo que DLG vino produciendo a lo largo de todos estos
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�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
años, nos ha permitido insertarnos ya no sólo en cuatrocientas escuelas y en
doscientas bibliotecas del país a través de las cooperativas adheridas, sino que,
incluso, hemos llegado prácticamente a todas las universidades del país y a
buena parte de las universidades de América Latina. Nuestros libros están
también en veinticuatro universidades de Estados Unidos, varias de Canadá,
Cambridge, Oxford, La Sorbona, la Complutense de Madrid. También en
muchos centros culturales de Europa.
¿Cómo recuerda a Mario José?
–Mario, descendiente en línea directa de editores románticos y con fe en
lo popular, como Antonio Zamora y Samuel Glusberg, tomó la posta de otro
grande: Boris Spivacow, cuyo Centro Editor de América Latina tuvo por consigna “Más libros para más gente”. Así, DLG puso en manos de los miles de
socios de las cooperativas integradas en el IMFC pequeñas joyas en formato
libro a un precio módico. Paralelos a su olfato como editor, fue su don de gentes,
su trato respetuoso y cordial con los autores que –en una práctica todavía poco
frecuente– cobraban y cobran sus derechos apenas publicados sus libros. Hay
que destacar que la nueva editorial salió al frente sin ningún apoyo oficial ni
de ninguna organización, sino del propio movimiento cooperativo. Los libros
son sufragados por los suscriptores que los reciben en sus hogares. El proyecto
se ha sostenido durante mucho tiempo con un nivel de aceptación muy grande,
lo que indica que el libro ocupa un lugar en la cultura argentina todavía muy
importante que nosotros vamos a defender. A través de la editorial seguimos
la tradición de estimular la cultura y sus productos, porque propiciamos una
cultura que llegue a todos con la mayor inclusión, y que a la vez dé cuenta de
los grandes temas de la Argentina y del resto de Latinoamérica y del mundo.
¿Quiénes tomaron la posta de Mario José?
–A partir de su retiro en 2015, el relevo fue tomado por Jorge Testero, asistido por Walter Alegre, con el asesoramiento editorial de la escritora Ana María
Ramb. Durante este último período, se concretaron libros en coedición con la
Universidad Nacional de Quilmes y las cátedras libres en las que el IMFC participa: la Cátedra Abierta de Estudios Agrarios Ingeniero Agrónomo Horacio
Giberti (junto con la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA y el IADE)1, y la
Cátedra Abierta José Ber Gelbard, UNQ, (también junto al IADE).
1 Instituto Argentino para el Desarrollo Económico
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�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
Desde agosto de este año, Javier Marín asumirá la coordinación unificada de DLG y Ediciones del CCC, con lo que se cumplirá con el relevo
generacional.
Nace el CCC
Volviendo a su trayectoria, Floreal Gorini aparece una y otra vez, no sólo en
su itinerario, sino también en las grandes iniciativas del cooperativismo. Floreal es
una figura consular, ¿no es así?
–Para nosotros fue el gran maestro, el máximo dirigente por su lucidez y
brillante inteligencia, por sus ideas de anticipación. Tuve el honor de tener a
mi cargo el prólogo del libro Diálogos con Floreal Gorini que escribió Alberto Catena antes que Floreal cumpliera 80 años; lo publicó el sello Desde la
Gente. Entre otros atributos (y creo que es la virtud de todo gran dirigente),
Floreal tenía el buen hábito de saber escuchar a sus interlocutores. Escuchaba
con todo el cuerpo, con mucha atención, como si no existiera el resto del planeta en esa circunstancia. Cuando fui designado gerente general del IMFC,
me dijo como gran maestro: “Vos tenés que recibir a todo el mundo, escuchar
con mucha atención, porque, aunque no pocos van a venir con ideas fascinantes pero imposibles de poner en práctica, habrá seguramente alguien que
traiga una idea sorprendente, interesante y también realizable”.
Durante su experiencia en la lucha gremial, Floreal reveló su gran capacidad
de organizador.
–Como un gran ajedrecista, él era capaz de prever jugadas con mucha
anticipación. Porque Floreal tenía muy clara su postura frente a la sociedad.
Tenía, además, una formación cultural muy sólida. Y había recibido de sus
padres un legado ideológico muy firme.
Sus padres tenían formación de izquierda, anarquista.
–Sí, sí, claro. No por casualidad llevaba ese nombre, bien anarquista, sacado del calendario republicano francés. Con gran sagacidad, Floreal llevó al
ámbito del movimiento cooperativo toda su experiencia de liderazgo, de lucha
durante la gran huelga bancaria del 59, el haber sido detenido político, su
resistencia en dictaduras y en la aplicación del Plan Conintes, en la presidencia de Arturo Frondizi. Fue un gran dirigente, de gran vigor pero, al mismo
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�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
tiempo, dueño de una gran ternura. Cierto es que en momentos difíciles él se
ponía al frente, marcaba el rumbo, consensuaba, persuadía con su palabra, con
su fundamentación. Pero también me tocó en alguna circunstancia dolorosa
recibir el afecto, el acompañamiento de Floreal, como cuando llega ese difícil
momento de la vida en que uno pierde a los padres. Así que todos lo recordamos con gran cariño y enorme respeto. Su última gran obra trascendente es el
Centro Cultural de la Cooperación, donde cortó las clásicas cintas de apertura
en el momento inaugural del edificio de Corrientes 1543.
La celebración de un proyecto diseñado en forma minuciosa durante años…
–Para el que consultó a personalidades muy destacadas de nuestro campo
intelectual. Una de ellas fue Silvia Bleichmar, sobresaliente psicoanalista y
socióloga, autora de libros imprescindibles. También tuvo Floreal en cuenta
sus experiencias de viaje, él era un gran admirador de la cultura francesa y, en
más de una oportunidad, estuvo en París; sobre todo, procuraba estar allí el
1º de Mayo para marchar junto con la clase obrera en el Día Internacional de
los Trabajadores. Francia ha sido una usina generadora de grandes ideas en
la sociedad occidental, en la sociedad moderna, y se comprende que él fuese
uno de sus grandes admiradores. Aprovechaba sus estadías para indagar cómo
eran los centros culturales; visitó varias veces el Centro Pompidou con su
extraordinario museo de arte moderno y salas de exposiciones, su biblioteca e
institutos de investigación musical.
Floreal fue sabio y sensato también en la realización del edificio del CCC.
–Me tocó acompañar a Juan Fernández y a Floreal a visitar distintos inmuebles. El favorito era un terreno sobre uno de los ejes culturales de Buenos
Aires, la Avenida Corrientes, frente al Teatro San Martín: se trataba de una
propiedad que permaneció durante muchos años baldía, a raíz de un litigio
en la sucesión del dueño original. Para adquirirlo hubo que cumplir distintos
pasos, hasta que un juez autorizó la venta.
¿Cómo fue la convocatoria al proyecto arquitectónico?
–Se llamó a concurso por invitación a once estudios de arquitectos. El
IMFC sugería un proyecto que invitara a la integración con el paisaje urbano y
a la participación popular. Se optó por uno de los proyectos diseñado por tres
arquitectos: Moller, Guerra y Vahedzián. Los responsables del Centro Cultural
de la Cooperación fueron parte del equipo de proyecto, y aportaron sus puntos
de vista en la búsqueda de un lenguaje contemporáneo pero austero, con el uso
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�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
de materiales nobles y perdurables (acero inoxidable, hormigón armado, todo de
fácil mantenimiento), que permitieran lograr las máximas prestaciones técnicas
con los menores recursos posibles, dada la característica no comercial del CCC.
El frente es transparente, y se ve a la gente en su interior, moviéndose de un
espacio y de un evento a otro, en armonía con la dinámica de la calle Corrientes.
¿Obedece esta característica a un requisito previo?
–El edificio responde cabalmente a nuestro gran inventario de requerimientos en cuanto a espacios para tres salas de teatro, los salones de artes
visuales, las aulas, la biblioteca, la librería y la cafetería. Esta obra recibió en el
año 2004 el Premio SCA -CPAU de Arquitectura Argentina en la Bienal de
la Sociedad Central de Arquitectos (SCA) y el Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo (CPAU). La primera obra que se representó en la sala
Solidaridad fue La Gran Marcha, y contó con dirección de Norman Briski y la
interpretación magistral de Tato Pavlovsky, autor también de la pieza, quien
fue parte de la casa durante muchos años y nos honró con su arte. Guardamos
un grato recuerdo de él. Otra gran amiga del CCC es la excepcional actriz
Cristina Banegas, una gran personalidad del teatro argentino.
La actriz Julieta Díaz depositó en el CCC el Premio ACE (Asociación de Cronistas del Espectáculo de la Argentina), que obtuvo en 2004 como revelación femenina en teatro por su actuación en Emma Bovary.
–Sí, la obra contó con la dirección de Ana María Bovo, gran artista y
amiga del CCC, donde se siente a gusto, como sucede con otros intérpretes.
Esto es un motivo de orgullo, y expresión de que el Centro Cultural de la
Cooperación se ha instalado como un lugar de referencia en la cultura. Y
donde siempre se procura que el contenido de las obras transmita un mensaje, junto con la irrenunciable calidad artística. Un contenido que ilumine las
mentes. Floreal era muy amante del teatro. Gestor y concurrente, él era de los
que pensaban y piensan que el teatro es un vehículo de enorme importancia
para la difusión de la cultura y para librar la batalla cultural, que era su gran
obsesión en los últimos años.
Una parte muy importante del Centro Cultural de la Cooperación es la promoción de jóvenes investigadores.
–Gorini tenía muy claro que la madre de todas las batallas era la batalla
cultural, y que había que formar nuevas generaciones de investigadores imbuidos de los principios del cooperativismo, de sus valores de gran compromiso
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�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
social para generar propuestas transformadoras de la sociedad. Esto requería
la creación de Departamentos que se ocuparan, justamente, de investigar con
la participación preferente de jóvenes graduados en distintas disciplinas de las
Ciencias Sociales, liderados por profesionales muy experimentados y reconocidos en sus áreas para que fueran la guía. Y así se hizo. El CCC se constituyó
en un semillero formidable de centenares de jóvenes.
¿Una cantera de jóvenes talentos?
–Exactamente: una cantera de jóvenes profesionales formados en la Universidad pública; algunos, ya doctorados, con maestrías realizadas o en curso;
otros, son doctorandos. Ellos y ellas, no obstante su juventud, cuentan ya con
conocimientos académicos muy sólidos, y pueden publicar sus trabajos en
Ediciones del CCC. Es fundamental el activo protagonismo de los jóvenes,
con un sentido crítico y transformador de la realidad. En el CCC partimos
de una concepción del cooperativismo como herramienta de transformación
social. Esto lo sostuvo Floreal Gorini. En los últimos años de su existencia,
él estaba trabajando en el desarrollo de la doctrina cooperativa, en una teoría
más avanzada asociando cooperativismo y socialismo en una concepción de
socialismo con participación democrática y protagonismo popular.
Un socialismo que deja de ser utópico, cuando muestra a través de su historia
que puede concretarse y crecer, ¿no es así?
Es así. Entonces, la creación de los departamentos apuntaba justamente
a nutrir de nuevas ideas transformadoras, actualizadas a las generaciones de
luchadores sociales, al propio movimiento cooperativo y en general a todo el
espacio, diríamos, del campo popular.
El Centro Cultural de la Cooperación comenzó a planificarse años antes de la
inauguración de su edificio de la calle Corrientes, cuando la doctrina neoliberal pretendía imponerse como único camino de organización de la sociedad para un mundo
globalizado. Tiempos difíciles.
–Como los actuales. La idea comienza a gestarse entre el 96 y el 97; en el
98 empieza a tomar cuerpo y en el 2002 se inaugura el edificio que lleva desde
el año 2005 el nombre de Floreal. El objetivo era construir un centro cultural
que contribuyera a desarrollar, en teoría y acción, modelos culturales, sociales
y políticos alternativos al hegemónico. Que rescatara las mejores tradiciones
de nuestro país, de América Latina y de toda la humanidad. Que fuese capaz
de contribuir a la generación de una cultura que, proyectándose hacia y desde
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�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
el conjunto de la sociedad, confrontase con la instalación de un pensamiento único. Recientemente, el CCC puso en el aire el canal Florealweb.tv. El
nombre de Floreal tiene una musicalidad y una simbología extraordinarias;
también los premios que otorga el CCC se denominaron Floreal.
Más allá del plan original que se cumple en sus distintos objetivos, el Centro
Cultural de la Cooperación es una suerte de laboratorio que se va reinventando día
a día. No conocemos otros lugares donde se crucen un titiritero o una bailarina con
un economista, o con un politólogo. Y en el CCC sucede en lo cotidiano que gente
de distintas áreas, artes y disciplinas debatan, café por medio, sobre las distintas
corrientes estéticas o las ideológicas, o las letras del tango.
–Sí, éste es un caso único. Hace varios años vino a visitarnos Ivano Barberini, y poco después repitió la visita. Ivano, de origen italiano, fue presidente
de la Alianza Cooperativa Internacional; tenía un gran aprecio por nosotros.
Entonces, al conocer el Centro Cultural, dijo: “Es el único Centro Cultural
de la Cooperación que existe, que conozco”. Dicho esto por un hombre que
conocía el cooperativismo de todo el planeta, que llegó a ser un dirigente
cooperativista de relieve mundial, tiene enorme valor. A veces digo en broma:
el CCC es como un transatlántico, porque simultáneamente en un transatlántico hay gente que está bailando, otros que están en la piscina, otros juegan al
tenis, otros leen, otros miran una película. Aquí ocurre algo parecido, y eso es
una maravilla.
Sí, porque de esa diversidad suele surgir algo nuevo.
–Hay en esta fusión, como parte de la filosofía que nos inspira, una actitud
de gran respeto por los creadores, por los artistas, por los científicos. Hace poco
estuvo aquí Cecilia Rossetto, con quien también tenemos una relación de mutuo afecto. Vino a proponer una muestra de maravillosas fotografías de distintos
artistas, tomadas en su momento por su esposo, Oscar Balducci, quien falleció
en 2012. Creo que la colección se va a presentar en el CCC en julio de este año.
¿Cómo ve en el panorama actual la posibilidad de formar un frente abarcador
pero consistente, donde no se diluyan identidades ni responsabilidades?
–Después de un período de más de una década durante el cual, en buena
parte de América Latina tuvimos procesos emancipatorios con gobernantes
que se parecían a sus pueblos, como se dijo oportunamente, con dirigentes
como Hugo Chávez, como Rafael Correa, como Evo Morales, como Néstor
Kirchner…
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�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
También como Luis Inácio Lula Da Silva…
–Claro, Lula, la propia Cristina Fernández de Kirchner. Dirigentes que se
propusieron encabezar procesos emancipatorios en una dirección claramente
contraria a lo que había ocurrido tiempo atrás con el endeudamiento forzado,
con el condicionamiento de la deuda externa y la aplicación de las políticas
emanadas del FMI y el Banco Mundial y que, evidentemente, comenzaron a
producir transformaciones muy importantes: la distribución de la riqueza con
mayor equidad, el estímulo de los mercados internos frente a una situación
internacional de crisis que continúa, que persiste. Luego de todo ese proceso,
esperanzador para muchos pueblos, comenzó un retroceso notable, dramático en muchos casos, con golpes de Estado pergeñados por una metodología
que, seguramente, emana del Departamento de Estado norteamericano, que
procura recuperar lo que considera su “patio trasero” y recuperar la hegemonía
que había empezado a perder con la aparición de esos gobiernos populares,
transformadores.
Los nuevos desafíos
¿Cuál es el desafío actual?
–Para los pueblos de nuestro continente, sin hablar del resto del mundo,
el gran desafío para las fuerzas del campo nacional y popular en cada país es
construir instrumentos políticos perdurables de gran amplitud, de gran enraizamiento en el pueblo. Tener una base programática claramente definida, consensuada con el compromiso de que, sea quien fuere quien acceda a los puestos
legislativos o ejecutivos, respete y cumpla no solamente esa base programática,
esa pauta de programa transformador, sino también los mecanismos (como creo
que lo ha resuelto satisfactoriamente el Frente Amplio del Uruguay) para dirimir las tensiones inevitables al interior de un frente de tal amplitud, sin que
se rompan ni el acuerdo y ni el frente. Nosotros habíamos trabajado (digo nosotros, los cooperativistas antes de construir el propio Partido Solidario) en un
intento de gestación de un instrumento político que fue el Encuentro Nacional
por la Soberanía Popular, conocido también como el Encuentro de Rosario,
para el cual estuvimos trabajando durante seis o siete meses en forma silenciosa.
¿Cuándo fue?
[ 33 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
–En noviembre de 2004. Entonces nos reunimos unos 700 dirigentes
y militantes de centroizquierda de todo el país, para lanzar un nuevo frente
político que buscara superar las divisiones históricas del arco progresista y cimentar una alternativa centrada en proyectos y no en candidatos. En la alternativa, llamada Encuentro Nacional por la Soberanía Popular por un Nuevo
Proyecto de Nación, participó el gran compañero Jorge Rivas2 antes de tener
el accidente; esa agresión que sufrió afectó su palabra, no así su lucidez. Estaba también el obispo de la Iglesia Metodista Federico Pagura, de reconocida
actuación en defensa de los derechos humanos; un personaje inolvidable.
¿Qué continuidad tuvo el encuentro?
–No tuvo continuidad, porque casi coincidió con el desarrollo de la experiencia kirchnerista, sobre la cual primero se generaron dudas, hay que reconocerlo, pero a poco de andar, el presidente Néstor Kirchner empezó a aplicar
políticas que, en nuestro caso, coincidían con la Propuesta para Refundar la
Nación y Enfrentar la Emergencia, contenida en la propuesta cooperativa del
Instituto emitida en febrero de 2002, en medio de la crisis. Bueno, hicimos
aquel intento, pero volviendo al presente, es indudable que en el contexto de
la democracia hay que contar con suficiente fuerza política, con el ejercicio
de una gran amplitud, con la inteligencia de sumar voluntades que concuerden en una cantidad razonable de puntos dentro de un mismo programa.
Es imprescindible, además, estar dispuestos a respaldar una propuesta transformadora. Y dispuestos a bancarse situaciones difíciles, porque esto implica
enfrentarse a un poder muy consolidado de fuerzas económicas y políticas que
tienen conexiones con el exterior.
Y enfrentarse asimismo a los poderes mediáticos…
–Es indudable que los medios periodísticos tienen una fuerte gravitación
en la construcción del sentido común de buena parte de la sociedad. Entonces,
el desafío es gigantesco. Y frente a un desafío gigantesco, hay que tener una
fuerza gigantesca equivalente, o igual, o mayor, y siempre contraria. Esto lo
suele decir Carlos Heller: hay que apelar a la Física: responder a una acción
con una reacción; para vencer a una fuerza determinada, hay que oponerle
una fuerza de signo contrario más vigorosa. De esto se trata. Nosotros somos
constructores permanentes de consenso. Y en eso estamos, en esa búsqueda.
2 N. del E. Encabeza actualmente el Socialismo para la Victoria.
[ 34 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
Pero creemos que no alcanza con la amplitud y no alcanza con decir. “Vamos
a ganar elecciones”. Hay que decir que debemos tener la inteligencia, la capacidad, la fuerza y la metodología capaz, no sólo de ganar elecciones, sino para
avanzar en un proyecto efectivamente transformador.
Recordamos el proyecto del diputado Carlos Heller sobre una Ley de Servicios
Financieros, que mantiene hoy gran vigencia.
–El proyecto de ley que presentó Carlos Heller, que expresa un antiguo y
permanente reclamo de nuestro movimiento cooperativo, del Instituto Movilizador, proyecto que lleva el título de Proyecto de Ley de Servicios Financieros para el Desarrollo Económico y Social, es un proyecto concebido para poner al sistema financiero en función de otro modelo de país. Poner las finanzas
al servicio de la producción, del desarrollo de las economías regionales, de la
economía social y solidaria, la generación de empleo digno, la construcción de
viviendas. En fin, de todo un modelo de inclusión social con desarrollo económico y con autonomía, independencia y soberanía. En tiempos del gobierno
del Frente para la Victoria no se logró que esto, finalmente, se aprobara. Por
lo visto la Presidenta tenía otras prioridades.
Pero de ese proyecto tomó algunas ideas.
–Tomó algunos elementos importantes para la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central. Por cierto, por lo menos en lo fundamental, sigue
vigente la Ley de Entidades Financieras de la última dictadura; es la Ley
que lleva la firma de Videla y Martínez de Hoz. Para otro proyecto de país,
nacional, popular, hace falta otra ley. O sea que la Ley Heller, para llamarla
por el nombre de su autor, en nuestra opinión mantiene vigencia; tal vez haya
que incorporar o adecuar algún que otro artículo, pero la esencia sigue absolutamente vigente como parte de un proyecto efectivamente transformador.
Suponemos que en el proyecto presentado por el diputado Heller, el Banco Central no era autónomo. Porque actualmente es tan autónomo, que el titular del Banco
Central es el verdadero Ministro de Economía.
–Desde ya. Nosotros concebimos el Banco Central como un instrumento
de la política económica que tiene que resguardar, por supuesto, el valor de la
moneda pero, además, como planteaba la reforma de la Carta Orgánica, contribuir al desarrollo de fuentes de trabajo, de la economía nacional, etc. Ahora
el Banco Central volvió a ser lo que fue durante muchísimos años; es decir, un
Estado dentro del Estado.
[ 35 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
¿Es el que maneja la economía del país?
–En efecto. En la propuesta originaria del Instituto, se hablaba de la nacionalización del Comercio Exterior. Es de vital importancia porque, en definitiva, los dólares que se generan a través del comercio exterior son el fruto
del trabajo de los argentinos. Entonces, la utilización de esas divisas debería
formar parte de la potestad del Estado para direccionar su uso con el objeto de
importar lo que nos haga falta, para invertir en desarrollos productivos, etc., etc.
¿Y en cuanto a la nacionalización de los depósitos bancarios?
–La nacionalización de los depósitos fue un proyecto del Instituto, recordando una época en la que esto funcionó; entonces, los bancos actuaban por
cuenta y orden del BCRA. Era el Estado el que direccionaba la política crediticia en tiempos de Perón. Eso terminó con el golpe de Estado de 1955 (llamado por los golpistas “Revolución Libertadora”). Nosotros, como Instituto,
planteamos en reiteradas oportunidades la necesidad de retomar esa política
pública de la utilización de los recursos financieros. Pero bueno, en definitiva,
la posibilidad de poner en práctica estas y otras iniciativas, como siempre, son
un tema que depende de la relación de fuerzas políticas. Como actualmente
es adversa, habrá que revertir la realidad construyendo fuerza política propia.
Algunos de los padecimientos que sufrimos actualmente (que también vienen
de otras épocas) ¿tuvieron alguna instancia de resolución en la gestión de José Ber
Gelbard en el ministerio de Economía?
–En los dos años que duró su gestión, durante la tercera presidencia de
Juan Domingo Perón, Gelbard realmente impulsó un cambio profundo en
la economía. Él mismo se planteaba, como hace poco lo recordaba un suplemento del diario Página 12, el suplemento Cash, remodelar la estructura
económica de nuestro país, disminuyendo el peso específico del sector del
agro. Digamos que, frente al modelo agroganadero exportador, él planteaba
un desarrollo industrial y una inserción en el mundo no dependiente de la
hegemonía multinacional. Por eso, una de sus primeras medidas fue romper el
bloqueo instaurado por el imperialismo norteamericano sobre Cuba; exportar,
por ejemplo, vehículos, y estimular el desarrollo de las economías regionales,
las pymes. Él había sido el creador de la Confederación General Económica,
la CGE, con una orientación hacia el desarrollo del mercado interno, el crecimiento de las pymes, de las economías regionales y mecanismos de acuerdo
con el movimiento obrero a través de actas de compromisos con la CGT, plan[ 36 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
teando que no había un conflicto entre las pequeñas y medianas empresas y el
movimiento obrero porque, en la medida que los trabajadores tuvieran mayor
poder adquisitivo, crecen las pymes. Es la clave para el desarrollo del mercado
interno. Por algo, la última dictadura genocida se ensañó con la CGE y con
Gelbard en particular, quien murió muy joven, a los 60 años, pero cuya gestión
llegó a ser una bisagra formidable. Hay una agrupación, constituida por pequeños y medianos empresarios de distintos rubros, que lleva su nombre. José
Ber Gelbard era un hombre que no había tenido formación académica, pero
era brillante en su concepción económica y durante el período de su actuación
como ministro de Economía, hubo avances importantes.
¿Cómo fue la relación del ministro Gelbard con el cooperativismo?
–Muy buena, por cierto, pero el suyo fue un período muy breve y, como ya
sabemos, después sobrevino la catástrofe en la República Argentina: los años
de plomo, la dictadura de 1976.
Legado ético y vocación política
De lo relatado hasta ahora, surge evidente una temprana y sostenida vocación
política. ¿Hay antecedentes en su familia?
–Mi abuelo paterno llegó a nuestro país en 1912 procedente de Odesa,
donde había nacido. En su juventud había sido militante anarquista; fue un
personaje que tuvo sobre mí una influencia ideológica muy fuerte, me marcó
para toda la vida. Tuve la suerte de tener al abuelo Moisés hasta mis 23 años.
Hablábamos mucho los dos y yo escuchaba con atención sus historias. Él
estuvo en el puerto de Odesa cuando fue el episodio del Acorazado Potemkin, que él pronunciaba “Patiomkin”; ese fue el prólogo de la Revolución de
Octubre, en 1917. A tal punto había quedado impactado que, cada vez que
se proyectaba en el cine Cataluña de la avenida Corrientes el film de Sergio
Eisenstein El Acorazado Potemkin, mi abuelo iba a verlo porque recordaba
también su infancia, su juventud. Y me llevaba a mí, por supuesto. Ese cine
también me marcó definitivamente. Con respecto a la Segunda Guerra Mundial, mi papá me contaba, porque esa parte yo no la viví, que el abuelo seguía
atentamente por los medios periodísticos los acontecimientos de la contienda.
Tenía un mapa de la Unión Soviética, donde iba marcando los pasos, los avan[ 37 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
ces, los enfrentamientos del ejército soviético con los nazis. Y después de la
batalla histórica de Stalingrado, el abuelo dijo: “Este es el fin del nazismo”; y
no se equivocó, porque tiempo después las tropas del ejército soviético entraron en Berlín y entonces fue la capitulación del ejército nazi.
¿Y en cuanto a sus padres?
–Su principal legado fue el ejemplo de una vida de trabajo y dignidad.
Mi papá nació el 8 de marzo de 1917, o sea que el 8 de marzo de este año
hubiese cumplido 100 años. Falleció a los 75, pero yo lo recuerdo en vida...
Me dejó una marca muy fuerte porque él, Gregorio, era muy autosuficiente y
sabía hacer de todo. Mi viejo trabajaba como visitador médico pero sabía, por
ejemplo, de mecánica, porque había estudiado ingeniería y, si bien no alcanzó
a recibirse, aprendió mucho de mecánica, de electricidad, así que en casa
resolvía cualquier tema técnico. No era de esos hombres que enseguida piden
ayuda. Mi mamá, Cecilia, era ciertamente muy hacendosa, pero si él tenía que
coserse un botón o hacerse un dobladillo o plancharse una camisa, lo hacía; y
hasta cocinaba muy bien. Sin alardes, Gregorio nos dejó a mi hermano y a
mí una marca indeleble.
¿Tiene usted un solo hermano?
–Sí, un hermano, Jorge, menor que yo, fotógrafo profesional. Es un artista, tiene esa veta creativa. Mi papá también tenía una cierta veta bohemia que,
sobre todo, me parece que heredó Jorge más que yo.
¿Cómo se expresaba en su padre la veta bohemia?
–Él vivía, en cierto modo, en un mundo de cierto romanticismo muy del
siglo XIX, con sus valores, con su ética. Era muy formal también en el trato.
Los médicos lo respetaban, incluso sus colegas visitadores médicos lo estimaban mucho, porque era muy respetuoso; tenía un estilo muy caballeresco.
Nuestro padre no tuvo militancia política pero, en cuanto a ideas, estaba en
sintonía con la ideología transformadora que había heredado de su padre. Ni
Moisés ni Gregorio fueron religiosos. En mi familia cultivamos el laicismo,
cosa que yo también procuré trasmitir a mis hijos.
¿Y Cecilia? ¿Era la mamá clásica?
–Mi mamá fue una mujer maravillosa, y era muy alegre. Lo reconocían
sus hermanos; sus sobrinos la adoraban porque ella era todo corazón. Era la
penúltima de los seis hijos que tuvieron mis abuelos maternos, quienes llegaron de Rusia en 1905, ya casados. Mi abuelo tenía un oficio, era carpintero, y
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�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
pronto se incorporó a una fábrica de muebles. Este abuelo mío procuró salvarse del servicio militar del zarismo, en tiempos de la Guerra Ruso-Japonesa en
1905 y, como muchos, inventó algo: se hizo pasar por demente, por loco, para
que lo eximieran del servicio militar. Era un personaje admirable. Vivió hasta
los 97 años. Mi abuela materna, la abuela Fanny, era una mujer de una personalidad muy fuerte. Mi abuelo era un gran laburante, pero la que condujo
la familia fue mi abuela. El hijo mayor, mi tío Manuel, se recibió de médico;
los inmigrantes, aunque modestos, traían la cultura del trabajo y el estudio.
Otras hijas fueron, una, obstetra; otra, farmacéutica. Mi mamá estudió secretariado. Otro tío mío fue radiotelegrafista. Y la hermana menor de mi madre,
tía Juana, fue maestra. Ella me dijo cuando yo estaba terminando la escuela
primaria: “Edgardito, vos tenés que estudiar para maestro”. Y así fue. Gracias
a eso ingresé a la Escuela Normal de Profesores Mariano Acosta, donde me
recibí hace medio siglo. Este año, con mis compañeros de promoción (la del
67) vamos a celebrar los 50 años de egresados de maestros. Los colegas que
se ocupan de esto hablaron con Raquel Papalardo, directora de la Escuela,
excelente persona y pedagoga, para organizar el acto previsto para comienzos
de noviembre de este año.3
Faltan pocos años para cumplir las bodas de oro con su esposa; ustedes se casaron
muy jóvenes.
–Sí, yo tenía entonces veinte años. Ingresé al Instituto el 16 de enero del
70 y el 23 de diciembre de ese año, como ya los dos teníamos un trabajo, nos
casamos: ¿qué íbamos a esperar? Por entonces, se suponía que los trabajos
eran estables; quién pensaba en crisis, en desocupación. Además, la Revolución parecía estar a la vuelta de la esquina, la dictadura de Onganía, pensábamos nosotros, no iba a durar mucho. Con Rut nos pusimos de novios a
los 16 años, al término de un Congreso de la Confederación Metropolitana
3 Nota del E. El 30 de junio de 2017, el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires cesó en su cargo a la rectora del Colegio Mariano Acosta, Raquel Papalardo, quien
dos meses atrás había denunciado públicamente el ingreso de la Policía Metropolitana
en aquel establecimiento, con el objetivo de amedrentar a los estudiantes que en ese
momento participaban de una clase pública. El Centro de Estudiantes y la Comunidad
Educativa de la mencionada casa de estudios reclamó la continuidad en el cargo de la
profesora Papalardo, al considerar que su separación obedecía “a una decisión claramente política, discriminatoria y persecutoria”.
[ 39 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
de Estudiantes Secundarios, una organización gremial estudiantil. A mí me
honraron en la elección como secretario general, durante una Asamblea realizada en un sindicato que pertenecía a una Corriente Social Cristiana, si
no recuerdo mal, en la calle Combate de los Pozos. Hubo un episodio que
motivó la salida intempestiva de los que estábamos allí, y quien organizaba
esa Asamblea Constitutiva era un compañero que después pasó a integrar
la larga lista de detenidos desaparecidos. La mamá iba a formar parte de las
Abuelas de Plaza de Mayo. El nombre de Ricardo Waisberg, que estaba un
año antes que yo en la Escuela Normal, figura en una placa conmemorativa
que está en la puerta del Mariano Acosta: es uno de los desaparecidos de
la Escuela. Fue compañero mío y un gran amigo que, en ese momento, en
un episodio de riesgo durante la Asamblea, dijo: “Primero, los dirigentes”.
Entre ellos estaba este humilde servidor. Después, aquella noche culminó
con fiesta y baile. Desde entonces, Rut y yo estamos juntos, cumplimos este
año 51 de novios. Mi esposa y mis cinco hijos fueron siempre un puntal en
mi carrera profesional y política.
Labor en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires
Vimos ya de dónde proviene su vocación política. En algún momento, un conjunto de dirigentes del movimiento cooperativo decidieron actuar directamente en
política, en la política formal. ¿Cómo se tomó esa determinación?
–Hace aproximadamente diez años, un conjunto de dirigentes tomamos
una decisión muy importante, teniendo en cuenta que, a lo largo de décadas,
desde el movimiento cooperativo encabezado por el Instituto Movilizador,
se generaron propuestas destinadas a elaborar políticas públicas para resolver
los problemas de la sociedad. Por ejemplo, a fines de la década del 80, en ese
momento bisagra entre el gobierno de Alfonsín y el gobierno de Menem, el
Instituto emitió un documento, una propuesta para producir cambios en la situación económica y social, agravada por la hiperinflación y el endeudamiento
externo. Como se sabe, años más tarde se producía una crisis muy aguda, la
más profunda de la Argentina de los últimos tiempos: la de fines del 2001. El
19 y 20 de diciembre de ese año, las movilizaciones populares en rechazo a
esas políticas sufrieron una horrible represión.
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�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
Represión, 34 muertos, decenas y tal vez cientos de heridos en varias ciudades y
un presidente renunciante, dejando atrás una Plaza de Mayo ardiendo.
–Estaba el gobierno de la Alianza, concertada entre la UCR y el Frepaso.
Era presidente Fernando de la Rúa quien, en 1999, había asumido con el
compromiso de de cumplir con las expectativas a un electorado hastiado de
tantas denuncias de corrupción sobre el gobierno de Carlos Menem. Era el
momento del cambio esperado... Pero De la Rúa, como todos recordamos,
dejó su cargo yéndose en helicóptero: una escena de abdicación que registra
pocos antecedentes, y que muestra también una crisis de la política tradicional
en nuestro país. En esa circunstancia, el Instituto y, sobre todo, por inspiración de Floreal Gorini, emitió una importantísima propuesta que llevaba el
título de Propuesta para Refundar la Nación y Enfrentar la Emergencia. Esa
propuesta tuvo sucesivas actualizaciones, y en un momento dado, varios compañeros reflexionamos y nos dijimos: Está bien, pero es necesario que, además de proponer o plantear soluciones que deberían encarar otros, también
quienes tenemos este compromiso de contribuir a la transformación social,
conformemos el instrumento que nos permita participar en el terreno de la
política propiamente dicha, y disputar espacios institucionales. Para eso hay
que crear un partido político. Y creamos, entonces, el Partido Solidario.
–¿Fue una decisión institucional?
–No, no fue una decisión de las instituciones, sino de un conjunto importante de dirigentes que hemos participado toda la vida, o buena parte de
nuestras existencias, en el movimiento cooperativo. Así nació el Partido Solidario. Y a poco de constituirse, obviamente, muchos de los cooperadores, que
estuvieron y están, siguen consustanciados con esta mirada del cooperativismo:
de transformación social, de una política imbuida de la ética que también establecen los principios y valores de la cooperación, se sumaron para asistir a la
gestación de esta fuerza política que, a poco de andar, logró que su principal referente, Carlos Heller, presidente de Banco Credicoop , accediera a la Cámara
de Diputados de la Nación. En el marco de las elecciones legislativas de 2013,
Heller renovó su banca de Diputado Nacional por la Ciudad de Buenos Aires.
Juan Carlos Junio, director del Centro Cultural de la Cooperación a partir del
fallecimiento de Floreal Gorini, también integró la lista que le permitió ser
Diputado de la Nación; en su caso, por un mandato. En el de Carlos, por dos, y
aspiramos a que sean tres. En el caso de quien habla, significó el ingreso como
[ 41 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
Diputado de la Legislatura Porteña, hecho que ocurrió en diciembre de 2011
y concluyó en diciembre de 2015. Tengo la satisfacción, como suele decirse, de
haberme ido por la puerta grande, porque la revista El Parlamentario, en una
compulsa que realiza con frecuencia entre los propios legisladores, me otorgó
un premio: recibí la distinción de ser considerado uno de los diez legisladores
más laboriosos del año 2015.
Y, seguramente, con una asistencia perfecta.
–Así es. Digo que es destacable, no como mérito propio, sino como parte del compromiso que hemos asumido los militantes del Partido Solidario
cuando tenemos la responsabilidad de ocupar un cargo institucional.
También recibió usted el Premio Gobernador Cresto.
–Sí, ese premio me lo asignaron, para mi grata sorpresa, el año pasado, en
2016. Es un premio que otorga el Senado de la Nación y lleva, precisamente,
el nombre de Enrique Tomás Cresto, quien fue gobernador de la provincia de
Entre Ríos, donde tuvo una actuación muy destacada. Fue todo un luchador,
un militante peronista que sufrió la cárcel después del golpe de la autodenominada Revolución Libertadora en 1955. Es esta una distinción que también
me honra, porque tiene que ver con el reconocimiento a una trayectoria. Esa
distinción fue entregada en una ceremonia que tuvo lugar en el Senado de la
Nación y me lo entregó, justamente, el nieto de Enrique Tomás Cresto, cuya
familia tuve el honor de conocer en una visita que hice a Concordia, integrando una delegación de la Asociación Cristiana de Jóvenes.
Volviendo a su experiencia en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires: en
ese ámbito a veces hostil y espinoso, una de las pocas personas que era reconocida por
todos los legisladores, inclusive desde las antípodas ideológicas, era Edgardo Form.
Es lo que afirma Patricia Malanca, que fue Directora de Cultura.
–Una querida amiga… Y bien, creo que habrá influido en esa opinión
nuestra conducta de respeto.
¿Cosechó usted otras amistades en la Legislatura?
–Sí. Hay amistades que conservo. En particular, la de otra gran amiga,
una diputada que provenía de otra vertiente política, pero con la que tenemos
gran afinidad, que es Virginia González Gass4. Yo creo que hay un código
no escrito, por ejemplo, en el ámbito legislativo, que es el respeto hacia los
4 Del Partido Socialista Auténtico
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�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
demás, sin perjuicio de las diferencias políticas e ideológicas, y eso genera
reciprocidad, ¿no? Bueno, parece que es así. Este reconocimiento de la revista
El Parlamentario tiene que ver seguramente con esto. En los cuatro años que
me desempeñé, los dos primeros fui vicepresidente de la Comisión de Vivienda. Después, dejé esa comisión, porque es un área donde hay innumerables
penurias sufridas por habitantes de la Ciudad de Buenos Aires que carecen,
aún, de un techo digno. Y debo reconocer, obviamente, que la política de la
Ciudad encabezada por el Pro no resuelve el problema de la vivienda. Es muy
frustrante no poder avanzar siquiera un paso adelante en esta cuestión, las
trabas son innumerables.
Pero también hizo aportes a la Comisión de Cultura, ¿qué experiencia obtuvo
allí?
–Sí, también estuve desde el comienzo en esa Comisión, presidida por la
diputada del Pro Lía Rueda, mientras que la vicepresidenta, durante los dos
primeros años, fue nada menos que Susana Rinaldi. Cuando la Presidenta de
la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, nombra a Susana agregada cultural en la Embajada de Francia, este servidor tuvo el honor de reemplazarla
como vicepresidente de la Comisión de Cultura; allí estuve los dos últimos
años de mi gestión.
¿Fue entonces cuando surgió la idea de destacar a trabajadores de la cultura que
a la vez pertenece al Centro Cultural de la Cooperación?
–Sí, efectivamente, en la preparación del proyecto fui muy afortunado
al contar con la invalorable colaboración de una joven brillante y talentosa:
Natalia Stoppani. Atilio Boron fue nombrado Personalidad Destacada en el
ámbito de las Ciencias Sociales; el grupo de teatro independiente el bachín
teatro (atención: ellos quieren que se escriba con minúscula) fue declarado
de Interés Cultural y Ana María Ramb, escritora, periodista y editora, fue
distinguida como Personalidad Destacada de la Cultura. Entonces el director del CCC, diputado Juan Carlos Junio, manifestó en la ceremonia que los
compañeros homenajeados tenían algo en común que tiene mucho que ver
con el Centro Cultural de la Cooperación, porque Floreal Gorini, fundador
de este espacio, creía fuertemente en que es imprescindible la unión de la
cultura y del intelecto con la política. Y que era en vano que formáramos en el
CCC artistas e intelectuales, si a la vez no eran luchadores políticos sensibles
al sufrimiento de nuestro pueblo. Y concluyó así: “Los compañeros que ho[ 43 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
menajeamos hoy son un ejemplo claro, potente, de ese intelectual al que nos
convocaba Floreal.”
Dos de sus dos proyectos más destacados fueron la creación del Capítulo Porteño
de la Red de Parlamentarios Cooperativistas, y la modificación parcial del Código
Fiscal de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, por la cual se exime del Impuesto
a los Ingresos Brutos a las cooperativas de trabajo y de vivienda localizadas en la
Ciudad de Buenos Aires.
–Efectivamente, se aprobó una norma que modifica parcialmente el Código Fiscal de la Ciudad de Buenos Aires por la cual se exime del pago del
Impuesto a los Ingresos Brutos a las Cooperativas de Trabajo y de Vivienda.
Lo cual es muy importante. Nosotros habíamos presentado un proyecto con
el respaldo de Cooperar y de CONINAGRO, para eximir a todas las cooperativas que están bajo la jurisdicción de la Ciudad. Pero bueno, como se sabe,
la actividad legislativa presenta, por definición, distintos avatares y, además,
exige negociaciones. Y en esas negociaciones logramos esto, que es sacarle
a esas cooperativas muy modestas un tributo que pesa mucho en sus presupuestos. También constituimos el Capítulo Porteño de la Red de Parlamentarios Cooperativistas, porque en 2012, a nivel nacional, se constituyó la Red
Nacional de Parlamentarios Cooperativistas con Senadores y Diputados. En
esa Red estaban –entre otros– el diputado Carlos Heller y la senadora Liliana
Fellner5. Lo propuse y se aprobó, mediante un Proyecto de Resolución que
tuvo apoyo, porque fue también un acuerdo político que permitió la creación
de este Capítulo Porteño. Además, en materia legislativa, lo que hicimos fue
rescatar una resolución del año 2007 por la cual se creaba el Grupo de Amistad con Cuba. Entonces tomé la tarea de poner en vigencia esa resolución,
con lo que se puso en valor la creación del Grupo de Amistad con Cuba, que
tuve el honor de presidir hasta la finalización de mi mandato. En tal carácter,
hicimos varios homenajes: a José Martí en la Legislatura, e incluso en el stand
con el que la Legislatura Porteña concurre a la Feria del Libro, donde hicimos
dos actividades en dos años sucesivos. A un acto al que pusimos por título
Políticas Públicas para el Buen Vivir, invitamos especialmente al entonces
embajador de Cuba Jorge Lamadrid Mascaró, una iniciativa que impulsamos
junto a la diputada Virginia González Gass. Al año siguiente, organizamos
5 Partido Justicialista, Frente para la Victoria.
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�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
otro panel al que invitamos nuevamente al mismo Embajador y a referentes
del programa de alfabetización Yo sí Puedo.
Las cooperativas de consumo también tuvieron su protagonismo.
–En los dos últimos años de mi mandato, presidí la Comisión de Defensa
de Consumidores y Usuarios. Convocamos a un panel muy interesante; uno
de los expositores fue Héctor Jaquet, gerente general de la Cooperativa Obrera de Consumo, que es una cooperativa ejemplar con sede central en Bahía
Blanca. Existe hace más de 96 años, cuenta con más de un millón y medio
de asociados, más de cien sucursales. El tema de la defensa de consumidores
y usuarios ha cobrado en los últimos tiempos dramática actualidad. También
hicimos innumerables declaraciones, por ejemplo, por el Congreso Argentino
de las Cooperativas 2012, por el Año Internacional de las Cooperativas, y
un largo etcétera. Y en aquellos dos últimos años, junto con miembros de la
Secretaria de Comercio de la Nación, dimos charlas sobre este tema tan importante, íntimamente ligado al cooperativismo.
¿No sería necesario que en el control de la estructura de precios interviniesen las
organizaciones sociales, como las del cooperativismo?
–Absolutamente. Bajo el gobierno anterior, el Congreso de la Nación
aprobó tres leyes; una de ellas es la conformación de un observatorio para,
justamente, estudiar la cadena que se produce desde la elaboración de los productos hasta la góndola de venta para ver, justamente, cómo se generan los
precios al consumidor, y qué hipertrofias se generan en el camino.
En la góndola, los consumidores ya perdimos.
–Al productor se le paga una cifra, en determinados casos, insignificante,
pero en el otro extremo de la cadena, el consumidor paga cifras siderales. Ocurre
con la leche, con el tomate, con tantos productos… El gobierno actual minimizó el programa Precios Cuidados, que, si bien no intervenía en la estructura de
precios, ofrecía valores de referencia que obraban como contención. Lo mismo
que una actualización de la Ley de Defensa de Consumidores y Usuarios por
la cual, a diferencia de lo que ocurría anteriormente, en el caso de vulnerar la
norma, la Secretaría de Comercio Interior estaba habilitada para aplicar multas
que, previamente a la sanción de esa norma, las empresas multadas presentaban
amparos y no pagaban nunca. Esta nueva norma exigía primero el pago y después podía reclamar. Como se dice en latín: Solve et repete, o sea: Pague primero
y después reclame. Pero primero, que pague la multa, ¿no?
[ 45 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
Cactus, resistencia y derechos humanos
El ambiente de su oficina transmite calma. Incluso los cactus en su escritorio,
pequeños aunque espinosos, contribuyen a este clima; tal vez, porque son una intervención de la Pachamama, Madre Tierra, en una arquitectura que responde a
la línea de alta tecnología que inspiró la construcción del edificio del CCC. En la
terraza próxima hay cactus imponentes.
–A mí me fascinan los cactus. Cuando nos instalamos en el edificio, inaugurado el 22 de noviembre de 2002, y empezamos a poner nuestras oficinas
aquí, en febrero o marzo de 2003, me preguntaron qué plantas quería. Cactus,
dije. Porque me encantan, por las formas, por su singularidad y capacidad de
resistencia. Volví a enamorarme de ellos en la Quebrada de Humahuaca.
Había ido a dar una charla en la Universidad de Jujuy, luego de haber participado en Cuba en un encuentro internacional sobre globalización y problemas del desarrollo, encuentro presidido por el Comandante Fidel Castro Ruz.
Entonces volví de La Habana con altos bríos acerca de lo que significaba la
globalización y sus consecuencias. Con los argumentos de ese encuentro tan
importante, me invitaron a dar charlas en varios lugares. Entre las invitaciones, estaba la de Raúl Noro, esposo de Milagro Sala. Él nos llevó, a mí y a
mi esposa, a recorrer la Quebrada de Humahuaca y entonces yo, que ya era
admirador de los cactus, me deslumbré ante cardones formidables. Era una
maravilla: un jardín de cactus, de todas las formas, esferas y brazos gigantescos, con una cobertura que parecía una coraza de espinas, de una carcasa casi
impenetrable y adentro, un interior tierno y jugoso. Es la característica.
Tal vez sea la metáfora de la resistencia que heroicamente han sostenido nuestros pueblos originarios.
–Si los cardones jujeños me produjeron una emoción estética cautivante,
conocer in situ la labor realizada por la organización barrial Túpac Amaru en
Jujuy me conmovió hondamente, como cooperativista y como político.
Milagro Sala, fundadora y máxima dirigente de la organización, lleva más de
500 días como detenida política. Y en este momento, para examinar su caso, visitan
nuestro país un grupo de integrantes de la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos que depende de la OEA. ¿Cuál es su opinión sobre este cautiverio?
–Hay que liberar a Milagro inmediatamente, su detención es absolutamente injusta. Es notable el ensañamiento gubernamental, no solamente de la
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�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
provincia de Jujuy, sino del Gobierno Nacional. Sería imposible llevar a cabo
una detención arbitraria e injusta sin la venia, sin el visto bueno del Gobierno Nacional. ¿Por qué la mantienen prisionera? Porque ella es un símbolo
de lo que puede hacer la economía popular para dar respuesta satisfactoria
a infinidad de necesidades de la gente, comenzando por la vivienda, la salud,
la educación y la recreación. Muchas de las realizaciones de la Túpac Amaru,
liderada por Milagro Sala, tienen justamente ese componente. Y acá hay una
cuestión de clase, una cuestión de revancha, de odio profundo, de judicialización de la lucha popular, de la aniquilación de este tipo de emprendimientos.
Y como Milagro es la expresión máxima de esta organización popular, la Túpac Amaru, la castigan brutalmente de esta manera.
La economía solidaria bajo asedio
Dentro del movimiento cooperativo, el año pasado cumplió veinte años una
cooperativa de artesanos fundada por mujeres en el Delta del Tigre.
–Sí; es la Cooperativa Manos del Delta, a la que pronto se sumaron otros
cooperativistas que viven dispersos en las islas, pero que a través del trabajo
en común han superado el apartamiento isleño delineado por ríos, canales
y arroyos. Los juncos, mimbres, raíces, enredaderas, cortezas y maderas que
seleccionan y recogen son transformados en productos de cestería, mobiliario,
decoración y alimentos de primera calidad. Los artesanos de Manos del Delta
tienen un puesto muy bien instalado en el Mercado de Frutos de Tigre, son
asociados del Instituto Movilizador e integran la Red de Microcréditos de
Capital Federal y el conurbano del Instituto.
Visitar las cooperativas lo lleva a viajar por todo el país, ¿no es así? Por ejemplo, el año pasado fue a la provincia de La Rioja. ¿Qué cooperativas hay allí?
–Efectivamente, estuve en 2016 en La Rioja, en mi condición de vicepresidente de Cooperar. Visitamos una cooperativa de trabajo que administra
un centro para adultos mayores, muy bien concebido, con un criterio muy
actualizado de atención y acompañamiento de quienes en la tercera edad deben sobrellevar cambios biológicos, de relaciones interpersonales, y cambios
psicológicos; son seres que están en situación de vulnerabilidad e, incluso,
enfermos... También hemos visitado a una cooperativa de trabajo integrada a
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�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
la Red de Cooperativas Textiles que, de trabajar a pleno, ahora se ve obligada
a enfrentar graves problemas, generados por las políticas del gobierno de la
Alianza Cambiemos. Porque esta cooperativa tenía, dentro de su producción,
la confección de uniformes para las Fuerzas Armadas, chalecos de seguridad
para la policía… Y ahora se cayeron los contratos, el Estado dejó de comprarles, y eso significa un declive enorme. Entonces, hay que salir a buscar nuevos
mercados, nuevos clientes, nuevos proveedores. Es un panorama que refleja
la concepción del gobierno actual en cuanto a retirar el respaldo que deberían
recibir las empresas de la economía solidaria. Nosotros, desde el Instituto,
tenemos el compromiso, en mi caso como presidente, de asistir a cada una de
nuestras siete filiales y a sus dos regiones. Esto exige viajes de un par de días
en algunos casos. Procuramos que esos viajes, además de mantener reuniones
con los dirigentes locales, también permitan participar en actos públicos, dar
charlas que visibilicen la tarea del Instituto y que permitan llegar con nuestro
mensaje no sólo a los cooperativistas, sino a otros sectores de la comunidad.
La lucha de los trabajadores de Lalo de Buenos Aires, el casi mítico restaurante
de la zona de Tribunales, culminó a favor de su cooperativa.
Fue el resultado de una ardua lucha. Luego del vaciamiento y las graves
intimidaciones patronales, los trabajadores del mítico restaurante del centro
porteño superaron los embates, supieron organizarse como una empresa social
y, en la actualidad, administran y atienden el restorán cooperativo de manera
muy idónea. El dueño original de la marca, de la razón social del restaurante, no
pagaba el alquiler a los dueños del inmueble, tampoco las cargas sociales, debía
sueldos por largos meses, y en un momento todo eso entró en crisis. Los empleados eligieron dar batalla para sostener las fuentes de trabajo que les estaban
siendo arrebatadas, y decidieron mantenerse firmes, ocupar el espacio, evitar el
desalojo y constituirse en cooperativa, como antes habían hecho sus compañeros de la Cooperativa de Trabajo Alé Alé, conformada a partir de un proceso
de vaciamiento operado por los titulares de la firma. En ese momento, Patricio
Griffin, presidente del INAES (Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social), les dio a los gastronómicos de Lalo de Buenos Aires una mano
importante. Nosotros, desde la Legislatura, también acompañamos; Juan Carlos
Junio, en aquel momento Diputado de la Nación, tuvo un papel protagónico y
el final fue feliz. Primero, porque se constituyó la cooperativa, los trabajadores
lograron mudar el restaurante prácticamente frente al local original, donde en
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�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
otros tiempos había funcionado otra casa de comidas, en un lugar muy emblemático del centro porteño que es el Paseo La Plaza. La nueva cooperativa
conservó la marca y el espacio en la misma zona. Por lo visto, los cooperativistas
han generado un clima de lealtad de los habituales clientes, de los comensales.
El Bauen, un ícono de la sociedad porteña
La crisis de 2001 incentivó el florecimiento de la economía de gestión social, de
la que el movimiento cooperativo ha sido precursor y sigue siendo gran protagonista.
A las cooperativas de trabajo que se han constituido en estos últimos años, el Instituto brindó y brinda asesoramiento y asistencia. Gran parte de esas cooperativas
son empresas recuperadas por sus trabajadores. El caso de los trabajadores del Hotel
Bauen es emblemático.
–Emblemático en más de un aspecto. Ubicado en un lugar estratégico
(avenida Callao casi esquina Corrientes), desde 2003 el Bauen es una empresa
gerenciada y atendida colectivamente por sus ex empleados, dejados a la deriva a partir del abandono de los empresarios que construyeron el edificio con
créditos otorgados por el Estado durante la última dictadura cívico-militar. El
Bauen funciona como hotel y, a la vez, como centro de eventos. Hoy por hoy,
es un centro de actividad política y cultural en Buenos Aires. Es, como dice
Juan Carlos Junio, un ícono de la sociedad porteña. Un ícono como ejemplo
de lucha sostenida.
En diciembre de 2016, el presidente Mauricio Macri vetó la Ley de Expropiación del Hotel Bauen, presentada por el diputado Carlos Heller (que sintetizó
iniciativas de otros legisladores), y que había sido sancionada con amplia mayoría
por el Congreso de la Nación.
–Sí, efectivamente. Carlos Heller propuso en la Cámara de Diputados
de la Nación un proyecto de ley por el cual se considera de interés social y
sujeto de expropiación el inmueble del Bauen construido, concretamente,
en el marco de la Copa Mundial de Fútbol 78. Sus fundadores nunca pagaron los créditos obtenidos del Banco Nacional de Desarrollo y el Banco
de la Nación Argentina. Hace catorce años, 130 trabajadores ocuparon el
hotel del que habían desertado aquellos empresarios, dejando una parva de
cuentas impagas. El proyecto presentado por Carlos Heller tuvo primero la
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�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
aprobación de la Cámara de Diputados y, hacia fines de 2016, también fue
aprobado por la Cámara de Senadores de la Nación.
El veto del presidente Macri revela, o bien un desconocimiento o, al menos,
cierta reticencia en valorar la naturaleza de las cooperativas, de su historia y su contribución a la generación de trabajo y riqueza. Es coherente con el veto sistemático a
leyes relacionadas con empresas recuperadas, aplicado durante su mandato como jefe
de Gobierno de la CABA.
–Pese a todo, el B.A.U.E.N. (sigla de su nombre a partir de la gestión
obrera: Cooperativa Hotel Buenos Aires Una Empresa Nacional) es una de
las experiencias más representativas entre las empresas recuperadas en la Argentina, y su defensa aparece como una tarea prioritaria para quienes aspiramos a un mundo más equitativo y solidario. Acerca de la marca BAUEN,
digamos que es propiedad de los anteriores accionistas del hotel, quienes
cuestionaron la expropiación ante el Poder Judicial, lo que puso a la cooperativa en una situación vulnerable frente a órdenes de desalojo inminente,
sucedidas a través de los años.
La última orden, prevista para el 19 de abril último. Y esto, a pesar de que
la Ley propuesta por el diputado Heller no concede la propiedad del inmueble a la
Cooperativa Hotel Buenos Aires, sino que este pasa a poder del Estado. ¿Cuál es en
la actualidad la situación del Bauen?
–El Estado recupera el dinero de los préstamos contraídos por los empresarios (préstamos jamás pagados), y queda como único dueño del edificio.
Este punto de la ley, como dice Carlos Heller, es virtuoso, ya que sería un claro
contrasentido que el Estado renunciara a cobrar sus créditos. El Estado, como
propietario, cede a la cooperativa el uso del hotel en comodato, a cambio de
contraprestaciones bien especificadas.
¿Por ejemplo?
–Entre otras contraprestaciones, desarrollar en sus instalaciones actividades relacionadas con el aprendizaje de oficios, establecer convenios con
universidades públicas, gobiernos provinciales e instituciones sociales para
realizar prácticas de turismo, gastronomía, cooperativismo y diversas actividades socioculturales. No son una novedad para la cooperativa, ya que todas
esas actividades se realizan en el hotel desde que es gestionado por sus trabajadores. Tampoco es casual que una de las salas principales lleve el nombre de
Abuelas de Plaza de Mayo, porque en el Bauen, tanto Madres como Abuelas
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�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
han hecho innumerables reuniones y actos; también muchas organizaciones
sociales. Se comprende entonces que esta actitud solidaria de los cooperativistas haya cosechado la adhesión a su lucha por parte de vastos sectores de
nuestra sociedad. El diputado Carlos Heller y el Partido Solidario como tal,
y el Movimiento Cooperativo también apoyaron solidariamente la gesta de
estos trabajadores que, además, generaron nuevos puestos de trabajo. Entre
las otras prestaciones que brindará la Cooperativa Hotel Buenos Aires, está
destinar permanentemente el 30% de sus plazas disponibles a pasajeros del
turismo social, y para dar cobertura a derivaciones médicas de todo el país,
efectuadas a través del Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados.
¿En qué instancia quedó el intento de desalojo?
Ahora, mientras transcurren las etapas de este reportaje, está vigente el
amparo presentado ante la Justicia para detener el desalojo, que se postergó
sine die, como dicen en latín los abogados. Esto no impide que los compañeros del Bauen, con nuestro respaldo, sigan trabajando por una nueva
reactivación de la Ley, para lo que se necesita el voto favorable de dos tercios
de la Cámara de Diputados, la Cámara iniciadora del proyecto. Así se dejaría
sin efecto el veto presidencial. Es esta una lucha gigantesca, pero muestra la
decisión de los trabajadores y de todos los que los apoyamos, para garantizar
el derecho al trabajo digno por el cual ellos se han constituido solidariamente
en cooperativa.
No faltan en estos días “comunicadores” que resucitan el argumento esgrimido
en los años 90: que el desempleo es estructural, y un destino irrevocable. Como expresión pionera de la economía social, siempre en vías de perfeccionamiento, ¿puede ser
el cooperativismo una respuesta sustancial y realista al impacto brutal de la política
neoliberal que, en nombre de la economía de mercado, vuelve a ensañarse con los
trabajadores, hoy afectados por sucesivas olas de despidos y un creciente desempleo?
Vivimos una encrucijada histórica donde lo que prevalece es la incertidumbre sobre el futuro. En este mundo atravesado por una profunda crisis
civilizatoria, predomina un modelo perverso de concentración de la riqueza y
crecimiento exponencial de la pobreza.
Cada vez está más claro que el problema pasa por la extremada concentración de la riqueza, la depredación de los recursos naturales y el avasallamiento de los más elementales derechos humanos.
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�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
No caben dudas, al menos para quienes cultivamos un pensamiento humanista, que hay que cambiar al mundo para salvarlo. Otro mundo es necesario.
Y en la búsqueda de caminos alternativos a la hegemonía neoliberal y el
egoísmo llevado a su máxima expresión, el camino es el de la solidaridad.
“Sin solidaridad no hay futuro”, afirmó el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos. Y para construir una sociedad mundial con solidaridad, democracia participativa y justicia social, el cooperativismo aporta su riquísima
experiencia y exhibe formidables realizaciones, a través de empresas cooperativas eficientes cuyos bienes y servicios están concebidos para satisfacer a los
asociados y la comunidad.
Por lo tanto, se trata de impulsar con más energía y convicción la economía solidaria, darle visibilidad a lo mucho y bueno que lleva a cabo en infinidad de comunidades, junto con la prédica constante de los principios y valores
que nutren a la doctrina de la cooperación.
Hay que volver a las fuentes y recoger el legado de los Pioneros de Rochdale, cuyo objetivo iba más allá de crear una eficaz cooperativa de consumo.
Su propósito era transformar el mundo. Y en eso estamos nosotros, militantes
del cooperativismo consecuente.
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�PENSAMIENTO CRÍTICO
��Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
Señora de ojos vendados
En la justicia no cabe demora: y el que dilata
su cumplimiento, la vuelve contra sí.
José Martí
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�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
Señora de ojos vendados
15-3- 2013
“La justicia lenta no es justicia”. Así lo afirmaba el recordado fiscal Ricardo Molinas, durante su gestión al frente de la Fiscalía Nacional de
Investigaciones Administrativas. Y tenía razón, habida cuenta de la excesiva
demora con la que el Poder Judicial resolvía casos que, en opinión de los especialistas, deberían sustanciarse rápidamente.
Ya que hacemos referencia al comentario del doctor Molinas –a quien el
IMFC homenajeó por su trayectoria al cumplir 70 años–, señalemos que por
entonces (fines de la década del 80) no existía ningún conflicto judicial con el
Grupo Clarín. O sea que la crítica a la lentitud de la “señora de ojos vendados”
no estaba influida por esa circunstancia.
Pero las objeciones y sospechas sobre el desempeño de uno de los tres
poderes republicanos vienen de más lejos. “Hacete amigo del juez/ no le des
de qué quejarse/ que siempre es bueno tener/ un palenque ande rascarse”, recomendaba el Viejo Vizcacha. De modo que ya en el Siglo XIX, cuando José
Hernández escribió su célebre Martín Fierro, existía la convicción acerca de la
vulnerabilidad de los magistrados.
Más recientemente, el filósofo Ricardo Forster señaló que el Poder Judicial es un reducto del poder real, el de las corporaciones. Esto permite
preservar los intereses de los grupos privilegiados, ya que por su diseño y el
nepotismo predominante en su estructura, hay un entrelazamiento de linajes
y una cultura que no se corresponde con los procesos de construcción de una
sociedad con más democracia política, económica y social.
De allí que la decisión de impulsar cambios destinados a la democratización de la Justicia, constituye un paso de enorme importancia para profundizar y consolidar los cambios que han tenido lugar en nuestro país durante la
última década.
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�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
Al respecto, el Instituto Movilizador ha señalado en su Propuesta Cooperativa la necesidad de otorgar más poder a la ciudadanía, tanto en la gestión
de las empresas públicas como en el gobierno de las Comunas. Por extensión,
este protagonismo ciudadano tiene que incidir en la elección de quienes habrán de constituir el Consejo de la Magistratura y otras instancias.
La democracia participativa es la única que puede garantizar transparencia, para evitar las deformaciones derivadas de las presiones corporativas.
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A 20 años de la masacre de la AMIA
JUSTICIA, JUSTICIA PERSEGUIRÁS
3-7-2014
La Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires acaba de aprobar
una Ley por la cual se dispone colocar una clara señal de luto en el Obelisco y
en todos los edificios públicos de la ciudad los 18 de julio de cada año.
Esta iniciativa, votada afirmativamente por todos los bloques del Poder Legislativo porteño, tiene por objeto mantener viva la memoria de un hecho profundamente doloroso para toda la sociedad argentina que aún reclama verdad
y justicia: el atentado criminal contra la sede de la Asociación Mutual Israelita
Argentina (AMIA), perpetrado en la mañana del 18 de julio de 1994.
A 20 años de la masacre que arrebató brutalmente la vida de 85 personas y
provocó centenares de heridos, aún no se sabe quién o quiénes ejecutaron esta
acción terrorista, cuáles son los responsables de la llamada conexión argentina y
la nómina de integrantes de la cadena de personas involucradas.
El crespón negro en el monumento emblemático de la Capital de la República no resuelve la impunidad ni clarifica los móviles de la masacre, pero será
un llamado de atención hacia toda la ciudadanía, con el objeto de no olvidar que
este trágico acontecimiento ocurrió aquí, entre nosotros, y que fue una agresión
a todos los habitantes de esta tierra, más allá de su pertenencia étnica o religiosa.
Es importante enfatizar esto último, para no dar lugar a lecturas sesgadas
que circunscriban el atentado a una confrontación que tiene lugar a miles de
kilómetros de distancia. De ningún modo. Por eso destacamos la clara y firme
postura del Gobierno Nacional a lo largo de la última década, cuyas declaraciones y presentaciones ante la ONU apuntan al esclarecimiento del acto criminal
y el correspondiente castigo a los responsables.
Cada vez que se cumple un nuevo aniversario de aquel 18 de julio, recordamos con dolor los testimonios desgarradores de los familiares, compañeros y
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�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
amigos de las víctimas fatales. Vuelven ante nosotros las imágenes terribles del
emblemático edificio de la AMIA literalmente pulverizado por el estallido del
coche bomba, con el despliegue de socorristas haciendo lo imposible para sacar
los cuerpos mutilados de los escombros. También resuenan en la memoria profunda de quienes fuimos de algún modo testigos de esos momentos fatales, los
llantos y gritos desesperados de quienes reconocían a sus seres queridos destrozados, o bien preguntaban con incontenible angustia si habían visto deambular
en estado de conmoción a su esposo, su mujer o alguno de sus hijos.
Repasamos por estos días las palabras de quienes dieron muestras elocuentes de solidaridad, mientras los embargaba una inmensa tristeza. “Estoy mal,
estoy triste, muy dolido y estoy con ganas de hacerme un espacio y un tiempo
para reflexionar, no sobre el dolor que lo tengo claro por qué es, sino sobre la
manera de encontrar claridad para llegar a aclarar esta zona que tiene un ser
humano bastante incomprensible que tiene que ver con apostar a la muerte, al
dolor”, decía por entonces con lágrimas en los ojos actor el Juan Leyrado.
Monseñor Jaime de Nevares, el recordado obispo de la Iglesia Católica Argentina, expresó ante una requisitoria periodística: “Esto es algo terrible, que no
tiene ninguna faz que pudiera justificar de ningunísima manera, es un crimen
que no tiene nombre…”
El periodista Eduardo Aliverti decía un día después del atentado: “…hace
dos años y un poquito, una barbarie como la de ayer se cernió sobre la Embajada
de Israel para que todavía haya que preguntarse qué investigación se encaró,
cuáles resultados se obtuvieron”.
A lo largo de varios años, desde aquella mañana del 18 de julio de 1994, la
agrupación Memoria Activa, integrada por familiares y amigos de las víctimas,
se reunía en la Plaza Lavalle, frente al Palacio de Tribunales, para rendir un
homenaje a los muertos y exclamar al término de cada encuentro, precedido por
el sonido agudo y milenario del shofar6, un mandato bíblico proveniente del
Antiguo Testamento: “Justicia, justicia perseguirás”.
Pasaron dos décadas y el reclamo persiste, porque en este como en tantos
otros casos, no habrá paz sin justicia para los muertos, pero tampoco para los
que aún estamos vivos.
6 N. del E. El shofar es un instrumento musical litúrgico, empleado en varias fiestas so-
lemnes judías, y también en algunos servicios religiosos cristianos. Está fabricado con el
cuerno de un animal puro, limpio (kosher) como el carnero, la cabra, el antílope o la gacela.
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�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
Dos x Uno según el IMFC
NO HAY RECONCILIACIÓN SIN VERDAD Y JUSTICIA
4-5-2017
La defensa irrestricta de los Derechos Humanos está indisolublemente ligada a los principios y valores del cooperativismo.
El Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos es, desde su fundación,
un consecuente defensor de tales derechos, incluyendo los económicos, sociales
y culturales. Y con igual convicción y compromiso, se ha manifestado a lo largo
de sus 58 años de existencia en defensa de las instituciones establecidas por la
Constitución y la vigencia de las libertades públicas.
Entre muchos antecedentes podemos citar la gravísima situación que vivió
la República Argentina en la Semana Santa de 1987, cuando en el marco del
gobierno del Dr. Raúl Alfonsín se produjo el levantamiento de los denominados carapintadas.
En esas circunstancias, el entonces presidente del IMFC, Nelson Giribaldi, acompañado por el gerente de relaciones institucionales de nuestra entidad,
Edgardo Form, concurrieron a la Casa Rosada para firmar en representación del
Instituto Movilizador el Acta de Defensa de la Democracia.
Con esa misma actitud y la autoridad moral puesta de manifiesto en todo
momento, el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos expresa su rechazo
a todas las medidas que vulneren los derechos conquistados por la ciudadanía
en los años posteriores a la última dictadura cívico militar.
En tal sentido, hemos acompañado los permanentes reclamos de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, la Asamblea Permanente por los Derechos
Humanos (APDH) y otros organismos dedicados a esta lucha inclaudicable
por la memoria, la verdad y la justicia.
Consideramos de extrema gravedad la sucesión de expresiones públicas y
decisiones políticas que constituyen un retroceso en esta materia, tales como
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�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
descalificar a estos movimientos sociales diciendo que “hay que terminar con
el curro de los derechos humanos”, o hacer afirmaciones negacionistas acerca
del número de detenidos desaparecidos por el Terrorismo de Estado, que han
sido 30 mil.
Es grave que la Corte Suprema de Justicia disponga la reducción de penas a
los genocidas juzgados conforme a derecho, recurriendo al denominado 2 por 1,
cuando las normas jurídicas consagradas a nivel internacional establecen que estas disposiciones no son aplicables en los casos de crímenes de lesa humanidad.
De igual modo, el llamado a la reconciliación que formula la Iglesia ha
sido rechazado por la totalidad de los organismos anteriormente mencionados,
incluyendo a los sacerdotes que trabajan en medios populares.
“No hay reconciliación posible entre víctimas y victimarios, particularmente cuando éstos no han dado ni un solo paso en ese sentido”, sostiene en una
declaración el Grupo de Curas en la Opción por los Pobres.
“La reconciliación es que primero abran los archivos, que digan qué pasó
con todos y cada uno de nuestros hijos, que pidan perdón. Si es que puede haber
una reconciliación, será con toda la verdad”, dijo Nora Cortiñas, integrante de
Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora.
“Es un disparate –calificó Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo–. ¿Cómo vamos a dialogar? Lo que hay que hacer es cumplir con la
democracia y lo que pedimos: Verdad, Memoria y Justicia”.
Por lo expuesto, nuestro Instituto expresa su firme solidaridad y coincidencia con los reclamos y pronunciamientos, señalando al mismo tiempo la responsabilidad del conjunto de las entidades democráticas de nuestro país –cooperativas, mutuales, asociaciones culturales, sindicatos, partidos políticos– para
asumir un papel protagónico en esta dramática coyuntura, haciendo público su
compromiso con la defensa de los Derechos Humanos, la continuidad de los
juicios a los autores materiales e inte-lectuales del genocidio cometido bajo la
dictadura cívico militar, y actuar con firmeza para impedir los retrocesos en las
conquistas obtenidas durante los años precedentes.
Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos
Buenos Aires, 4 de mayo de 2017
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�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
GRAGEAS (I)
Ni olvido ni perdón
Hoy, a las seis de la tarde, me pondré un pañuelo blanco en el hombro
y me sumaré a la multitudinaria movilización en la Plaza de Mayo, para repudiar el 2 por 1 de la Corte Suprema y exigir que ningún genocida ande
suelto. Juicio y castigo a los culpables del genocidio. No olvidar, no perdonar.
Memoria, Verdad y Justicia.
(Página FB, 3-5-17)
Todos podemos ser sospechosos
¿Se acuerdan cuando Menem nos incorporó a la OTAN? Bueno, para no
ser menos, Mauricio Macri decretó la “Emergencia de Seguridad Pública”. O
sea que ya estamos totalmente alineados con el Pentágono y la DEA.
En cualquier momento llegará al puerto de Buenos Aires la IV Flota de
EE.UU. con un contingente de la USMC (United States Marine Corps).
Con esto se cierra el círculo neoliberal del gobierno votado por el 51 por
ciento de la ciudadanía: Estado mínimo, mercado absoluto, ajuste, endeudamiento, despidos masivos, apertura de la economía y, como broche de oro,
represión.
Todos podemos ser sospechosos mientras no demostremos lo contrario.
(Página FB, 20-1-16)
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�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
EL CUARTO PODER
Tanto entonces como ahora creo que el periodismo es libre,
o es una farsa, sin términos medios”.
Rodolfo Walsh
(Provisorio epílogo de la primera edición de
Operación Masacre, julio 1957)
[ 63 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
“Crispación” y ética periodística
En el comienzo fue la crispación. Pero no nos referimos al origen de
los tiempos, porque entonces era el caos, según consta en el primer capítulo
del Antiguo Testamento. La palabra en cuestión comenzó a instalarse en los
medios y en buena parte de la opinión pública a partir del conflicto por la
Resolución 125, allá por 2008.
Esa expresión, utilizada machaconamente por comunicadores sociales y referentes del arco opositor al gobierno nacional, pretendía condensar el clima de
aquella coyuntura. “La gente está crispada”, se decía en referencia al estado de
ánimo de la población, aunque en rigor, esta repetición del término así como la
forma y el contenido de las informaciones suministradas por los medios hegemónicos provocaban precisamente esa sensación de que todo estaba mal.
Como todas las modas, la palabreja funcionó durante un tiempo y luego
dio lugar a otras. Hoy en día el vocablo más utilizado por esos mismos formadores de opinión es “hartazgo”.
Nuevamente, “la gente –ese conglomerado de individuos cuyo parecer
determina el discurso oportunista de políticos y periodistas– siente hartazgo
frente a la inseguridad”.
En rigor, el problema existe y es grave. No hay que ocultarlo ni subestimarlo. Pero a la par de las medidas que se tomen para prevenir los delitos
contra la vida y la propiedad, hay que instrumentar un conjunto de acciones
destinadas a infundir tranquilidad a la ciudadanía y evitar que la prédica favorable a la mano dura termine generando situaciones incontrolables de justicia
por mano propia. Porque convengamos que la exhibición morbosa de los llamados linchamientos – otra palabra que sólo se escuchaba con frecuencia en
las películas del lejano oeste norteamericano -, apunta a generar crispación
más hartazgo.
La siembra del odio da sus frutos a la hora de buscar adhesiones electoralistas. Veamos, por ejemplo, lo que ocurre en Europa, donde la derecha
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�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
xenófoba cosecha votos. Es que todas las expresiones de rechazo al otro no
provienen de seres extraterrestres. Semejantes conductas destructivas del diferente han sido en todos los tiempos obra de seres humanos.
Ya lo dijo con dolor y sabiduría Primo Levi, sobreviviente de uno de los
campos de concentración nazi: “Esto ha sido hecho por los hombres y por lo
tanto puede volver a repetirse”.
Hay mucho por hacer, en primer lugar desde el Gobierno Nacional y
también desde cada uno de los gobiernos provinciales y municipales. Pero
eso no se resume al refuerzo en cantidad y pertrechamiento de los efectivos
policiales, sino que debe incluir mecanismos de participación ciudadana que
posibiliten la prevención.
Es necesario actualizar el Código Penal, sometiendo el contenido del anteproyecto elaborado por un comité de expertos al debate parlamentario, sin
chicanas obstruccionistas.7 También hay que profundizar las reformas estructurales de las fuerzas de seguridad interna, habida cuenta que muchos delitos
provienen de sus propias filas.
Debe existir un código de ética periodística para la difusión de noticias
relacionadas con la temática que nos ocupa, ya que la reiteración de un mismo
crimen en las emisoras de TV y en las de radio a lo largo de un día, terminan
instalando la sensación de que hubo un sinnúmero de hechos delictivos de
gravedad.
Con esto no pretendemos afirmar que la historia se repite, pero hay muchos denominadores comunes con el presente, máxime si miramos el panorama de América latina y el Caribe, donde las maniobras desestabilizadoras
están a la orden del día.
En conclusión, hay que atacar la inseguridad con políticas públicas y participación ciudadana, adecuar las leyes y el Poder Judicial en defensa de la
convivencia respetuosa, pero sobre todo, no hay que dejarse seducir por el
discurso atemorizador y paralizante. Hay que tamizar esos mensajes por el
pensamiento crítico y asumir el compromiso de defender la democracia y sus
instituciones, porque en eso nos va la vida.
7 Nuestro Código Penal tiene casi 100 años y tuvo 900 reformas y leyes complementarias.
En los últimos diez años, se presentaron tres proyectos que no fueron aprobados, por
temas controvertidos tales como: aborto, reincidencia y limitación temporal de las penas.
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�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
La madre de todas las batallas
Publicado en: La Tecl@ Eñe. Mayo de 2013
Hace unos cuantos años, en plena sobredosis neoliberal, Alain Turaine se
preguntaba: ¿Cuánta desigualdad soporta la democracia?
Era una buena pregunta para medir las consecuencias de un modelo perverso, inhumano, que concentraba la riqueza en forma exponencial y, al mismo, tiempo desalojaba hacia la marginalidad a millones de seres humanos.
Hoy, en un contexto de recuperación de derechos, con procesos emancipatorios que se extienden por América del Sur y el Caribe, la pregunta podría
ser: ¿Podrá soportar la democracia el bombardeo ideológico de los medios
monopólicos?
La pregunta no es ociosa y menos aún por estos días, en los que sufrimos
el acoso sistemático de un ejército de comunicadores y sus patronales mediáticas, cuyos mensajes apuntan claramente a sembrar el odio, descalificar a la
política, presentar un escenario de catástrofe y crear las condiciones para que
un segmento de la opinión pública reclame poner fin a tanto desgobierno y en
ese instante, mediante tapas de diarios, pantallas de TV a pleno y una fuerte
descarga de zócalos emerja algún mesías restaurador del orden y las buenas
costumbres.
Hasta el 24 de marzo de 1976, ese trabajo sucio se hacía con los tanques
en la calle. Ahora, las tropas de ocupación del sentido común son unos profesionales de la comunicación, expertos en el manejo de la pluma y la palabra
sonora, conocedores de la sensibilidad humana, creadores de efectos especiales, manipuladores de la información.
Se trata de una fuerza de tareas que opera las 24 horas del día, los 365
días del año. Y no solamente en estas latitudes, sino en buena parte del globo
terráqueo. Es la internacional de la prensa hegemónica al servicio –o como
avanzada y articuladora– de los grandes grupos económicos transnacionales.
[ 66 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
Esa acción persistente y machacona provoca desconcierto, escepticismo,
desconfianza en las autoridades elegidas democráticamente que, además y
sobre todo, promueven transformaciones profundas en el campo económico,
político, social y cultural.
Esto que decimos no es ninguna novedad. Hace mucho que se viene estudiando el papel de los medios en la sociedad contemporánea. Es más, mucho
antes de Noam Chomsky, los revolucionarios de Mayo de 1810 tuvieron en
claro la importancia de la comunicación social. Por eso, Mariano Moreno
fundó La Gazeta de Buenos Aires y algunos siglos antes, Tomás Moro escribió
su célebre Utopía. Y Nicolás Maquiavelo redactó hace quinientos años su obra
más conocida: El Príncipe, que, si bien no era una publicación de circulación
masiva, brindaba –y lo sigue haciendo– un análisis agudo sobre el poder, entre
otros temas obligados de las ciencias políticas.
Pero volviendo al presente, la preocupación sobre el tema que nos ocupa
no es un ejercicio retórico, sino parte de la lucha entre lo viejo que no termina
de morir y lo nuevo que no termina de nacer.
Al igual que los agujeros negros del universo, esas tropas fogueadas en el
envenenamiento de las cabezas y los corazones de la ciudadanía que no está
vacunada con el pensamiento crítico, tienen el efecto de la absorción de energía positiva. Para que se comprenda: los tipos se la pasan denunciando hechos
que luego deberán demostrarse y que, en general, quedan neutralizados luego
de una investigación. Mientras tanto, hay que dedicar horas, días y semanas
para desmentir los rumores, responder a las diatribas y tratar de que los jubilados que están en la cola del banco para cobrar sus haberes, o las señoras que
van de compras al supermercado del barrio, o los amigos de la infancia, entre
otros ciudadanos y ciudadanas, no repitan lo que escucharon a la mañana en
una emisora ubicada en el medio del dial, o leyeron un titular en el zócalo de
la pantalla ubicada en un bar de la Avenida Corrientes.
Pensemos por un momento en cuántas cosas se podría destinar esa cantidad de energía, especialmente si aplicáramos la famosa fórmula de Albert
Einstein: E=mc2; o sea, Energía total es igual a la masa del cuerpo, por la
velocidad de la luz al cuadrado.
Si aplicáramos esa ecuación al cerebro humano, daría una cifra de varios
ceros que, multiplicada a su vez por la cantidad de personas que deben salir a
responder los infundios, más todas aquellas que han recibido la influencia per[ 67 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
niciosa (es decir, que compraron el discurso de la cadena nacional de medios
privados), el número sería gigantesco.
Este ejercicio no pretende emular al brillante matemático y excelente persona que es Adrián Paenza, sino que procura ilustrar didácticamente (me sale
el maestro, no hay caso) la dimensión del esfuerzo necesario para neutralizar
la catarata de barbaridades que escuchamos, vemos y leemos a toda hora.
Claro, otra cosa sería si se aplicara a pleno la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y se concretara la indispensable democratización de
la palabra, mediante la multiplicación de emisores representativos de toda la
riqueza que alberga la sociedad argentina.
Por algo, los medios concentrados que gozan del privilegio por su capacidad de incidencia y, consecuentemente, realizan negocios multimillonarios,
se resisten con sus titulares, su corte de abogados y también algunos jefes de
gobierno como el de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el de Córdoba,
para citar algunos.
La pregunta que dejamos para el final es: ¿Cómo se hace para contrarrestar esta ofensiva? Ojalá tuviera la respuesta total y definitiva, pero, entre
muchas aproximaciones, me inclino por seguir construyendo poder popular a
través de una prédica y una práctica consecuente, articulando a las diversas organizaciones sociales y políticas que, sin perjuicio de sus respectivas historias y
procedencias, coincidan con la necesidad de seguir avanzando en la democratización del país y sus instituciones. Hay que sumar voluntades, ganar aliados,
persuadir, convencer, ocupar el espacio radioeléctrico habilitado por la Ley de
Servicios de Comunicación Audiovisual, para las entidades sin fines de lucro.
Formar comunicadores profesionales nutridos de valores éticos y principios
acordes con el proceso transformador que vive la Argentina.
En fin, no hay recetas, pero seguramente la clave está en trabajar y luchar
unidos, organizados y solidarios.
[ 68 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
Grageas (II)
Día del Periodista
“Si los pueblos no se ilustran, si no se vulgarizan sus derechos, si cada
hombre no conoce lo que vale, lo que puede y lo que se le debe, nuevas ilusiones sucederán a las antiguas, y después de vacilar algún tiempo entre mil
incertidumbres, será tal vez nuestra suerte mudar de tiranos sin destruir la
tiranía”. Prólogo de Mariano Moreno a la edición en castellano del Contrato
Social de Rousseau.
Nuestro homenaje a las y los periodistas consecuentes con el legado del
gran jacobino y de Rodolfo Walsh.
(Página FB, 7-6-16)
Alacranes
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires están apareciendo cantidades
importantes de alacranes.
Más aún, esta especie de bicho venenoso se extiende por todo el país.
Como se sabe, tal como lo describe la fábula de la rana y el escorpión, este
último tiende a matar porque está en su naturaleza.
Hay diversas categorías de alacranes o escorpiones. Están los que inoculan
un tóxico paralizante del sistema nervioso y otros que transmiten por diversos
medios de comunicación y envenenan los cerebros de muchos lectores y oyentes.
En el primer caso de picadura, hay que acudir de inmediato al Hospital
Muñiz.
Si el veneno es ideológico, hay que cultivar el pensamiento crítico.
(Página FB, 17-1-17)
[ 69 ]
��Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
MIGRANTES:
¿LOS CONDENADOS DEL SIGLO XXI?
Somos todos ciudadanos del mundo,
todos de una misma sangre.
Odiar a alguien porque nació en otro país,
porque habla un idioma distinto,
o porque tiene una diferente mirada sobre
uno u otro tema, es una locura.
Desistan de esto, se los ruego,
porque todos somos
de la misma condición humana.
Tengamos un f in en común:
el bien de la humanidad.
Juan Amós Comenio
(en checo: Jan Amos Komenský)
[ 71 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
Migrantes:
los condenados de la globalización capitalista
Publicado en: La Tecl@ Eñe. 1-9-2015
En lo que va de 2015 cerca de dos mil personas se ahogaron tratando de
escapar de Libia hacia Lampedusa (Italia), y durante el último año alrededor
de cien mil consiguieron entrar a Europa por distintas vías, de acuerdo con
estadísticas de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Esta misma entidad registró en 2014 un flujo de 214 millones de migrantes en todo el mundo. Una cifra por demás ilustrativa de un drama contemporáneo que está lejos de encontrar una solución eficaz y duradera, teniendo en
cuenta que esas personas huyen de la pobreza, las guerras y las persecuciones
étnicas y religiosas en búsqueda de un trato humanitario, comida y, para decirlo con palabras del Papa Francisco, las tres T: tierra, techo y trabajo.
Las potencias de Europa, al igual que Estados Unidos de Norteamérica,
se han valido de los inmigrantes para realizar infinidad de trabajos poco calificados. Así, los mexicanos y otros migrantes de Centroamérica y el Caribe
proveen al “gran país del norte” de mano de obra barata para las cosechas, las
tareas domésticas, la limpieza de las calles y los espacios públicos en general,
entre otras actividades que resuelven el bienestar cotidiano de los americanos
blancos, anglosajones y protestantes.
Algo similar ocurre en Alemania con los turcos, o en otros países europeos con africanos de diversas procedencias.
Hace unos años pudimos ver la película Un día sin mexicanos, donde aparece claramente la enorme dependencia que tienen los gringos de las tareas
que desempeñan estos vecinos situados al sur del Río Bravo, que como se sabe,
están lejos de Dios pero cerca de los Estados Unidos.
Ante semejante situación, lejos de promover acciones destinadas a mejorar la calidad de vida de estos millones de seres humanos en sus países de origen, las potencias más desarrolladas adoptan medidas para impedir el acceso
[ 72 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
de esos exiliados por culpa del perverso modelo neoliberal que aún persiste en
la mayor parte del planeta.
“Esta economía mata”, afirmó con su habitual tono pastoral el Papa Francisco durante el acto multitudinario realizado recientemente en Santa Cruz
de la Sierra, Bolivia.
En efecto, esa es la razón por la que un mundo capaz de producir alimentos para doce mil millones de habitantes, o sea, cerca de cinco mil millones
más de la población total, exhibe la escalofriante cifra de cerca de mil millones
de seres humanos que padecen hambre crónica.
Esta es la tremenda paradoja del Siglo XXI y no parece resolverse a la
brevedad, mientras 85 personas concentran la riqueza equivalente a lo que
reciben por año 3.500 millones de personas.
Las estadísticas dan una dimensión del gravísimo problema, pero aún para
las personas con sensibilidad social es necesario acompañar cada uno de estos
números con las imágenes de los niños desnutridos y sus familiares harapientos
intentando cruzar las fronteras que separan la pobreza extrema con la opulencia.
Hace unos años, quien escribe esta nota tuvo la oportunidad de pasar el límite
entre San Diego, al sur de California, con el territorio mexicano camino a Tijuana.
De un lado, las autopistas impecables del Estado más rico del Imperio.
Del otro, centenares de “chicanos” esperando que oscurezca para cruzar hacia
el sueño americano. Algo que se repite cotidianamente y frente a lo cual, el
candidato republicano Donald Trump anticipa que, de ganar las elecciones
presidenciales en EEUU, va a construir un gran muro y le hará pagar su costo
a los ciudadanos de la patria de Pancho Villa y Emiliano Zapata.
Ese es el tipo de soluciones que propugnan los ideólogos del Tea Party,
la expresión más brutal de la derecha norteamericana, pero no son los únicos.
También están los nacionalistas xenófobos de Francia, o los neonazis alemanes, entre otros exponentes del pensamiento más reaccionario.
“Una idea que resulta eficaz para comprender la dinámica de la relación
entre migración y la movilidad social es la metáfora del espejismo”, dice Jorge
Miguel Veizaga Rosales8. Y continúa así:
8 Jorge Miguel Veizaga Rosales. Graduado en Economía en la Universidad Mayor San
Simón (Cochabamba) y Doctorado en Estudios del Desarrollo en la Universidad Autónoma de Zacatecas (México).
[ 73 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
Como ilusión óptica, un espejismo es bastante particular, por una parte, si
las condiciones físico-naturales que lo generan se mantienen constantes, y el
viajero (en este caso, el migrante) no se ha dado cuenta de la ilusión podría
continuar su marcha hasta el infinito o hasta que lo permita su capacidad
física, es decir, nunca logra alcanzar el supuesto oasis o paraíso imaginario.
Por otra parte, si logra darse cuenta de que se trata de una ilusión, dicha
constatación implica (inevitablemente) el sentimiento trágico o –cuanto menos– absurdo.
Por su parte, sostiene Kari Polanyi Levitt9:
La globalización del siglo XX ha creado un mundo flagrantemente desigual de movilidad global del capital –mientras la inmigración de trabajo a
los países ricos es altamente restringida. La gente pobre en los países pobres
no es requerida como productores ni consumidores. Es una “población excedente”, una fuente potencial de inestabilidad y una amenaza a la seguridad
de la inversión extranjera.
Una vez más recurrimos al planteo acuñado por el teólogo brasileño Leonardo Boff, al proponer ante una de las ediciones recientes del Foro Social
Mundial, que en lugar de levantar la consigna de “otro mundo es posible”,
habría que reclamar “otro mundo es necesario”.
En otras palabras, el gran desafío es globalizar la solidaridad. Es, al decir
del recordado dirigente cooperativista Floreal Gorini, que “el camino hacia
la utopía requiere muchas batallas, pero sin duda la más importante es la
batalla cultural”.
De eso se trata. Demostrar que no sólo es necesario, sino posible organizar la economía con un sentido humanista, para que la riqueza, que es el fruto
del trabajo, se distribuya con equidad, para que no haya ni una sola persona
excedente en este planeta.
Las referencias han sido tomadas del libro Contextos críticos –migraciones
contemporáneas, selección de María Luján Leiva, publicado en 2014 por Desde
la Gente, Ediciones del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos.
9 Kari Planyi Levitt. Profesora Emérita McGill University, Montreal, Canadá.
[ 74 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
Grageas (III)
Grieta (1)
En estos días de marchas y contramarchas la grieta se agranda. Ya casi es
un tremendo abismo, agravado por las expresiones de odio e intolerancia. Pero
como padezco de optimismo histórico, creo que el problema tiene solución.
Bastaría con democratizar la política, la economía, la cultura y especialmente,
mediante una educación de calidad para todas y todos, con docentes bien pagos.
Eso sí, para terminar con la pobreza de una vez por todas hay que repartir
la riqueza con equidad. Se puede, sí, ¡se puede y se debe!
(Página FB, 3-4-17)
Grieta (2)
La grieta existe. Es una fisura profunda que separa intereses y miradas
de la realidad. Es tan antigua como la historia del mundo y en nuestro caso,
de la Nación Argentina. De allí se deriva el conflicto social. De un lado,
están los trabajadores que pierden su empleo o les recortan sus ingresos, y
también los pequeños y medianos empresarios que cada día venden menos.
Y del otro lado, están los que se reunieron con el presidente Macri en el
Centro Cultural Kirchner.
Durante mucho tiempo a esta confrontación se la llamaba lucha de clases,
pero algunos la niegan. Algo así como negar la Ley de Gravedad.
(Página FB, 8-4-17)
[ 75 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
Teorema
Mauricio Macri acaba de inventar un nuevo teorema, según el cual el
volumen de las inversiones será directamente proporcional al incremento de
los despidos. En otras palabras: cuanto peor, mejor.
Por algo lo felicitó el buitre mayor, Paul Singer.
(Página 22-4-16)
“No convenceréis”
La renuncia del juez Carlos Alberto Rozanski, un destacado luchador por
los derechos humanos acosado por múltiples amenazas y presiones me hace
recordar una famosa frase de Miguel de Unamuno, en tiempos del franquismo, cuando dijo con indudable valentía: “Venceréis, porque tenéis sobrada
fuerza bruta. Pero no convenceréis. Para convencer hay que persuadir, y para
persuadir necesitaréis algo que os falta: razón y derecho en la lucha”.
(Página FB, 1-10-16)
Paulo Freire
Comparto esta frase de Paulo Freire sumamente oportuna para los tiempos complejos que estamos viviendo:
“La lucha por la esperanza es permanente y crece en la medida que se
percibe que no es solitaria”.
(Página FB, 19-1-2017)
[ 76 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
PASIÓN DE BUENOS AIRES
Canción maleva, canción de Buenos Aires,
hay algo en tus entrañas que vive y que perdura,
Canción porteña, lamento de amargura.
sonrisa de esperanza, sollozo de pasión.
Azucena Maizani y Manuel Romero
(“Canción de Buenos Aires”. Tango)
[ 77 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
¿Qué te pasa, Buenos Aires?
Publicado en: La Tecl@ Eñe.
Reproducido por América Latina en movimiento.
13-12-2013
David Viñas, figura extraordinaria de la literatura argentina, destacaba
con orgullo su condición de porteño y agregaba, para mayor precisión, su
arraigo en Corrientes y Montevideo.
Es que las callecitas de Buenos Aires, su arquitectura, cada uno de sus
barrios, los símbolos distintivos de cada rincón del territorio urbano y la gente, los porteños y las porteñas, son un conjunto de factores que hacen a la
identidad de los nacidos en la Capital Federal de la República. Una ciudad
donde se asienta el poder político de la Nación, cuya historia resume las disputas iniciadas a partir de la Revolución de Mayo de 1810 y a lo largo de los
últimos doscientos años, entre lo nuevo que no termina de nacer y lo viejo que
no termina de morir.
Precisamente, como expresión más cruda de esa confrontación de proyectos, desde hace algunos años la Ciudad Autónoma de Buenos Aires es el
escenario de una política inspirada en el paradigma neoliberal, a contramano
de lo que ocurre en el orden nacional desde 2003,10 cuyo sentido se ubica
claramente en las antípodas. Esto es, la estrategia de potenciar al mercado
interno, afirmar el papel del Estado como gran orientador y regulador de la
economía y garantía para el ejercicio pleno de los derechos ciudadanos, entre
otros conceptos que orientan el Proyecto Nacional y Popular.
La pregunta que nos hacemos con frecuencia quienes militamos en esta
vereda, la de la defensa de los intereses del país y nuestro pueblo –digamos, la
vereda de la izquierda– es: ¿qué te pasa Buenos Aires?, ¿por qué vota del modo
en que lo hace buena parte del electorado porteño? Y así podríamos seguir
10 [y hasta 2015]
[ 78 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
con una lista de interrogantes, para tratar de desentrañar las causas de lo que
algunos califican como un giro a la derecha, o bien como un triunfo temporal
(así esperamos) de la prédica persistente de los medios de comunicación hegemónicos, parte inseparable de los grandes grupos económicos concentrados.
En la búsqueda de esas respuestas, el Centro Cultural de la Cooperación
Floreal Gorini acaba de publicar un texto que reúne los trabajos de veinticinco autores, todos ellos investigadores del CCC y especialistas en diferentes
disciplinas de las ciencias sociales, bajo el título La ciudad empresa. Espacios,
ciudadanos y derechos bajo la lógica del mercado.
Para definir el sentido de este trabajo colectivo y cuidadosamente ordenado en sus 257 páginas, el director del Centro Cultural, Juan Carlos Junio
señala en el prólogo:
Desde su asunción, en 2007, como máxima autoridad al frente del
Poder Ejecutivo en la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri ha
sido el protegido privilegiado de los medios de comunicación hegemónicos. Esta decisión política estuvo fundada en la esperanza
de los grupos de poder de que se convirtiera en la opción principal
para derrotar al kirchnerismo en las elecciones presidenciales. Pero,
como toda figura construida por consultores internacionales y con
discursos preelaborados por marquetineros, seguramente resultará
intercambiable, si nuevos nombres empiezan a tronar con fuerza por
su capacidad para arrastrar más votos. Más allá de ello, la pertinaz
defensa del macrismo por parte de los grupos mediáticos, que son a la
vez orgánicos del poder económico, también se origina en la apuesta
al éxito político y de gestión del proyecto impulsado en la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires por el PRO. Este distrito paradigmático
se vuelve punta de lanza de la avanzada neoliberal.
La complejidad de este proceso tiene raíces más lejanas en el tiempo y en
ese sentido, la socióloga Susana Murillo, autora del capítulo “El paradigma de
una ciudad-empresa” explica en uno de los párrafos que…
Si durante la dictadura de los 70 el espacio urbano fue desindustrializado a fin de evitar revueltas obreras, al mismo tiempo y de
modo paulatino, particularmente en los 90, comenzó a adquirir un
[ 79 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
aire farandulesco, acorde a la cultura de degradación que el neoliberalismo imponía paulatinamente como modo de construir apatía
política en los ciudadanos. Fue entonces cuando desembarcaron enviados del Manhattan Institute del grupo Bratton-Giuliani a fin de
transformar la estructura de la denominada “seguridad” de la ciudad.
Pero su programa no lograba plasmarse merced a tercas resistencias
de diversas organizaciones sociales y a ese imaginario que, aunque
ambiguo, colocaba a la igualdad como un principio del espacio público de la ciudad.
Y más adelante, Murillo sostiene:
Hasta que la muerte, una vez más, logró reconfigurar el imaginario
ciudadano. Cromañón, en el año 2004, fue un hecho ominoso cuyos
efectos no terminan en la atroz muerte de 193 personas. El dolor de
Cromañón fue colonizado por un proyecto que tenía ya varios años
y poderosos impulsores, quienes luego de la tragedia se asentaron en
esa pena colectiva y lograron redireccionar la gestión de la ciudad a
través del apoyo de buena parte de sus habitantes…La gestión de la
Ciudad que se instala tras la tragedia de Cromañón y la destitución
del por entonces jefe de Gobierno no venía a propiciar un duelo por
los muertos, se trataba de la continuación de una estrategia que los
enviados del grupo Bratton-Giuliani habían intentado instalar sin
éxito años antes. El proceso fue mostrando paulatinamente un objetivo claro: transformar el espacio urbano, construir un nuevo paradigma de ciudad en el cual aquellos aires de igualdad, que de modo
ambivalente supo tener Buenos Aires, se perdieran.
Obviamente, no pretendemos reproducir el magnífico texto al que hacíamos referencia en uno de los párrafos precedentes, pero nos parece indispensable, a modo de introducción al tema que nos ocupa, la transcripción textual
de otros importantes aportes conceptuales de la citada autora, referidos a la
ideología implícita en los cambios culturales operados desde la última dictadura cívico militar y acentuados en la década perdida de los noventa.
Este nuevo paradigma –sostiene Susana Murillo– trata de conformar la nueva ciudad-empresa sustentada en la abierta y manifiesta
[ 80 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
idea sostenida por diversos estrategas acerca de la natural desigualdad
de los seres humanos; ideas que fueron sostenidas por el programa
neoliberal ya delineado desde la década de 1930 por la escuela austríaca a la cual pertenecieron Ludwig von Mises y Friedrich Hayec (entre otros) y que con variantes modificó la escuela de Chicago
de Milton Friedman. Si el liberalismo había planteado una idea de
igualdad que en la práctica cayó en contradicciones con la de propiedad y la de libertad, el neoliberalismo resolvió la paradoja asumiendo
la inevitable y necesaria desigualdad.
El párrafo que transcribimos a continuación contiene definiciones particularmente útiles para la comprensión de lo que viene ocurriendo tanto en
nuestra ciudad como en otros ámbitos, especialmente en el denominado sentido común.
Veamos:
Nadie puede pregonar abiertamente la desigualdad, ni negar el acceso a la propiedad como bandera en una sociedad que se dice democrática. Pero no es necesario que algo sea manifestado explícitamente
como principio para que se instale en la conciencia de los sujetos.
La ideología, como han sostenido Gramsci y Althusser, no requiere
de explicaciones racionales. La ideología es una materialidad que se
inscribe en los cuerpos a través de sus prácticas en los espacios. El
nuevo paradigma de ciudad-empresa sugerido por los enviados de
Bratton y Giuliani tiene varios principios básicos: la desigualdad natural, la centralidad del mercado, la competencia, el individuo y sus
intereses como núcleo de todo proyecto, la pobreza como un destino
irremediable y necesario de muchos, la seguridad de los que merced
al trabajo y al ahorro poseen rentas, la negación de políticas de protección social que asegure que quienes no acepten su destino y se
rebelen sean castigados con el menor costo posible para el mercado.
Y aclara la autora que con esto no hace más que resumir los principios
enunciados por Von Mises en La acción humana.11
11 Tratado de Economía
[ 81 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
Un tema insistentemente plantado por los medios hegemónicos es el de
la inseguridad. Precisamente, por estos días la Corte Suprema de Justicia ha
dado a conocer indicadores referidos al Gran Buenos Aires, La Plata y la Capital Federal, los cuales evidencia un grado decreciente de violencia y, comparativamente con otras ciudades, un porcentaje menor de incidentes delictivos.
Sin embargo, los titulares de los diarios emblemáticos de la oposición, así
como los zócalos de los canales afines machacan con estos temas luctuosos
durante las 24 horas del día, a través de sus noticieros y flashes informativos.
Al respecto, el ensayo de la doctora Murillo indica que…
El miedo a la inseguridad no es una consecuencia indeseada, sino
un estímulo buscado para alentar a la competencia individualista, la
cual es el corazón mismo de la ciudad-empresa, confirmada por muchos “empresarios de sí mismos”, cuyo único objetivo radica en buscar
la propia utilidad. Ciudad-empresa pensada como lugar de mercado
donde los ciudadanos son llamados “vecinos” y éstos se transforman
en “empresarios” competidores que juegan un juego constante frente
al temor de perder la casa, los amigos, la vida…En el mundo de la
ciudad-empresa, sostenida en el imaginario de la desigualdad natural,
el miedo al otro se confirma como la principal tecnología de gobierno de los ciudadanos que se han reconfigurado paulatinamente en
“empresarios de sí mismos”, imaginarios constructores de su propio
destino, que creen en su derecho a descalificar a todo aquel que no
haya obtenido sus logros.
El magnífico trabajo compilado por Javier Marín contiene, como dijimos
al inicio, excelentes aportes teóricos y análisis de los hechos que marcan las
transformaciones sufridas por la Ciudad de Buenos Aires y sus habitantes,
cuyo reflejo político puede constarse en los resultados electorales de al menos
la última década.
Con estas líneas hemos intentado compartir algunas de esas contribuciones para la comprensión de lo que sucede en el imaginario colectivo y las
conductas derivadas. Pero los párrafos precedentes son sólo el aperitivo de este
suculento material que merece ser leído y releído en su totalidad.
[ 82 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
Buenos Aires cooperativa
Publicado en: La Tecl@ Eñe.
1-4- 2015
Nobleza obliga, comienzo estas líneas saludando la continuidad de La
Tecl@ Eñe, un medio que nos nutre con variados aportes y tiene la virtud, entre
otras cualidades, de circular democráticamente a través de las redes sociales y
sin avisos publicitarios.
Dicho esto, intentaré justificar el título de esta nota con algunas reflexiones y propuestas.
La ciudad de Buenos Aires tiene grandes contrastes. Por ejemplo, si uno
camina por la avenida Vélez Sarsfield a partir de la avenida Caseros, en dirección hacia la Recoleta, podrá constatar la brecha económica y social que existe
entre el sur y el norte de la Capital Federal.
A lo largo del recorrido cambian las fachadas de los edificios, las vidrieras
de los negocios y los productos exhibidos, la indumentaria de los transeúntes,
el estado de las veredas y hasta los olores que se respiran.
Ni que hablar si uno se da una vuelta por la villa Rodrigo Bueno y luego
se dirige hasta Puerto Madero. A menos de dos kilómetros de distancia coexisten en Buenos Aires la pobreza y la opulencia.
Estos son, apenas, dos ejemplos de las diferencias abismales que hay en la
ciudad más rica de la República Argentina, cuyo producto bruto per cápita es
equiparable al de muchos países del primer mundo.
Uno puede calmar su conciencia pensando, como dijo un presidente privatizador durante la década perdida de los 90, que “pobres hubo siempre”.
Pero quienes tienen sensibilidad social y cultivan el valor de la solidaridad no
se resignan ante la realidad y procuran transformarla.
Obviamente, cuando se trata de producir cambios profundos hay que tener en cuenta un conjunto importante de variables. Una de ellas es la resistencia que inevitablemente opondrán quienes gozan de privilegios a la hora
[ 83 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
de repartir equitativamente lo que les sobra. Porque el único camino para
terminar con la pobreza es distribuir la riqueza, concentrada cada vez en menos manos.
Para lograr este cometido hay que tener suficiente fuerza social y política
organizada, es decir poder, pues de lo contrario semejante empresa transformadora se tornaría inviable.
Si se logra conjugar la voluntad de cambio con el poder para llevarlo a
cabo, hay que contar con un plan estratégico viable y capaz de ser sostenido en
el tiempo. Porque hacer de Buenos Aires una gran cooperativa puede insumir
unas cuantas décadas, pero es un sueño posible de llevar a cabo.
Lo que sigue es una enumeración parcial de lo que este ciudadano considera que se puede hacer, partiendo de la experiencia acumulada por el movimiento cooperativo a nivel mundial y en nuestro propio país a lo largo de más
de un siglo y medio.
Para comenzar, habría que instrumentar la educación teórica y práctica
del cooperativismo en todos los niveles del sistema educativo.
Al respecto, la Ley de Educación Nacional contempla estos contenidos
en su artículo 90, pero hay un gran retraso en la formación del cuerpo docente
en esta materia.
La siembra de los valores de la ayuda mutua y el esfuerzo propio, así como
el ejercicio de la democracia desde el preescolar hasta la universidad contribuiría a la formación de ciudadanos más comprometidos con el bien común
y la justicia social.
Otra política de largo plazo y de vital importancia por su incidencia en las
conductas de la ciudadanía, es difundir contenidos solidarios a través de todos
los medios de comunicación. Y no nos referimos solamente a las informaciones periodísticas que den cuenta de las múltiples y exitosas realizaciones del
cooperativismo y el mutualismo, sino la incorporación de sus valores esenciales en los programas de entretenimiento y en las propias telenovelas.
Imaginemos una serie de TV en alta definición, con buenos actores, con
un excelente guión, con la mejor estética posible, con las tensiones y los conflictos propios de la dramaturgia de excelencia, donde prevalezcan los buenos
tipos y de una manera explícita o implícita estén presentes los valores éticos y
morales de la solidaridad y el amor al prójimo.
Esto es tan solo un ejemplo, pero es parte de lo que debería incluir una
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�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
política comunicacional dirigida a disputar el sentido común en el marco de
la batalla cultural por un mundo mejor.
Sigamos… Hay que instrumentar todas las medidas necesarias para garantizar el ejercicio de la democracia participativa. Es indispensable que la
ciudadanía se haga cargo de todas aquellas cuestiones que le incumben, tales
como la seguridad, la higiene del barrio y la comuna, el mantenimiento de los
espacios públicos y también la prestación de los servicios de energía eléctrica,
transporte de pasajeros y abastecimiento popular, entre otros.
Estamos pensando en una gestión tripartita de las empresas prestadoras
de servicios públicos, con participación de la representación estatal, de los
trabajadores y de los usuarios y consumidores. A modo de ejemplo, podría
citar la red de subterráneos, donde los pasajeros sufrimos con frecuencia las
demoras e interrupciones, escaleras mecánicas que no funcionan, baños en
mal estado o simplemente clausurados, entre otros padecimientos.
Si en lugar de mantener la concesión de Metrovías, o sea la empresa del
grupo Roggio, los subtes estuvieran gestionados directamente por el Gobierno
porteño –no el de Macri, claro está, sino uno de otro signo político–, mediante
un directorio integrado por los trabajadores de la empresa y la representación
de los usuarios organizados en una asociación específica, estamos seguros de
que la prestación del servicio sería más eficiente. Porque en ese caso, en lugar
del negocio con fines lucrativos se garantizaría el cumplimiento del objeto
social del transporte subterráneo.
Un ejemplo similar puede aplicarse a las empresas recolectoras de residuos, a los hospitales y otras entidades cuya función es atender a las diversas
necesidades de la comunidad en tiempo y forma, administrando los recursos
presupuestarios con absoluta transparencia y expuestos al control cruzado de
la representación tripartita.
En materia de seguridad también es posible la cooperación, creando comisiones comunales en las que participen los responsables de las fuerzas de
seguridad y los vecinos integrantes de las Juntas y los Consejos Consultivos,
para establecer mecanismos de prevención de los delitos contra la integridad
de las personas y sus propiedades.
La enumeración podría seguir hasta completar cada uno de los ítems que
forman parte de la compleja arquitectura de una ciudad como la nuestra. Por
supuesto que en materia de vivienda también es posible y necesaria la forma
[ 85 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
cooperativa, para dar respuesta a la emergencia habitacional que padece medio
millón de habitantes en este territorio de doscientos kilómetros cuadrados.
Como se comprenderá, la intención de esta nota es tratar de demostrar
que, como dice un refrán, si se quiere se puede. O sea que no es fatal que esas
diferencias abismales entre el norte y el sur de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires permanezcan para siempre.
Y no es que se nos ocurren estas ideas porque estamos en campaña electoral y pretendemos seducir la voluntad de los electores. Estas reflexiones y
propuestas pretenden ser un aporte para el debate, la construcción de consensos, el impulso de proyectos colectivos y las realizaciones necesarias para que
todas y todos gocemos del buen vivir en la Capital Federal de la República
Argentina.
[ 86 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
Grageas (IV)
¡¡¡Si hay veto, hay lucha!!!
Con toda la tristeza y bronca, hace unas horas, nos enteramos por la prensa hegemónica que Macri, mientras disfrutaba de su lujosa Nochebuena, vetó
la ley de expropiación del Hotel Bauen (entre otras). El presidente comienza
a hacer gala de su apodo cuando jefe de gobierno porteño (“Capitán Veto”) y
yo me pregunto: ¿dónde quedaron los defensores del republicanismo y de las
instituciones democráticas, que por muchísimo menos trinaban como descosidos? Macri empezó el primer año de su gobierno con decretos de “necesidad
y urgencia” y lo finaliza (de vacaciones) con otros DNU, mostrando un fuerte
desprecio por el poder legislativo. Y nuevamente lo hace cuando éste entra en
feria, porque además es un cobarde, como cuando la modificación quirúrgica
a la ley de servicios de comunicación o la designación de jueces para la Corte
Suprema. Macri vetó la Ley Anti-despidos, modificó por decreto la Ley de
Blanqueo de Capitales para que papi y los primos la traigan (cosa que estaba
en el proyecto del Poder Ejecutivo pero que el Legislativo sacó por impune
al sancionar dicho proyecto), vetó la jubilación para ex combatientes, la reinstauración de un salario mínimo profesional y la prevención de la trombofilia
a nuestras embarazadas. Y mientras tanto, el país se hunde en la miseria, las
familias se quedan sin trabajo, la economía no reactiva y las inversiones no
llegan. Pero esto no queda así, los representantes del pueblo votaron por la
expropiación, los caprichitos antidemocráticos del presidente no deben ser
tolerados: si hay veto, hay lucha.
Hoy, más que nunca, #PoneteLaCamisetaDelBauen
(Página FB, 27-12-16)
[ 87 ]
��Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
SONATA CON VARIACIONES
El peor analfabeto es el analfabeto político.
No oye, no habla, no participa de
los acontecimientos políticos.
No sabe que el costo de la vida,
el precio de los porotos, del pan, de la harina,
del vestido, del zapato y de los remedios
dependen de decisiones políticas.
El analfabeto político es tan burro
que se enorgullece y ensancha el pecho
diciendo que odia la política.
No sabe que de su ignorancia política
nace la prostituta, el menor abandonado
y el peor de todos los bandidos que es
el político corrupto, mequetrefe y lacayo de
las empresas nacionales y multinacionales.
Bertolt Brecht
[ 89 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
Cruel en el cartel.
Y en los hechos también.
La Tecl@ Eñe. 3-3-2016
El título de la nota evoca el tango maravillosamente interpretado por
el polaco Roberto Goyeneche y, en otra versión, por Adriana Varela. Pero el
propósito de estas líneas no es hablar de música, sino de la crueldad de ciertas
políticas, especialmente en lo referido a la salud y su impacto sobre los sectores más postergados de la sociedad.
Dos noticias recientes ilustran la grave situación planteada en relación
con el papel del Estado en este rubro de vital importancia. Y, por lo tanto,
desmienten la afirmación de la publicidad oficial del gobierno del PRO expresada en los carteles que elogian a la salud pública.
Un primer ejemplo de nuestra afirmación es la medida dispuesta por el
Ministerio de Salud de la Nación que, a fines del mes de febrero anuló convenios con universidades a través de los cuales más de mil profesionales brindaban servicios de atención primaria en todo el país, principalmente en zonas
vulnerables y en situaciones de emergencia como inundaciones y epidemias.
Al respecto, tal como lo refleja una nota publicada por el diario Página 12
el miércoles 2 de marzo, 1300 trabajadores del citado ministerio perdieron sus
puestos al caducar los convenios por universidad que no fueron renovados por
la gestión que conduce el ministro Jorge Lemus.
Estos despidos significan desmantelamiento de áreas que se encargan del
abordaje territorial y que se encuentran sin funciones desde diciembre, como
la Dirección Nacional de Salud Mental y Adicciones, los programas de Organización Comunitaria, Cuidarse en Salud, Promoción Comunitaria en Salud,
y la Dirección Nacional de Salud Bucodental, entre otros.
Una de las áreas más afectadas es la Dirección Nacional de Maternidad
e Infancia, dedicada a atender a mujeres embarazadas y recién nacidos, para
prevenir enfermedades y combatir la mortalidad infantil.
La información proporcionada por Héctor Carrica, delegado de la Aso[ 90 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
ciación de Trabajadores del Estado (ATE) al citado matutino indica que “estamos en una situación muy crítica a nivel regional y nacional por el dengue
y el zika, y el Ministerio tiene 40 camiones sanitarios y más de 20 camionetas
para este tipo de problemas que están parados”.
Otra de las medidas adoptadas por el Ministerio de Salud de la Nación
ha sido la suspensión del Programa Qunita, el cual estaba relacionado con la
Asignación por Embarazo. Esta disposición se tomó a partir de una denuncia
penal de la legisladora de la Ciudad de Buenos Aires, Graciela Ocaña, presentada ante el juez Bonadío.
Como dato curioso, cabe señalar que esta denuncia estaba preparada al
momento del lanzamiento del Programa y se presentó prácticamente en forma simultánea con el anuncio realizado en su momento por la ex Presidenta
Cristina Fernández de Kirchner.
Actualmente, y a la espera de que se completen los estudios técnicos a
cargo del INTI sobre la cunita propiamente dicha y que el citado magistrado
emita un dictamen (¿será tan rápido como en otras actuaciones que involucran a ex funcionarios del Poder Ejecutivo Nacional?), hay una cantidad
importante de cajas acumuladas en diversas maternidades del país, mientras
igual número de madres próximas a dar a luz o con sus hijitos recién nacidos
carecen de los elementos que integran el kit del Programa Qunita.
Dicho equipamiento consta de un portabebé, una cuna, artículos para la
higiene y el cuidado de la criatura, ropita para el niño o la niña, también para
la mamá, ropa de cama, juguetes, una guía para la atención del recién nacido
y un bolso de viaje.
Los requisitos para acceder a este beneficio son los siguientes:
• Cobrar la Asignación por Embarazo para la Protección social.
• Inscribirse en el programa con el DNI y el carnet perinatal del embarazo en el centro de salud más cercano a su domicilio.
• Realizarse los controles médicos que forman parte del plan, como se
detalla a continuación:
1er. control prenatal: se realizará la entrega de la chequera de “Cuidados en el embarazo”.
2º, 3º y 4º control prenatal: a lo largo de los mismos se efectuarán ecografías, otros estudios y la aplicación de vacunas –todo gratuito– en
el centro de salud público.
[ 91 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
5º Control prenatal: En esta etapa los padres recibirán orientación por
parte del equipo de salud para la atención del parto en una maternidad segura.
• El parto se debe efectuar en la Maternidad Segura indicada, donde se
realizará la entrega del kit Qunita.
En su momento, al anunciar los alcances de este importante programa, el
entonces Secretario de Salud Comunitaria, Dr. Nicolás Kreplak, sostuvo que…
Qunita no se limita a la entrega de un kit cuyos elementos centrales son una cuna y un ajuar, sino que a través de la sinergia con
la Asignación por Embarazo para Protección Social y el Programa
SUMAR, constituye una política muchos más amplia, destinada a
reforzar la captación temprana de las mujeres embarazadas, garantizar la atención de su salud con la realización de los cinco controles
médicos previstos durante la gestación, la referencia a maternidades
seguras y los posteriores cuidados del bebé durante el puerperio. (…)
Es una estrategia fuerte de igualdad de oportunidades para los chicos
que recién nacen y para el sistema de salud es una herramienta de
organización: Qunita es profundizar las estructuras de las redes de
salud –afirmó Kreplak.
El Programa Qunita estaba enmarcado en el conjunto de políticas sanitarias y sociales impulsadas por el Estado Nacional presidido por Cristina Fernández de Kirchner, el cual incluía la Asignación Universal por Hijo,
REMEDIAR, el Calendario Nacional de Inmunizaciones y el Plan para la
Reducción de la Mortalidad Materno Infantil.
Este detalle no es ocioso, sino que viene a confirmar el papel activo del
Estudio para garantizar el acceso y goce de uno de los derechos humanos
consagrados por la Constitución Nacional. Algo que no figura en el libreto
del actual Presidente de la República y estuvo ausente en su discurso inaugural
ante la Asamblea Legislativa.
Como datos ilustrativos de la importancia que han tenido las políticas
públicas en esta materia durante los doce años precedentes, podemos señalar
que en 2003, la tasa de mortalidad infantil en la Argentina se situaba en 16.5
fallecidos por cada mil nacidos vivos en promedio del país, mientras que era
[ 92 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
del 21 por cada mil en las provincias del norte. Las últimas estadísticas disponibles, que datan de 2013, muestran que el indicador bajó a 10.8 por cada mil
nacidos vivos, lo que representa una disminución de 34,5 por ciento.
Entre 2009 y 2013 se registró un descenso sostenido de la mortalidad
materna, hasta alcanzar una tasa de 3.2 fallecidas por cada diez mil nacidos
vivos.
Los despidos y desmantelamientos mencionados en la primera parte de
esta nota y la suspensión –aparentemente transitoria– del Programa Qunita,
constituyen un grave retroceso en lo que debería ser una política de Estado,
más allá del signo ideológico del gobierno de turno.
Volviendo al título tanguero del artículo, sería una tremenda crueldad
negarles a una futura mamá y su bebé estos beneficios, así como a cualquier
ciudadano o habitante de nuestro país el acceso a un servicio de salud pública
de calidad.
[ 93 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
Bolsillos cuidados
La Tecl@ Eñe. 6-5-2014
A partir del programa de Precios Cuidados dispuesto por el Gobierno
Nacional, se han puesto de relieve dos temas de suma importancia. Por una
parte, cuáles son los factores que inciden en la formación de los precios y, al
mismo tiempo, los derechos de los consumidores y usuarios establecidos tanto
en la Constitución Nacional como en la Carta Magna porteña.
En relación con el primer aspecto y contrariamente a la creencia instalada
por los comunicadores de los medios hegemónicos, el aumento del precio del
tomate, la yerba o el litro de leche no es culpa de Cristina, sino de las cadenas
de valor fuertemente influidas por los grupos concentrados que siguen teniendo un enorme peso en la estructura económica de nuestro país.
Recordemos que durante la década de los 90 hubo un proceso brutal de
concentración y extranjerización de la economía, cuyas consecuencias persisten a pesar de las profundas transformaciones producidas desde el 25 de mayo
de 2003.
Entre las estrategias desplegadas por los sectores concentrados destinadas
a mantener sus enormes ganancias y beneficios se incluyen acciones espurias.
Un ejemplo de este tipo de despliegues tuvo lugar en nuestro país en el año
2012, cuando se establecieron medidas para la mejora de las condiciones de
los trabajadores de los yerbatales12. En dicho momento se elevó el precio mínimo de la hoja verde de $0,70 a $1,70 por kilo. (Hay que tener en cuenta que
para 1 kilogramo de yerba son necesarios 3 kilogramos de hoja verde cosechada). Esas subas fueron trasladadas al precio final del producto, que pasó de $20
a $40 por kilo, es decir, una suba de un 100 por ciento en góndola.
12 Miño, Montserrat, “Repensando el consumo desde el cooperativismo”, Revista Idelcoop
Nº 212, marzo de 2014.
[ 94 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
Otro dato ilustrativo: un conjunto de siete empresas concentra el mayor
número de establecimientos, las más amplias superficies de súper e hipermercados así como las facturaciones, con una venta del 58 por ciento del total de
alimentos y bebidas del país.
Por su parte, los medios de comunicación dominantes financiados por
esas mismas empresas no se mantienen al margen de estas maniobras, sino
que ocultan los impactos que ocasionan y generan confusión, con la finalidad
de sembrar la falsa conclusión de que esas variaciones abusivas de precios al
consumidor obedecen a las políticas del Gobierno Nacional, o bien personalizando al supuesto culpable en la figura del secretario de Comercio Interior,
Guillermo Moreno.
Como dijimos al comienzo, la Constitución Nacional establece en su artículo 42 que…
Los consumidores y usuarios de bienes y servicios tienen derecho,
en la relación de consumo, la protección de su salud, seguridad e intereses económicos; a una información adecuada y veraz; a la libertad de
elección y a condiciones de trato equitativo y digno. -Y más adelante
señala-: Las autoridades proveerán a la protección de esos derechos, a
la educación para el consumo, a la defensa de la competencia contra
toda forma de distorsión de los mercados, al control de los monopolios
naturales y legales, al de la calidad y eficiencia de los servicios públicos,
y a la constitución de asociaciones de consumidores y usuario.
En cumplimiento de este mandato constitucional, el programa de Precios
Cuidados implica un acuerdo con los supermercados, con los distribuidores
y con los principales proveedores, persiguiendo los siguientes objetivos: asegurar condiciones de competitividad en la economía, cuidar el bolsillo de los
argentinos y que cada consumidor ejerza su derecho a elegir, ya informado.
Asimismo, según declaraciones del secretario de Comercio Augusto Costa, el
principal fin es dar valores de referencia, induciendo a que los demás precios
no puedan distanciarse de los acordados, remarcando que “la disputa de fondo
es por los márgenes, por la apropiación de la renta de la cadena de valor”. Intereses tales como el control sobre la formación de los precios y el sostenimiento
del consumo interno vienen impulsando estas políticas, a fin de mantener el
consumo popular y contener los niveles de inflación.
[ 95 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
Cabe insistir en un concepto clave: sin Estado no hay ejercicio pleno de
los derechos de los ciudadanos. O sea que no alcanza con la consagración de
tales derechos en la Constitución y las leyes que reglamentan su ejercicio,
sino que se requiere de un Estado activo y presente. Pero, además, es indispensable la participación popular en el control del cumplimiento efectivo de
esas normas. Así, la vigilancia de los Precios Cuidados, los reclamos ante las
autoridades competentes y la negativa a someterse a las remarcaciones injustificadas constituyen una buena práctica que ha comenzado a instalarse en la
conducta ciudadana.
A la par de estas medidas y de las que puedan sumarse, es necesario
prestar especial atención a las experiencias de la economía solidaria, tanto de
las empresas cooperativas preexistentes, como a los nuevos emprendimiento
asociativos. Asimismo, recientemente se han generado proyectos legislativos
concebidos en defensa de los consumidores.
Un primer ejemplo destacable es el de la Cooperativa Obrera, con más
de noventa años de fecunda existencia, cuya sede central está en la ciudad de
Bahía Blanca, con presencia en cerca de un centenar de localidades en las
provincias patagónicas.
Fiel a los principios y valores de la cooperación, esta entidad señera del
cooperativismo de consumo distribuyó con posterioridad al cierre de su último ejercicio económico, en 2013, aproximadamente 30 millones de pesos en
concepto de distribución de los excedentes repartibles entre sus asociados. O
sea que, tal como lo establece el artículo 42 de la Ley de Cooperativas número
20.337, reintegró un porcentaje de lo que cada asociado pagó de más al momento de utilizar los servicios de la cooperativa.
Esto es uno de los rasgos distintivos que define la naturaleza jurídica
y doctrinaria de la cooperación, ya que no persigue fines de lucro, sino de
servicio. Y en virtud de esta cualidad se rige por el criterio de la rentabilidad
necesaria y no el de la máxima ganancia, que es la razón de ser del capitalismo.
Pues bien, la Cooperativa Obrera cumplió con su cometido y benefició a
sus asociados. En cambio, Carrefour, que es diez veces más grande, no distribuyó ni un centavo y acumuló ganancias siderales a expensas de los bolsillos
de sus clientes.
Esto mismo se puede proyectar a los otros grandes grupos de hipermercados, lo cual ilustra el grado de incidencia en la formación de los precios y
[ 96 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
la acumulación de utilidades concentradas a favor de unos pocos. Así está
configurado el mercado y esas son las consecuencias.
Para cambiar esta realidad hace falta acumular mucha fuerza política organizada, tomar decisiones acertadas y oportunas, promulgar leyes que provean al Estado de herramientas eficaces para actuar y, lo decimos una vez más,
la indispensable participación popular.
Finalmente, con respecto a las iniciativas que procuramos aportar en función de atender a las legítimas demandas de la comunidad, recientemente
hemos presentado un Proyecto de Ley para la creación de treinta Ferias Itinerantes en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a razón de dos por comuna.
La propuesta está impulsada por los diputados de la Legislatura Porteña
Gabriel Fuks (Frente para la Victoria), Paula Oliveto Lago (Coalición CívicaUNEN) y el autor de esta nota. Allí planteamos la instalación de estas bocas
de abastecimiento cuyos precios deben estar en correspondencia con los del
Mercado Central que, en promedio, son un 50 por ciento más baratos que los
cobrados en los supermercados.
Dicho proyecto comenzará a debatirse en el transcurso del mes de mayo
del corriente año y es de esperar que cuente con el apoyo necesario para su
sanción y puesta en marcha. Pero sin perjuicio del trámite parlamentario requerido para su promulgación, consideramos que se trata de una iniciativa que
debería trascender los límites de la Legislatura y ser asumida por las organizaciones de defensa de consumidores y usuarios, como expresión de la ciudadanía. De eso se trata el empoderamiento del que habla nuestra Presidente,
condición indispensable para defender nuestros bolsillos y todo lo demás.
[ 97 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
El abc del DNU
Enero de 2017
Estimados lectores: Si bien estamos en pleno verano y tratando de disfrutar nuestras merecidas vacaciones, la realidad fluye y todos los días nos
sorprende con novedades gratas y de las otras. Por eso trataremos de respetar
vuestro descanso sin eludir nuestra responsabilidad de brindar información y,
en la medida de lo posible, contribuir a echar un poco de luz sobre la complejidad del tiempo que nos toca vivir.
Esta vez intentaremos reflexionar sobre los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU).
Vayamos al grano. La Constitución de la Nación Argentina establece en
su Capítulo Tercero, Atribuciones del Poder Ejecutivo, que el presidente de la
Nación “Participa de la formación de las leyes con arreglo a la Constitución,
las promulga y hace publicar. El Poder Ejecutivo no podrá en ningún caso
bajo pena de nulidad absoluta e insanable, emitir disposiciones de carácter
legislativo”.
Solamente –expresa el texto constitucional– cuando circunstancias excepcionales hicieran imposible seguir los trámites ordinarios previstos
por esta Constitución para la sanción de las leyes, y no se trate de normas
que regulen materia penal, tributaria, electoral o el régimen de los partidos políticos, podrá dictar decretos por razones de necesidad y urgencia,
los que serán decididos en acuerdo general de ministros que deberán refrendarlos, conjuntamente con el jefe de gabinete de ministros.
Más adelante y para establecer los límites a esta atribución presidencia, la
Carta Magna indica que…
El jefe de gabinete de ministros personalmente y dentro de los diez días
someterá la medida a consideración de la Comisión Bicameral Permanente, cuya composición deberá respetar la proporción de las representa[ 98 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
ciones políticas de cada Cámara. Esta comisión elevará su despacho en un
plazo de diez días al plenario de cada Cámara para su expreso tratamiento, el que de inmediato considerarán las Cámaras.
Al respecto y sin abundar en tecnicismos jurídicos –aclaramos que no
somos constitucionalistas, sino ciudadanos de a pie– viene a cuento una opinión del doctor Raúl Zaffaroni, ex ministro de la Corte Suprema de Justicia,
en una reciente entrevista periodística realizada por Martín Granovsky en la
edición de Página 12 del domingo 10 de enero de 2016. En ese reportaje, el
periodista expresa que “Los decretos de necesidad y urgencia transformaron
a los ciudadanos en constitucionalistas. ¿Cómo hay que leer e interpretar la
Constitución? Y Zaffaroni responde:
Con sentido común, que es la famosa “racionalidad”. Las autoridades democráticas pueden hacer muchas cosas. Pueden elegir hacer unas cosas y
no hacer otras. Esto se llama política. Pero lo que no pueden hacer es justamente “hacer cualquier cosa” y menos invocar necesidades que no existen.
Claro como siempre, este prestigioso abogado sigue reflexionando y se
pregunta:
¿Me puede alguien decir qué urgencia pública hay en pasar la interceptación de comunicaciones telefónicas de la Procuración a la Corte Suprema?
¿Acaso no se están realizando correctamente como lo solicitan los jueces?
¿Ha habido denuncias de jueces porque la Procuración no intervino los
teléfonos solicitados?
La conclusión luego de este y otros razonamientos es que, cuando un
decreto de necesidad y urgencia no responde a ninguna necesidad ni urgencia,
no es constitucional, porque es una simple ley dictada por el Poder Ejecutivo,
al que le está prohibido legislar.
En referencia a esta modalidad del nuevo gobierno, asumido en el marco
de elecciones libres y democráticas, otros analistas sostienen que, más allá
de las promesas electorales y las críticas de autoritarismo hechas a la gestión
anterior, la gestión de Cambiemos y de su presidente, Mauricio Macri, quieren modificar las reglas de juego y generar hechos irreversibles antes de que
el Congreso pueda ponerse en marcha y que la oposición peronista salga del
[ 99 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
impacto que le generó la derrota electoral sumiéndola en un profundo letargo,
profundizando sus contradicciones internas e impidiéndole, al menos por el
momento, reaccionar de manera coherente y eficaz.
Veremos qué ocurre en las semanas y los meses venideros. Mientras tanto,
¿dónde quedaron el diálogo, la construcción del consenso y el respeto por la
libertad de expresión?
[ 100 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
Grageas (V)
Ni Una Menos
Este miércoles 19 de octubre los varones bien nacidos tenemos que solidarizarnos con el paro de las mujeres bajo la consigna “Ni una menos, vivas
las queremos”.
Más aún, tenemos que decir “Basta a la violencia de género”, para erradicar la cultura machista y patriarcal.
En esta lucha debemos estas juntos, mujeres y varones, porque forma parte de nuestro deber ético y moral para construir una sociedad justa, humanista
y solidaria.
(Página FB, 18-10-16)
“Democracia” según varios autores
Abraham Lincoln definió a la democracia como “el gobierno del pueblo,
por el pueblo y para el pueblo”.
Otros pensadores sostuvieron que “democracia es vivir juntos los que somos diferentes”.
También se dijo que “gobernar es crear trabajo” y “gobernar es resolver los
problemas de la gente”.
Mauricio Macri no opina lo mismo. Mucho menos Gerardo Morales.
(Página FB, 13-12-16)
[ 101 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
Bichos y billetes
El presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger presentó el nuevo billete de 200 pesos con la imagen de la ballena franca austral. Ya no habrá
más próceres en el papel moneda - según explicó el funcionario - porque esta
nueva versión tiene conceptos más interesantes y positivos como “la alegría y
la liviandad”.
Le faltó decir que gracias a la política económica y social de Cambiemos
dentro de un tiempo emitirán billetes con la imagen de la “viuda negra” (araña
de las más venenosas), los escorpiones y otros bichos ponzoñosos. Y si continúa la inflación, como hasta ahora, el billete de $5.000.- tendrá el retrato de
Drácula.
(Página FB, 26-10-17)
[ 102 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
LOS QUE HACEN HISTORIA
Nadie puede pronosticar los años que faltan
para llegar a la sociedad realmente humana,
pero ya el solo hecho de estar en el camino
de la lucha para lograrlo hace a nuestra dignidad,
nos eleva como hombres y nos hace sentir felices,
porque sabemos que estamos aportando
a ese futuro de paz, justicia e igualdad, y que
la victoria llegará y nuevas utopías aparecerán.
Floreal Gorini
(Del discurso pronunciado en el 45º Aniversario del IMFC)
[ 103 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
El código de la cooperación
Estimados lectores y lectoras: pónganse cómodos, tomen lápiz y papel y
prepárense para escribir las claves de una experiencia exitosa. En las líneas que
siguen ustedes encontrarán el verdadero código –que a partir de ahora dejará
de ser secreto– para construir una buena cooperativa y, por extensión, también
les daremos las pistas infalibles para gestar una sociedad más justa y solidaria.
No estamos exagerando. Es bastante sencillo. Pero eso sí, hay que respetar
los tiempos de maduración, estar atentos a la combinación exacta de todos los
componentes y cultivar la paciencia, la perseverancia y otras virtudes. Cualquier apresuramiento puede ser fatal.
Vamos al grano. La primera condición es tener un grupo de personas
dispuestas a trabajar por un mismo objetivo. Como suele decirse, hombro con
hombro y codo a codo. Es muy importante que todos y todas tengan claro
el proyecto. Más todavía: es indispensable que sean autores y actores de la
iniciativa. Que se dispongan a poner manos a la obra, disfrutar de los logros y
hacerse cargo de las mil y una dificultades.
Es importante que los iniciadores de una construcción como esta tengan
claro que nadie hará por ellos lo que no hagan por sí mismos. Nos referimos,
por cierto, a la cooperativa y también a un proyecto de nación que asegure el
bienestar para todos sus habitantes.
Ahora bien, la experiencia indica que a poco de andar comienzan las dificultades. Una cosa es el plan diseñado en el papel y otra cosa es el escenario de
la vida real. A cada paso surgen desafíos, amenazas, problemas de todo tipo. Por
ejemplo, la desmotivación de los participantes. El desánimo. La tentación de
avanzar por el camino más corto, que no siempre es el más acertado. Los intentos de resolver las necesidades individuales a expensas de los demás o, peor aún,
contra los intereses del grupo. El egoísmo y el sálvese quien pueda, que le dicen.
O sea, la carga cultural que arrastramos durante los últimos siglos de la historia
de la humanidad, más la sobredosis agregada en tiempos del pensamiento único
y el modelo paleo-liberal (sí: leyeron bien, porque de neo no tiene nada).
[ 104 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
Estos problemas y tropiezos requieren soluciones oportunas y eficaces, muchas de ellas conocidas y otras que deberán elaborarse con imaginación, creatividad y una pizca de audacia. Pero en ambos casos, lo importante
es que sean el fruto de decisiones colectivas y encaradas por todos los integrantes del emprendimiento. Nos referimos, concretamente, a la práctica de
la democracia, generando los espacios indispensables para que los asociados
de la cooperativa –o los ciudadanos y ciudadanas de la república– tengan la
oportunidad de dar a conocer sus puntos de vista y sean partícipes de la construcción del consenso.
El método más eficaz para ello es el diálogo, palabra ésta que se dice con
frecuencia, pero que no siempre se ejercita respetando su real significado. En
tal sentido, les recomendamos que tomen nota también de esta definición y,
sobre todo, que procuren aplicarla con la mayor frecuencia posible:
Dialogar significa salir del punto de vista de uno para entender al otro
y regresar a la propia identidad después de haber hecho el esfuerzo por
entender la ajena. Esta es la condición necesaria para crear una nueva
realidad humana.
El debate franco y constructivo es enriquecedor, aunque no siempre se
logre la coincidencia de inmediato. Como dijimos anteriormente, hay que
cultivar la paciencia y la perseverancia. No perder de vista el objetivo. De lo
contrario, no es posible avanzar en unidad, mantener el rumbo hacia el cumplimiento de la misión trazada.
Aceptar y ejercer esta modalidad de trabajo requiere tiempo. Hace falta
mucha educación, lo cual no puede resumirse tan solo a la lectura –que de
por sí es indispensable–, sino a un proceso de desintoxicación para expurgar
los disvalores del individualismo, la ruptura de los lazos solidarios, la falta de
respeto al prójimo, el desinterés por la naturaleza y tantos otros males que la
cultura dominante nos ha ido inoculando a diario, la mayoría de las veces, en
forma imperceptible.
Al mismo tiempo, debemos incorporar y cultivar los valores de la ayuda
mutua y el esfuerzo propio, de la solidaridad, del amor al diferente, pero no
como el recitado mecánico de los mandamientos, sino con la convicción de
que esa es la conducta correcta.
[ 105 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
Esto que se formula en apretada síntesis, es nada más y nada menos que
una parte sustantiva de la batalla cultural. Y no caben dudas que lograr resultados llevará su tiempo, pero no existe otra alternativa.
Volvemos a insistir en una cuestión vital: la creación de una cooperativa o
la transformación integral de la sociedad, deben ser producto de una decisión
meditada, compartida y asumida por los protagonistas; en un caso los asociados y en el otro, el pueblo en su conjunto.
La experiencia acumulada por el Instituto Movilizador en casi medio siglo de existencia, al igual que la de todo el cooperativismo mundial, confirman
la validez y sabiduría del principio que establece la “adhesión libre y voluntaria”. Y es oportuno subrayar la vigencia de esta regla de oro en vísperas de
celebrar el Día Internacional de la Cooperación, ya que la vulneración de este
precepto, sin perjuicio de todos los demás, conduce inexorablemente al fracaso.
Principios, valores, democracia, eficiencia, proyecto viable y voluntad asociativa son requisitos esenciales para llevar a cabo una experiencia cooperativa exitosa. Estos ingredientes teóricos y prácticos deben ser compartidos por
los artífices y destinatarios del emprendimiento, quienes tendrán que tomar las
medidas apropiadas para mantenerlos vivos y transferirlos a las generaciones
futuras. Después de todo, una empresa asociativa y solidaria no se hace de un día
para el otro, lleva tiempo y pretende perdurar para siempre. Igual que una nación.
[ 106 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
Con vocación transformadora
La historia de los Pioneros de Rochdale, fundadores de la primera cooperativa de consumo en 1844, es un ejemplo de perseverancia frente a la crisis de
la economía inglesa en plena Revolución Industrial. Entonces, un grupo de
28 trabajadores (27 hombres y una mujer), trabajadores de la industria textil
de la ciudad que se habían quedado sin empleo tras una huelga, constituyeron
una empresa que denominaron Sociedad Equitativa de los Pioneros de Rochdale, con un fondo al cual aportó cada uno la cantidad de 28 peniques.
Algo parecido, aunque en una escala mucho menor, a lo que ocurre en el
presente: cierre de empresas, pérdida de la fuente de trabajo y marginación social.
Aquellos precursores del cooperativismo contemporáneo se organizaron solidariamente para enfrentar la adversidad. Y lo lograron, pero más allá del éxito
obtenido, su objetivo estratégico era transformar el mundo.
En eso radica la esencia del movimiento cooperativo, para quienes somos
fieles al legado de sus iniciadores e inspiradores intelectuales. Pensadores como
Tomás Moro, Charles Fourrier y Robert Owen, entre otros, imaginaron un
mundo de hombres y mujeres libres, donde cada uno aportara a las necesidades
colectivas según su capacidad y recibiera de acuerdo con sus necesidades.
Para ello diseñaron formas de organizar la producción, distribución y comercialización de bienes y servicios en función de satisfacer las demandas del
conjunto de los asociados y la comunidad.
El fin perseguido no era –no lo es tampoco en la actualidad– la obtención
del lucro, es decir, la renta del capital, sino la prestación de un servicio.
Este enfoque profundamente humanista no es una utopía imposible de
alcanzar, sino un desafío para las generaciones actuales y futuras. Porque ante
la crisis civilizatoria que vive la sociedad humana en su conjunto, donde el
uno por ciento de la población concentra la riqueza equivalente o mayor que
la del noventa y nueve por ciento restante, hace falta pensar seriamente en un
cambio de fondo.
[ 107 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
El cooperativismo aporta principios, valores y realizaciones exitosas que
demuestran la viabilidad de otro paradigma claramente diferenciado del perverso modelo neoliberal.
Para salvar al mundo hay que cambiarlo con la prédica y el ejemplo,
participando activamente en la batalla cultural, fortaleciendo la integración
institucional y operativa de las empresas cooperativas, estableciendo alianzas
con las múltiples organizaciones de la sociedad civil y acumulando la mayor
energía posible para transformar la realidad.
[ 108 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
Mis maestros judíos
Cuando comencé a escribir esta líneas me acordé del título de un hermoso libro que leí cuando era joven (más joven que ahora). Me refiero a la
bella novela de Howard Fast Mis gloriosos hermanos.
En este caso sería presuntuoso hablar de mis hermanos, porque los cuatro personajes que recordaré con profundo afecto en esta oportunidad fueron
verdaderos maestros. Ellos ejercieron una enorme influencia en más de una
generación de dirigentes cooperativistas. Y lo hicieron con su abnegación, su
compromiso con los más nobles ideales solidarios y con una conducta intachable. Si bien ninguno de ellos practicaba los preceptos religiosos (todos
eran profundamente laicos), tenían la sabiduría heredada de las antiguas tradiciones del pueblo judío y ejercían una eficaz forma de docencia a través de
la palabra y el ejemplo.
Me refiero a Tobías Fainberg, Meyer Dubrovsky, Jacobo Laks y Aarón
Gleizer. Entrañables compañeros con los que tuve la suerte y el honor de compartir muchos años de militancia en el movimiento cooperativo.
Don Tobías, como le decíamos con cariño y respeto a Fainberg, fue uno
de los constructores de la Primera Caja Mercantil, una cooperativa de crédito
fundada en 1918, que a partir de 1979 se convirtió en la Filial Villa Crespo del
Banco Credicoop.
Como tantos otros paisanos inmigrantes, llegó a nuestro país cargado de
esperanzas y huyendo de los pogroms y la represión política de su Polonia natal.
Nunca logró dominar el castellano, pero tenía ideas claras y siempre bregó
por una sociedad con justicia social y respeto por la diversidad. Bajó del barco
que lo trajo de la lejana Europa con firmes convicciones socialistas y la experiencia viva del cooperativismo, concebido como una verdadera herramienta
transformadora de la sociedad.
Llevaba en su cuerpo las huellas de los golpes recibidos por las fuerzas
policiales que reprimían a los luchadores populares y con especial ensañamiento a los judíos. Algo que se reprodujo en nuestro país durante la última
dictadura cívico-militar-eclesiástica.
[ 109 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
Don Tobías tuvo gestos y actos notables, como cuando siendo dirigente
del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, allá por los primeros
años de la década del 60, tomaba su valija (“el valijo”, decía con su simpático
acento) y se iba a cobrar las deudas que algunas cajas de crédito remolonas
tenían con la tesorería del IMFC.
Bello personaje el recordado Fainberg, cuyo nombre figura en una de
las salas del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini, porque dejó
su marca imborrable en la memoria colectiva de quienes formamos parte de
esta noble institución.
Otro de los entrañables maestros judíos fue Meyer Dubrovsky. Orador
brillante y apasionado, autodidacta, nacido en una colonia judía de la provincia de Santa Fe (Las Palmeras, para ser más preciso), Meyer fue otro de
los grandes dirigentes del Instituto Movilizador.
Tenía un manejo extraordinario de la oratoria, a tal punto que conmovía
a los auditorios con las palabras adecuadas y la inflexión exacta de la voz.
Siempre recordaba su juventud en pleno campo, en la llamada “Pampa
gringa”, donde participó en la fundación de SanCor, la gran cooperativa
productora de leche y derivados, hacia fines de 1930.
Uno de sus rasgos distintivos fue el interés por la problemática social
y política, por aquello de que “nada de lo humano le resultaba ajeno”. Y se
conmovía frente a la injusticia y la desigualdad.
Su nombre también está presente en una de las aulas del CCC, como
un legado para las nuevas generaciones de investigadores en el campo de las
ciencias sociales y, obviamente, para los militantes cooperativistas.
Jacobo Laks, de quien se cumplirán en el mes de mayo próximo veinte
años de su partida, fue un dirigente brillante y de una simpatía superlativa.
Nacido en la provincia de Tucumán, conservó durante toda su fecunda
existencia ese acento tan distintivo que enriquecía sus magníficas disertaciones.
Jacobo fue un gran lector, hombre de amplia cultura general y profundo
conocimiento de la economía, dada su formación profesional como contador público y licenciado en dicha disciplina.
Durante décadas fue uno de los hombres claves del Instituto Movilizador, en cuyo Consejo de Administración se desempeñó como tesorero y,
posteriormente, honrando el cargo de presidente.
En este punto cabe señalar que, tanto a él como a otros memorables diri[ 110 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
gentes, les tocó conducir a la entidad en momentos extremadamente difíciles
para la vida política de nuestro país. Me refiero a las dos dictaduras que abarcaron los períodos 1966-1973 y 1976-1983, además de la década perdida por
la sobredosis neoliberal de los 90. Había que tener mucha claridad y enorme
capacidad de decisión, para sortear los innumerables obstáculos que tuvo el
movimiento cooperativo de crédito y lograr su continuidad y fortalecimiento.
Jacobo era de esa estirpe: inteligencia y voluntad puesta al servicio del proyecto colectivo. Con mucha emoción recuerdo infinidad de momentos compartidos con él, de quien debo decir que fue uno de mis grandes maestros judíos.
Y completo esta evocación con otro compañero maravilloso. Un ser humano de cualidades extraordinarias, poseedor de una memoria sorprendente y
una capacidad analítica pocas veces vista. Me refiero al querido Aarón Gleizer,
durante décadas asesor de la presidencia y la gerencia general del IMFC, unode
los profesionales que más conocía la doctrina, la normativa y la administración
de las cajas de crédito cooperativas y del sistema financiero en su conjunto.
Contador Público y Licenciado en Economía recibido en la UBA con
medalla de oro, Aarón fue mi primer jefe cuando ingresé al Instituto Movilizador, el 16 de enero de 1970.
Por entonces yo era un muchacho veinteañero y Aarón ya era un hombre clave a la hora de dar una opinión y emitir un dictamen.
Entre otras cualidades, además de su sabiduría, Gleizer tenía un sentido
del humor maravilloso, capaz de convertir una circular del Banco Central de
la República Argentina en un texto hilarante.
Su nombre y el de Jacobo Laks también forman parte de la historia y la
sede del IMFC y su Centro Cultural de la Cooperación.
Los cuatro, Don Tobías, Meyer, Jacobo y Aarón fueron personalidades
sobresalientes en los suyo, y con el denominador común de su identidad judía. Tanto cuando afloraban los incomparables dichos en idish –con acento
ruso, polaco o galitzianer–, como en el manejo de la picardía y esa sabiduría
milenaria de la que hablaba párrafos atrás.
A estos maestros de la vida les rindo un permanente homenaje y por
eso me pareció oportuno compartir sus semblanzas con los compañeros y las
compañeras del Llamamiento Argentino Judío.*
*Edgardo Form integra el Llamamiento Argentino Judío
[ 111 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
El cooperativismo que bajó de los barcos
A vuelo de pájaro
“Gobernar es poblar”, había dicho Juan Bautista Alberdi, autor intelectual de la Constitución Argentina de 1853. Su frase más famosa es la que
mejor sintetiza la política demográfica implementada por sucesivos gobiernos
argentinos, a partir de la segunda mitad del siglo XIX. Inicialmente, se aspiraba a promover una inmigración europea constituida preferencialmente por
anglosajones, alemanes, suecos y suizos. Quizá la primera camada de colonos
suizos, alemanes, franceses y belgas que llegaron a la provincia de Santa Fe
en 1856 para fundar Esperanza, la primera colonia agrícola del país, hayan
advertido a sus parientes y amigos del Viejo Continente que la posibilidad de
“hacer la América” era en realidad una quimera.
Entonces, para decepción de la clase oligárquica criolla, los inmigrantes
anhelados se abstuvieron de llegar en masa a estas tierras del Plata. En su
lugar, amuchados en las cuchetas de los barcos, llegaron camadas de italianos
y españoles, alemanes y eslavos de origen judío y nativos de Medio Oriente
(árabes y sefardíes), corridos por sucesivas hambrunas, guerras, pogromos o
persecuciones políticas, con mochilas donde traían elementos de trabajo y
también su propia cultura y la memoria de heroicas aunque anónimas luchas.
Esas sucesivas corrientes inmigratorias produjeron en la Argentina una
honda transformación. Datos contundentes dan cuenta de la nueva composición demográfica del país: de los 437.875 habitantes de Buenos Aires en
1887, 228.651 eran extranjeros. El proyecto liberal de la generación del 80
se resquebrajaba en su contacto con la realidad concreta. Sin una política
agraria progresista, los contingentes que llegaban a estas tierras se vieron
obligados a concentrarse en los grandes centros urbanos. Sus sueños de paz,
pan y trabajo se disolvían en la hostilidad de una estructura social que no
propiciaba los proyectos de realizaciones individuales y colectivas, sobre
todo ante políticas que fueron persecutorias y expulsivas, como respuesta
[ 112 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
de las primeras manifestaciones de resistencia por parte de la nueva clase
obrera. El pico de intolerancia del régimen conservador tuvo su exponente
en la represión y en la Ley Nº 4144, llamada “de Residencia”, promulgada
en 1912.
La dolorosa inserción
El trauma de la inserción fue por mucho tiempo una herida abierta, y el
teatro, el tango, la literatura y el cine de un largo período encontraron motivos inspirados en el drama del desarraigo. En aquel contexto perturbador, de
grandes contradicciones sociales, económicas y culturales, nacen los primeros
sindicatos obreros y los partidos políticos. También el cooperativismo.
Si bien todavía incipientes, las ideas gestadas en Rochdale a mediados
del siglo XIX iban arribando al Río de la Plata, de la mano de aquellas oleadas
de inmigrantes que comenzaban a formar sus organizaciones mutuales y cooperativas. Para dar unos pocos ejemplos, en Buenos Aires nacen Unione e Benevolenza (1858) y la Sociedad Filantrópica Suiza (1861). Al implantarse el
objetivo del socorro mutuo, en 1883 una sociedad filarmónica boquense completó su nombre por el de Sociedad Cosmopolita, Filarmónica y de Socorros
Mutuos José Verdi, y nombró al maestro Verdi como presidente honorario.
El Centro Asturiano, fundado en 1913, surge como Asociación de Socorro
Mutuo, Previsión, Beneficencia, Cultura, Recreo y Deportes.
En 1898 colonos franceses fundaron El Progreso Agrícola de Pigüé, con
el objeto social de dar, entre otras prestaciones del rubro, cobertura del riesgo de granizo sobre los sembrados. En 1905, el doctor Juan B. Justo, líder
del Partido Socialista, funda en Buenos Aires El Hogar Obrero. También
a principios de 1900 se constituye el Fondo Comunal en Villa Domínguez,
provincia de Entre Ríos.
En 1912 estalla el Grito de Alcorta, rebelión agraria de pequeños y medianos arrendatarios rurales contra los grandes terratenientes. El movimiento,
que sacudió el sur de la provincia de Santa Fe y se extendió por toda la región
pampeana, marcó la irrupción en la política de los chacareros (en su mayoría
italianos y españoles), dio origen a la Federación Agraria Argentina, y con ella,
la expansión del cooperativismo agrario en nuestro país.
[ 113 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
A la vez, en el seno de las colectividades entrerrianas formadas por los
legendarios gauchos judíos que tan bien retrató el escritor Alberto Gerchunoff, nacieron las primeras cooperativas agrícolas; entre ellas, la de La
Capilla, de 1913. Recuerda el historiador Daniel Plotinsky13 que integraban
su primer consejo de administración un zapatero, un verdulero, un tipógrafo,
un carpintero, un herrero y un funcionario del Fondo Comunal. Pocos años
más tarde, en 1918, abría sus puertas en el barrio porteño de Villa Crespo la
primera cooperativa de crédito urbana: la Primera Caja Mercantil.
Nace el IMFC
Las nuevas entidades, que mezclaban características mutuales y cooperativas, operaban con cajas de ahorro y otorgaban créditos; en el ámbito rural, a colonos y arrendatarios y, en el urbano, a artesanos, obreros de distintas
especialidades, profesionales y pequeños comerciantes. El ascenso económico de los sectores que las habían creado, planteó la necesidad de una nueva
operatoria que permitiera ampliar la gama de servicios financieros que los
bancos tradicionales jamás prestaban a a pequeños y medianos empresarios,
y también a profesionales y trabajadores.
El 23 de noviembre de 1958 se funda el Instituto Movilizador de Fondos
Cooperativos, una entidad federativa, o cooperativa de segundo grado. Eran
cuatro los objetivos fundacionales:
• Difundir los principios y valores de la cooperación.
• Representar sus cooperativas asociadas ante los poderes públicos.
• Promover la creación de cooperativas.
• Movilizar, a través de una red solidaria, los fondos ociosos de las cajas
de crédito cooperativas, desde unas regiones del país hacia otras, según
los requerimientos estacionales de la actividad económica.
A partir de su creación, el IMFC dio un impulso decisivo a las cajas de
crédito cooperativas. Se abría una nueva etapa, caracterizada por una verda13 Plotinsky, Daniel, “Fomento al desarrollo”, Revista Acción, Nº1144, 2ª quincena de abril
de 2014, págs. 32 y 33.
[ 114 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
dera explosión en el número de entidades y en su dispersión geográfica. Al
momento de su creación, sólo existían en el país algo más de cien cooperativas de crédito, en general, pequeñas y vinculadas a colectividades extranjeras.
El funcionamiento de Instituto permitió disponer del 10% del total de
los depósitos del sistema financiero, que las cooperativas canalizaron hacia la
financiación de pequeñas y medianas empresas, cooperativas de otras ramas,
entidades de carácter social (como, por ejemplo, clubes de barrio y entidades
promotoras de cultura) y asociados particulares. A sólo ocho años de la aparición del IMFC en el sector bancario, se habían constituido en 1966 más
de 800 cajas cooperativas de crédito, a lo largo y a lo ancho del país. El crecimiento de esa actividad resultó intolerable para los sectores de poder, tanto
económico como financiero.
Hostigamiento y victoria final
Con el golpe de Estado de 1966 liderado por el general Juan Carlos
Onganía, el cooperativismo fue puesto en jaque en su doble carácter: como
empresa financiera dedicada al desarrollo de un sector que no tenía cabida
en los grandes intereses económicos que habían motorizado la destitución
del presidente Arturo Umberto Illia, y como movimiento social. El nuevo
ministro de Economía, Adalbert Krieger Vasena, proponía congelar las actividades sociales y políticas del IMFC, y marcar la intervención del Banco
Central en las cajas con el implícito objetivo de asfixiarlas. La abusiva detención de todos los integrantes de su Consejo de Administración no amedrentó a los dirigentes cooperativistas, dispuestos a resistir para preservar
la sobrevivencia de las cajas cooperativas. Pero, como consecuencia de ese
período nefasto, del total de casi mil cajas de crédito existentes a mediados
del 66, sobrevivieron 450.
En 1976, otra dictadura –la más sangrienta de la historia argentina, y
autodenominada Proceso de Reorganización Nacional–, mediante la “Ley”
de Entidades Financieras, prohibió en 1977 la operatoria de las cajas de
crédito. Las cabezas visibles del Poder Ejecutivo de facto eran Jorge Rafael
Videla –Comandante General del Ejército–, Emilio Eduardo Masser –Comandante General de la Armada– y Orlando Ramón Agosti– Comandante
[ 115 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
General de la Fuerza Aérea. Tras ellos operaba el poder civil empresarial,
representado por el ministro de Economía Alfredo Martínez de Hoz, revestido de superpoderes y con estrechos lazos con el Imperio.
Para el nuevo gobierno dictatorial, además de la incómoda competencia
de las cajas con la banca tradicional, el modelo desarrollado por el IMFC
para administrar los ahorros populares y otorgar créditos orientados al fortalecimiento del mercado interno, resultaba un ejemplo también irritante de
la gestión democrática del Instituto, por ser incompatible con un sistema de
privilegio y concentración de la riqueza.
Fue preciso aguzar el ingenio y encontrar formas creativas de lucha que
reemplazaran las movilizaciones callejeras y los festejos del Día Internacional de la Cooperación, usualmente en un Luna Park rebosante de afiliados y
amigos. Así, cuatro páginas diarias de una solicitada publicada en el diario
Clarín durante cuatro jornadas sucesivas cumplieron con el ejercicio de la petición y dieron un eficaz resultado; en el texto de aquella “Ley” de Entidades
Financieras, se incluyó la forma jurídica cooperativa como una de las variantes
posibles para operar en el sector bancario.
Así, entre 1977 y 1978, se crearon 76 nuevos bancos cooperativos que, sumados a los nueve preexistentes, totalizaron 85, como producto de una victoria casi de epopeya, arrancada al poder dictatorial en sus años más virulentos.
Sintetiza así Daniel Plotinsky lo que siguió:
Sin embargo, y como respuesta a una serie de acciones públicas promovidas por el movimiento nucleado en torno al IMFC, [el gobierno de la
dictadura] autorizó su transformación en bancos comerciales bajo forma
cooperativa. En ese marco, la mayoría de las entidades se fusionaron para
dar lugar a bancos cooperativos, iniciando un proceso que culminó con la
fundación del Banco Credicoop, en el que “sobreviven” hoy [en 2014] 117
de aquellas antiguas cajas de crédito.
En ese período tan cruel e intrincado de la historia política y económica argentina, el Instituto, apelando a la capacidad de resistencia ya experimentada, defendió las cooperativas que consiguieron superar las normas
restrictivas aplicadas por el Banco Central, abordó incluso la creación de
nuevos servicios para proseguir la atención de los asociados, e intensificó
una labor educativa y de divulgación doctrinaria para mantener la integra[ 116 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
ción del sector, y fortalecer la adhesión de dirigentes, asociados, funcionarios
y empleados a sus entidades y al IMFC.
La etapa de los años 90 fue de fuerte concentración y extranjerización
de la economía argentina, que parece tener hoy su reflujo. Actualmente, sólo
quedan dos bancos cooperativos en nuestro país: el Banco Empresario de Tucumán y el Banco Credicoop. Este último, fundado el 19 de marzo de 1979,
es al presente el banco cooperativo más grande de América Latina.
En el plano de la integración regional y operativa, desde 1974, el IMFC
participa activamente en la Alianza Cooperativa Internacional (ACI), y a comienzos de los años 90 contribuyó a la formación del Comité Regional Bancario de la ACI para América Latina.
Nuestra entidad cree interpretar las razones profundas que un siglo y
medio atrás dieron nacimiento al cooperativismo mundial: su marcado
carácter anticapitalista, sus firmes convicciones de justicia social, su vocación humanista; todos ellos, valores de hondo contenido político. Su
doble carácter de empresa no lucrativa y movimiento social define la
experiencia. La forma cooperativa de organización económica agrega la
participación consciente en la toma de decisiones y éste es un atributo
significativo al momento de pensar una nueva sociedad.14
14 Cooperativas y política. La experiencia del Instituto Movilizador de Fondos Cooperati-
vos. Octubre de 2000.
[ 117 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
El cooperativismo que tiene sus raíces
en la américa profunda
El Imperio Inca fue el dominio más extenso de la América precolombina;
se desarrolló desde el sur de la actual Colombia hasta la zona central de Chile,
y llegó hasta Mendoza, en Argentina. Su historia es tan rica que no deja de
sorprender. El ayllu es la célula social de los pueblos andinos. Es previo a la
instalación del incario y su raíz es aymara. En sus orígenes, consistía en la familia gobernada por el anciano padre como el jefe. Evolucionó en cierta etapa
hacia la pachaka, unidad de cien familias que conformaban lo que hoy se conoce
como “ayllu llakta” o comunidad, y siempre conservó una serie de principios
fundantes como el concepto de familia, la religión, las formas de propiedad, el
aprovechamiento de la tierra, el cooperativismo. El jefe político y administrativo
del ayllu era el curaca; él y su familia formaban la única nobleza.15
Las relaciones sociales dentro del ayllu eran semejantes a las de una comunidad sin clases y sin propiedad privada. Era de práctica el intercambio
de productos y compartir los excedentes de las cosechas a través de la minka,
principal institución de reciprocidad indígena y una de las bases fundamentales de la organización social, sustentada en el trabajo solidario del colectivo
con el fin de ejecutar una obra común.
Sobre esos cimientos, los incas desarrollaron diversas técnicas y herramientas de cultivo, que se adecuaban a las condiciones naturales de cada ambiente. El trabajo comunitario garantizó la alimentación de todos y permitió
obtener excedentes que se almacenaban en los depósitos reales, a los que se
recurría en ocasión de flacas cosechas, y se enviaban como ayuda solidaria a las
regiones castigadas por fenómenos naturales. De esta manera, la subsistencia
del pueblo estaba garantizada.
15 N. del E. Túpac Amaru, ejecutado en el virreinato del Perú por el imperio hispano en
1781, era jefe de tres ayllus. Lideró la mayor rebelión anticolonial que estalló en Nuestra
América en el siglo XVIII.
[ 118 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
El poderío del Incario se asentó en la agricultura y la industrialización de
recursos naturales; en ese país no se conocían el hambre ni la miseria, tampoco la desocupación. La propiedad del usufructo era mixto, las aguas eran de
dominio público, los cultivos se ofrendaban primeramente al sol y los dioses;
después se atendían necesidades de viudas, huérfanos, ciegos, después las del
pueblo todo, luego, las de los funcionarios y altas autoridades. Por último, la
población tributaba su ayni al monarca.
En el siglo XXI, el Estado Plurinacional de Bolivia recupera y recrea
esas bases en su Constitución, promulgada en 2009 durante la presidencia
de Evo Morales, con el expreso compromiso de promover la organización
económica comunitaria, entendida esta como aquella organización fundada
en los principios y visión propios de las naciones y pueblos indígena-originario-campesinos. Está inspirada por el Buen Vivir, pensamiento colectivo que
implica las relaciones armónicas con los otros y con la naturaleza. La relación
con la vida es una sabiduría colectiva, es decir, no patentada, y de la que nadie
puede intentar apoderarse. El pensamiento es también colectivo porque la
vida es colectiva y planetaria.
Este brevísimo vuelo sobre un aspecto de la historia de uno de nuestro
pueblos originarios, nos permite concluir que en el mundo, y desde el fondo
de la historia, cohabitaron y cohabitan muy diversas tradiciones democráticas,
populares y transformadoras, y una de ellas es el cooperativismo, el que nació
en Rochdale y bajó de los barcos en el Plata, y el que hunde sus raíces en la
América profunda. Ambos pueden amalgamarse en una nueva cultura política que permita la construcción de un mundo mejor.
[ 119 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
Floreal Gorini, pionero del futuro
Revista Idelcoop, Nº 214.
Noviembre de 2014
“Floreal fue el maestro de varias generaciones
de dirigentes cooperativistas”
Usted integró el periódico Acción, conduce actualmente el programa Desde la
gente y tiene una relación cercana con la comunicación. ¿Cuáles eran las ideas que
Gorini tenía al respecto?
–Las ideas de Gorini en materia de comunicación están íntimamente emparentadas con lo que hoy es la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.
Veníamos de una normativa impuesta por la dictadura cívico-militar, la vieja
Ley de Radiodifusión, en la cual expresamente se prohibía la propiedad y la
gestión de los medios de comunicación audiovisuales a las entidades sin fines de
lucro. Las cooperativas estábamos proscriptas. Y Gorini hizo aportes, desde la
elaboración de proyectos de ley cuando fue diputado en 1994, pero era minoría
en ese momento y no había un gobierno con la decisión política para producir
una transformación profunda en ese campo. Con el asesoramiento de Roberto
Gómez, que era el director de Acción, y un conjunto de asesores y especialistas
en la materia, Gorini elaboró el proyecto que forma parte del archivo de sus
realizaciones en materia parlamentaria, más allá de que fueran o no aprobadas. Obviamente, era un parlamento donde la opinión de Gorini y lo que él
representaba estaba en franca minoría, pero eso no fue un obstáculo para que él
presentara proyectos y participara en los debates.
¿Tomó usted algunas enseñanzas sobre el paso de Gorini por el ámbito parlamentario para su propia experiencia como legislador porteño?
–Trato de mantener un estilo que implica el respeto por las personas, más
allá de la firmeza en la defensa de nuestras ideas, de nuestros proyectos. Por
otra parte, comprobamos que la conducta, la presencia, la participación, la re[ 120 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
gularidad en la concurrencia, la puntualidad, el cumplimiento de los acuerdos,
generan respeto, más allá de las diferencias.
Los años que tuve el honor, la suerte, la dicha de conocerlo y de escucharlo, fueron de aprendizaje permanente. Lo tenemos permanentemente presente en la orientación que nos marcó para toda la vida. Así como Gorini tuvo
respeto de los adversarios políticos, yo creo que esa conducta que tratamos de
mantener en nuestro caso, también es un motivo generador de respeto por parte
de los demás. Cuando ingresé en esta actividad política-partidaria-institucional,
procuré ser respetuoso de mi origen cooperativista, llevando adelante todos los
proyectos que están a mi alcance para impulsar la economía solidaria, las declaraciones de beneplácito o de interés por todo aquello que tiene que ver con el
cooperativismo, el mutualismo y la solidaridad aplicada a la actividad económica. De modo que, también aquí, las enseñanzas y los aprendizajes que hemos
recibido en nuestra convivencia, nuestra vida bajo la brillante conducción de
Floreal Gorini, es parte de nuestra formación y lo que tratamos de aplicar en
nuestra vida cotidiana.
¿Coincide usted con quienes dicen que él está permanentemente presente en la
cotidianidad del IMFC?
–Floreal fue el maestro de varias generaciones de dirigentes cooperativistas.
Humildemente, yo me siento uno de sus discípulos, de sus alumnos. Y cuando
tenemos que tomar decisiones o aportar opiniones en reuniones del Consejo
de Administración o en otras instancias, es inevitable que lo evoquemos y que
digamos “como diría Floreal, como hacía Floreal”. Siempre está presente. Los
años que tuve el honor, la suerte, la dicha de conocerlo y de escucharlo, fueron de
aprendizaje permanente. Por eso, al igual que muchos compañeros que hemos
tenido esa dicha, lo tenemos permanentemente presente, en la orientación que
nos marcó para toda la vida.
¿Cuál cree que es su legado al interior del movimiento nucleado en el Instituto y
para el movimiento cooperativo en general?
–Su legado es inmenso, porque él contribuyó a una definición doctrinaria
profunda al concebir a la cooperativa como un instrumento de transformación
social. Esa mirada del cooperativismo, que al principio era vista de una manera
muy crítica por sectores tradicionales del cooperativismo, con el tiempo fue,
y sigue siendo, un gran atributo. Porque, si hay algo que distingue la vida del
Instituto desde su fundación en 1958 hasta la actualidad, es la coherencia. Lo
[ 121 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
que decimos hoy es lo que hemos dicho toda la vida, más allá de los contextos
políticos. Y creo que esa es una de las grandes enseñanzas de Gorini: la firmeza
principista, la coherencia ideológica, la coherencia en la conducción institucional, la flexibilidad en las acciones, pero también una firmeza inquebrantable en
cuestiones de fondo que tienen que ver con los principios. Floreal era un hombre con gran capacidad para escuchar, para construir consensos, pero también,
en momentos difíciles en los que había que afirmar una postura, era mármol
inflexible. Había cuestiones en las cuales él no negociaba, no retrocedía. Aún en
los momentos más difíciles de la historia política que obviamente impactaron
sobre el Instituto, tuvo la inteligencia de sortear obstáculos enormes, como los
que impuso la última dictadura, pero sin abandonar los principios, es decir, con
inteligencia y apelando siempre a la gente, a los socios, a los dirigentes, a todo
el ámbito del movimiento. Fue un gran constructor. Entonces el legado que nos
deja no solamente es el prestigio acumulado por el Instituto a lo largo de su
historia, sino el compromiso de mantenerlo y asegurarlo para el futuro.
(Fragmento de la entrevista a Edgardo Form, realizada por Ana Laura López)
Una querida presencia
El 22 de noviembre de 2002, Floreal había inaugurado el edificio actual del
Centro Cultural de la Cooperación, que lleva su honroso nombre desde marzo
de 2005.
En 2014, al cumplirse diez años del fallecimiento de este notable líder sindical bancario, Diputado Nacional por el Partido Comunista, máximo dirigente
y constructor del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, fundador del
CCC y, en sus inicios, miembro de las Juventudes de Solidaridad con la República Española y la Juventud Antifacista, por iniciativa de Edgardo Form –a la
sazón, legislador del Partido Solidario en Nuevo Encuentro y dirigente cooperativista–, la Legislatura porteña sancionó por votación unánime la colocación
de una placa en el frente de la sede del Centro Cultural de la Cooperación,
Avenida Corrientes 1543. La placa contiene la leyenda:
Por sus aportes a la batalla cultural y a la promoción
de los valores de la economía solidaria.
[ 122 ]
�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
Solo apto para mayores
Advertencia: esta nota contiene comentarios que pueden motivar muchas
reflexiones entre los dirigentes cooperativistas más veteranos, razón por la cual
recomendamos su lectura y discusión.
Hecha esta salvedad, pasemos a considerar el motivo de la presente columna: ¿Qué debe hacer el movimiento cooperativo para incorporar a las jóvenes generaciones? ¿Cómo transmitir la mística de los pioneros y fundadores de
nuestras entidades, a la muchachada que se hará cargo de la conducción integral
de las cooperativas en los próximos años?
El tema no es una novedad. Prácticamente todos los Congresos de la ACI
o actos por el Día Internacional de la Cooperación incluyen a su término una
exhortación destinada a estimular la participación de los jóvenes y las mujeres.
Sin embargo, el tiempo pasa, nos vamos volviendo viejos –como dice la canción
de Pablo Milanés– y esta cuestión crucial para el futuro del movimiento aún no
se resuelve de un modo eficaz.
Obviamente, existen experiencias alentadoras en la materia, pero nos atrevemos a decir que aún son escasas. Lo que predomina es la dificultad para encontrar los caminos, las estrategias apropiadas y eficaces que les den respuesta
a estos grandes interrogantes. Por lo tanto, parece indispensable dedicarle un
especial esfuerzo de análisis al asunto, recurriendo al ensayo y el error si fuera
necesario, hasta obtener resultados que sean satisfactorios.
Sobre esto último nos parece oportuno señalar que un criterio de éxito sería
lograr, por ejemplo, que cada año se integren a los consejos de administración
uno o dos jóvenes como mínimo. Nos referimos a personas menores de treinta
y cinco o cuarenta años; es decir, con un amplio horizonte de crecimiento y
potencialidad, para recoger las experiencias de sus predecesores y comenzar a
demostrar sus aptitudes y destrezas desde ya. Lo mismo es aplicable a los equipos gerenciales y a las jefaturas intermedias.
A propósito, recuerdo una charla que dio Ivano Barberini, el presidente
de la ACI mundial recientemente fallecido, acerca del tema que nos ocupa. Él
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�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
explicaba en su disertación que una práctica muy generalizada en el movimiento
es promover a los cargos máximos de conducción a dirigentes que superan los
cincuenta o sesenta años, partiendo de la base que ya cuentan con suficiente
experiencia y conocimiento. Gran error, afirmaba Don Ivano. El momento óptimo para los ascensos es mucho antes, pero llevarlo a cabo implica un verdadero
cambio cultural en buena parte de nuestro movimiento cooperativo. (Y podríamos agregar que también hace falta en la mayoría de las organizaciones sociales
y los partidos políticos).
Los obstáculos culturales a los que nos referimos son muchos, pero si pretendemos superarlos habrá que hacer un autoanálisis personal y organizacional
a fondo. Habrá que identificar las trabas y luego comenzar a tomar medidas
para obtener las soluciones esperadas. En tal sentido, paso a enumerar una serie
de interrogantes y afirmaciones que pueden contribuir a esa reflexión.
Un primer aspecto es la forma en que las cooperativas se constituyen en
ámbitos atractivos para la juventud. ¿Cuáles pueden ser las motivaciones para
que un joven se acerque a la entidad? Es casi seguro que en una primera instancia, la gestión empresarial e institucional de la cooperativa no despierte el más
mínimo interés. Eso es cosa de grandes, podrán decir. Pero puede haber otros
caminos de acceso. La actividad cultural, por ejemplo. El otorgamiento de becas
para estudiar. Los concursos diversos que premien la creatividad. Los espacios
de discusión sobre temas candentes de la actualidad que impactan especialmente en la juventud: la seguridad, el porvenir, el primer trabajo, etcétera. La
promoción de viajes de estudio e intercambio, tanto en el orden nacional como
internacional.
Sin ánimo de agotar la lista de cosas que se pueden hacer, la idea es tender
puentes para que los jóvenes se acerquen, nos conozcan, comiencen a compartir,
pierdan los prejuicios o los temores, se familiaricen con la vida de la entidad que
le brinda energía eléctrica, telefonía, crédito u otro servicio a su familia. O sea,
formar el semillero de potenciales cooperadores activos, del cual es probable
que no surjan multitudes de líderes, pero será suficiente que un conjunto de
muchachos y muchachas comiencen a sentir y practicar la pasión por los principios y valores de la cooperación. Y luego, sin esperar demasiado hasta que ellos
estuvieran totalmente formados (algo que puede llegar a lograrse recién al final
de la existencia), hay que tener la audacia indispensable para ponerlos al frente
de responsabilidades más altas y complejas. Todo en una convivencia armónica
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�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
entre las distintas generaciones, de modo que se articule la sabiduría de los años
acumulados con la fuerza y el ímpetu propios de la etapa juvenil.
Motivación, estímulo, habitabilidad, educación, tolerancia, ensayo y error,
políticas a largo plazo y audacia serían, a nuestro entender, algunas de las claves
a tener en cuenta si queremos lograr una transferencia ordenada de nuestros
mandatos, para garantizar que se perpetúe la misión de las cooperativas. Esta es
una de las grandes tareas que no podemos dejar para mañana. Es aquí y ahora.
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�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
Grageas (VI)
Fidel
Tuve la oportunidad de conocer personalmente al Comandante Fidel Castro en La Habana, cuando se realizó el segundo encuentro internacional sobre
Globalización y Problemas del Desarrollo, en el año 2000.
Con posterioridad, en el 2003, cuando vino a nuestro país, tuvimos la suerte –cabe esa expresión– de estrecharle la mano tras la disertación que dio en la
escalinata de la Facultad de Derecho.
Pero más allá de estas vivencias personales, que tengo presentes como dos
momentos inolvidables, lo perdurable para siempre es el ejemplo de su conducta
coherente y consecuente por la dignidad de su pueblo y la emancipación de la
sociedad humana de la explotación capitalista.
¡Hasta la victoria siempre, Comandante Fidel Castro!
(Página FB, 26-11-16)
Una líder política auténtica
Cristina es una líder política de verdad, auténtica, y no está siendo perseguida por lavado de dinero, está siendo perseguida porque en los doce años
de gobierno kirchnerista en la Argentina, se afectaron intereses poderosos que
están cobrando venganza, y que quieren “un escarmiento” para que ciclos como
el que encabezaron Néstor y Cristina no vuelvan a repetirse.
(Página FB, 13-4-16)
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�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
INDICE
5 Prólogo. Carlos Heller
7 Edgardo Adrián Form. Hoja de vida
9
10
16
18
22
26
28
33
37
40
46
47
49
Ana María Ramb y Walter Alegre
Entrevista a Edgardo Adrián Form
Los jóvenes años
Visita a la Nicaragua sandinista
Epopeya del cooperativismo en dictadura
La batalla cultural
Desde la Gente
Nace el CCC
Los nuevos desafíos
Legado ético y vocación política
Labor en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires
Cactus, resistencia y derechos humanos
La economía solidaria bajo asedio
El Bauen, un ícono de la sociedad porteña
53
55
56
58
60
62
63
64
PENSAMIENTO CRÍTICO
Señora de ojos vendados
Señora de ojos vendados
A 20 años de la masacre de la AMIA. Justicia, justicia perseguirás
Dos x uno según el IMFC. No hay reconciliación sin verdad y justicia
Grageas (I)
El cuarto poder
“Crispación” y ética periodística
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�Edgardo Form. Un constructor. Ideales, realizaciones y futuro
66
69
71
72
75
77
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83
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94
98
101
103
104
107
109
112
118
120
123
126
La madre de todas las batallas
Grageas (II)
Migrantes: ¿los condenados del siglo XXI?
Migrantes: los condenados de la globalización capitalista
Grageas (III)
Pasión de Buenos Aires
¿Qué te pasa, Buenos Aires?
Buenos Aires cooperativa
Grageas (IV)
Sonata con variaciones
Bolsillos cuidados
Cruel en el cartel. Y en los hechos, también
El abc del DNU
Grageas (V)
Los que hacen historia
El código de la cooperación
Con vocación transformadora
Mis maestros judíos
El cooperativismo que bajó de los barcos
El cooperativismo que tiene sus raíces en la América profunda
Floreal Gorini, pionero del futuro
Sólo apto para mayores
Grageas (VI)
Este libro se terminó de imprimir
en agosto de 2017 por GS Gráfica
Charlone 958, Avellaneda,
prov. de Buenos Aires, Argentina
[ 128 ]
�
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Title
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Libros y folletos
Description
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Ediciones del CCC / EDG
Text
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Dublin Core
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Title
A name given to the resource
Edgardo Form: un constructor : ideales, realizaciones y futuro
Creator
An entity primarily responsible for making the resource
Ramb, Ana María (entrevistadora)
Alegre, Walter (entrevistador)
Form, Edgardo
Contributor
An entity responsible for making contributions to the resource
Heller, Carlos (prólogo)
Coverage
The spatial or temporal topic of the resource, the spatial applicability of the resource, or the jurisdiction under which the resource is relevant
ARG
Publisher
An entity responsible for making the resource available
Desde La Gente
Date
A point or period of time associated with an event in the lifecycle of the resource
2017
Identifier
An unambiguous reference to the resource within a given context
ISBN 978-950-860-295-4
Language
A language of the resource
spa
Format
The file format, physical medium, or dimensions of the resource
application/pdf
Rights
Information about rights held in and over the resource
info:eu-repo/semantics/openAccess
http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/2.5/ar/
Type
The nature or genre of the resource
info:eu-repo/semantics/publishedVersion
Subject
The topic of the resource
BIOGRAFIAS
ENTREVISTAS
FORM, EDGARDO
INSTITUTO MOVILIZADOR DE FONDOS COOPERATIVOS
ANTOLOGIAS
Description
An account of the resource
Fil: Form, Edgardo Adrián. Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos (IMFC)
biografías
Desde la Gente
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